Fausto Vonbonek
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Fausto Vonbonek
Fausto Vonbonek es escritor y poeta. Nació en Mexicali, México, y su obra ha sido premiada en numerosas oportunidades.
Años después vine a ver los espejos
Les llevó un parpadeo recordar que una vez fui su dueño y mi nombre habitó el corazón conteniendo otro nombre
Me reconocieron, pero no me supieron decir o quizás toda voz fue apagada por capas de herrumbre
Luego vino ese bálsamo antiguo a humectar los recuerdos
Perseguí esa fragancia
Pero no era un perfume ni el vaho del pasado
No era el fétido aliento a fantasma
No era el soplo de aquellas ventanas ni el alma del viento
Era algo más que ese efluvio irrumpido de aroma
Era un río bienoliente
Algo más respirable que todo el jardín contenido en la aurora
Más cristalino que Dios o cualquier relicario
Porque entonces lo supe y fue bueno
y exhaló ese diamante en mi piel la respuesta
Era así sin más nieblas
El olor a mujer
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Re: Fausto Vonbonek
Silencio
Beatriz duerme y no sabe que duerme
En su sueño Virgilio
ha dormido el infierno arrullando las llamas
Beatriz está presa en un círculo oscuro de
oscura agonía
Dónde duerme el autor de estos labios
Cuál flor blanca ha aprehendido en el cielo
a quien busca su amada
Oh velada doncella
Las palabras me han dado el silencio
Y tú allá atormentada
Donde solo y tan solo Virgilio
me guía noche a noche
hacia el bosque impasible
Beatriz duerme y no sabe que duerme
En su sueño Virgilio
ha dormido el infierno arrullando las llamas
Beatriz está presa en un círculo oscuro de
oscura agonía
Dónde duerme el autor de estos labios
Cuál flor blanca ha aprehendido en el cielo
a quien busca su amada
Oh velada doncella
Las palabras me han dado el silencio
Y tú allá atormentada
Donde solo y tan solo Virgilio
me guía noche a noche
hacia el bosque impasible
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Re: Fausto Vonbonek
Mi padre ya muerto asistía puntualmente a sus clases de piano
Y era tal su fantasma y de tal magnitud sus desmanes que en lugar de asustarnos
llenaba de insomnia y de notas discordes la casa embrujada
—La muerte le asienta perfecto —decían las paredes hablando muy quedo—.
Y mi padre penaba por toda la casa dejando una acérrima estela disuelta en el frío
Su tozudez fue ganando amplitudes
Ya no era posible ignorar la avidez postergada
Hicimos un cónclave y un ultimátum
No hubo humo negro —por suerte—. Pero sí un huracán que barría los fantasmas
Yo mismo escuché cuando Frédéric dijo a mi padre:
«Ya todo está bien, vamos luego a ensayar para siempre»
Y mi padre calló para toda la muerte.
Y era tal su fantasma y de tal magnitud sus desmanes que en lugar de asustarnos
llenaba de insomnia y de notas discordes la casa embrujada
—La muerte le asienta perfecto —decían las paredes hablando muy quedo—.
Y mi padre penaba por toda la casa dejando una acérrima estela disuelta en el frío
Su tozudez fue ganando amplitudes
Ya no era posible ignorar la avidez postergada
Hicimos un cónclave y un ultimátum
No hubo humo negro —por suerte—. Pero sí un huracán que barría los fantasmas
Yo mismo escuché cuando Frédéric dijo a mi padre:
«Ya todo está bien, vamos luego a ensayar para siempre»
Y mi padre calló para toda la muerte.
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Re: Fausto Vonbonek
Hablemos de fuerza
De toda esta fuerza que no puedo más que entregarme a su instinto
Transformación obligada dirían los sectarios
Nadie inventa estas hordas nihilistas y no obstante duelen en mí como un yo abandonado
Nadie es entonces mi nombre en homónimos héroes que no llegan nunca
Que no callan siempre a la sórdida empresa de arrear las palabras
Duele esta Itaca interior como duele fingir que he llegado y que un Ella me espera
Toda esta energía no se crea
Toda esta energía no destruye el haber dicho nada intentando decirlo
«Qué quisiste decir cuerpo mío amortajado»
Habla o comprende que incluso el silencio es un muerto que entierra a sus
muertos
Si es que existió otro universo fue previo a un bautista y fue en tiempos sin nombres
Yo no soy mientras tanto
Yo no fui esa silueta que espía en la ceniza el volver de las aves
Que otros pájaros trinen la estrella
Que otro cielo devore estas últimas tardes del átomo inmóvil
Que la arena una vez tamizada la luz dé a los césares muertos de amor lo que al mar sea devuelto una vez que las tumbas vomiten la noche
De toda esta fuerza que no puedo más que entregarme a su instinto
Transformación obligada dirían los sectarios
Nadie inventa estas hordas nihilistas y no obstante duelen en mí como un yo abandonado
Nadie es entonces mi nombre en homónimos héroes que no llegan nunca
Que no callan siempre a la sórdida empresa de arrear las palabras
Duele esta Itaca interior como duele fingir que he llegado y que un Ella me espera
Toda esta energía no se crea
Toda esta energía no destruye el haber dicho nada intentando decirlo
«Qué quisiste decir cuerpo mío amortajado»
Habla o comprende que incluso el silencio es un muerto que entierra a sus
muertos
Si es que existió otro universo fue previo a un bautista y fue en tiempos sin nombres
Yo no soy mientras tanto
Yo no fui esa silueta que espía en la ceniza el volver de las aves
Que otros pájaros trinen la estrella
Que otro cielo devore estas últimas tardes del átomo inmóvil
Que la arena una vez tamizada la luz dé a los césares muertos de amor lo que al mar sea devuelto una vez que las tumbas vomiten la noche
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Re: Fausto Vonbonek
Como todos los días, mi amor,
me enamoro de ti para no abrir mis ojos
por antonomasia.
Por ti, por las vastas promesas de
amor que aletean tan cercanas
que mojan los sueños.
Por ti, por las filosofías que nos desorientan
nombrando verdad lo que nunca fue cierto
a excepción de tus manos.
Por ti, por la Itaca en tu cuerpo y
que a tientas exploro el océano impetuoso.
Por ti.
Por los barcos hundidos al
fondo del pecho.
Por el árbol que arriba en su fruto
apuntó hacia tu instinto y llevaste a mi boca.
Porque ¿qué otro motivo pudiera existir
para no despertar donde el mundo no existe
si no está tu ombligo y soy yo quien lo explore?
No poseo salvo el alma,
nunca he sido invitado por nadie a quererte
y te quiero. Y te quiero.
He buscado infructuoso palabras.
Ha asistido mi boca a los cónclaves rojos
buscando humo blanco.
Sólo hay niebla y silencio y
más luego tu espejo incitando mi estatua
a mirar la medusa.
Todo adquiere sentido hasta entonces la lluvia
hipnotiza tus labios y puedo auscultar el diván
de tus besos.
Qué feliz si de veras la lluvia no fuera utopía.
Pero luego despierto y son ciertas las guerras
y el tiempo verbal torturando los indicativos.
Y odiaría entonces todo:
los autos, las sillas, la gente,
los teléfonos mudos.
Odiaría los fantasmas,
odiaría el amazonas,
odiaría el universo,
odiaría cada patria y
la hormiga inocente.
Odiaría que no es cierto y que tú,
como todos los días, mi amor,
dictaminas que no abra mis ojos
por antonomasia.
me enamoro de ti para no abrir mis ojos
por antonomasia.
Por ti, por las vastas promesas de
amor que aletean tan cercanas
que mojan los sueños.
Por ti, por las filosofías que nos desorientan
nombrando verdad lo que nunca fue cierto
a excepción de tus manos.
Por ti, por la Itaca en tu cuerpo y
que a tientas exploro el océano impetuoso.
Por ti.
Por los barcos hundidos al
fondo del pecho.
Por el árbol que arriba en su fruto
apuntó hacia tu instinto y llevaste a mi boca.
Porque ¿qué otro motivo pudiera existir
para no despertar donde el mundo no existe
si no está tu ombligo y soy yo quien lo explore?
No poseo salvo el alma,
nunca he sido invitado por nadie a quererte
y te quiero. Y te quiero.
He buscado infructuoso palabras.
Ha asistido mi boca a los cónclaves rojos
buscando humo blanco.
Sólo hay niebla y silencio y
más luego tu espejo incitando mi estatua
a mirar la medusa.
Todo adquiere sentido hasta entonces la lluvia
hipnotiza tus labios y puedo auscultar el diván
de tus besos.
Qué feliz si de veras la lluvia no fuera utopía.
Pero luego despierto y son ciertas las guerras
y el tiempo verbal torturando los indicativos.
Y odiaría entonces todo:
los autos, las sillas, la gente,
los teléfonos mudos.
Odiaría los fantasmas,
odiaría el amazonas,
odiaría el universo,
odiaría cada patria y
la hormiga inocente.
Odiaría que no es cierto y que tú,
como todos los días, mi amor,
dictaminas que no abra mis ojos
por antonomasia.
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Re: Fausto Vonbonek
Mi niño,
gota intacta de azúcar en sueño,
he cruzado el umbral donde el ángel
resguarda tu frente ya en calma.
Tú eres el trigo que nutre mi dicha,
la nata del juego, la miel de inocencia.
Es tu ropaje un juguete de paz que
dispara sonrisas.
Beso tu frente y altero el respiro en que
crecen tus sueños. Quiero sembrar una
gota de luz en tus párpados quietos, sí,
quiero alumbrar tu mejilla silente de un
beso de soles.
Duermes, duermes y entonces despiertan
tus sueños, tus risas, tus frágiles manos.
Todo es descanso en tu boca pequeña,
tanta sonrisa no alcanza a contarse con
tantas estrellas que abrigan tu vida.
Duermes azul como un libro de cuentos,
duermes y cada cabello despierta a bailar
con tu aroma de risa.
Hoy fui severo contigo, llegaste feliz a
contarme que el viento no puede mirarse.
Yo dije que sí revolviendo tu idea,
y de nuevo dijiste que no, que eso no era
posible, que fue tu maestra quien dijo muy
firme que el viento no puede mirarse,
que el viento es tan sólo una ráfaga etérea
y que sólo se observan las cosas que toca.
Quiero pedirte perdón porque en ese momento
abordé el tren de adulto y perdí de explicarte
que el viento es la espuma de un mar de
palomas, palomas pequeñas así como el polvo,
palomas que juegan y mecen las ramas,
palomas que limpian el frágil cuaderno
que flota en el aire.
Me olvidé de decirte que el viento es el auto
en que viajan los sueños, y que el claro chofer
que conduce el carruaje ha elegido el color de
una rosa en la luna. Me olvidé de decirte que el
viento se observa a través de un cristal que
se esconde en los libros. Me olvidé de decirte
que hay una palabra que pone en tus ojos las
gafas más tersas. Con ellas contemplas el centro
del mundo, el hilo de añil que sostiene la
estrella, la boca del viento, los magos que habitan
allá tras la noche.
Sabrás al amar las palabras que existe un lunar en
los labios solares, que el mar sabe hablar los
idiomas del cielo, que el átomo acoge una casa
pequeña en que habitan los ríos.
Sabrás defenderte de insípidos rostros que nada
han sembrado.
Sabrás que a lo lejos existe una niña que sueña
volar en su escoba encantada.
Esa palabra tendrás que aprenderla al sentir la
mirada que asoma a tus ojos.
Y una vez que esa palabra, la palabra poesía, se
hospede en tu sangre ya no dudarás del cirquero
del viento.
Y cuando te digan que el número cero no tiene
un amigo no asientes tu rostro, alza tu voz y
declara que ahí, en la esfera de leche se encuentra
flotando una rosa violeta, una rosa lunar donde
el tiempo pasado descalza sus pies y recuesta su
cuerpo en un tibio rincón de un sofá anaranjado.
gota intacta de azúcar en sueño,
he cruzado el umbral donde el ángel
resguarda tu frente ya en calma.
Tú eres el trigo que nutre mi dicha,
la nata del juego, la miel de inocencia.
Es tu ropaje un juguete de paz que
dispara sonrisas.
Beso tu frente y altero el respiro en que
crecen tus sueños. Quiero sembrar una
gota de luz en tus párpados quietos, sí,
quiero alumbrar tu mejilla silente de un
beso de soles.
Duermes, duermes y entonces despiertan
tus sueños, tus risas, tus frágiles manos.
Todo es descanso en tu boca pequeña,
tanta sonrisa no alcanza a contarse con
tantas estrellas que abrigan tu vida.
Duermes azul como un libro de cuentos,
duermes y cada cabello despierta a bailar
con tu aroma de risa.
Hoy fui severo contigo, llegaste feliz a
contarme que el viento no puede mirarse.
Yo dije que sí revolviendo tu idea,
y de nuevo dijiste que no, que eso no era
posible, que fue tu maestra quien dijo muy
firme que el viento no puede mirarse,
que el viento es tan sólo una ráfaga etérea
y que sólo se observan las cosas que toca.
Quiero pedirte perdón porque en ese momento
abordé el tren de adulto y perdí de explicarte
que el viento es la espuma de un mar de
palomas, palomas pequeñas así como el polvo,
palomas que juegan y mecen las ramas,
palomas que limpian el frágil cuaderno
que flota en el aire.
Me olvidé de decirte que el viento es el auto
en que viajan los sueños, y que el claro chofer
que conduce el carruaje ha elegido el color de
una rosa en la luna. Me olvidé de decirte que el
viento se observa a través de un cristal que
se esconde en los libros. Me olvidé de decirte
que hay una palabra que pone en tus ojos las
gafas más tersas. Con ellas contemplas el centro
del mundo, el hilo de añil que sostiene la
estrella, la boca del viento, los magos que habitan
allá tras la noche.
Sabrás al amar las palabras que existe un lunar en
los labios solares, que el mar sabe hablar los
idiomas del cielo, que el átomo acoge una casa
pequeña en que habitan los ríos.
Sabrás defenderte de insípidos rostros que nada
han sembrado.
Sabrás que a lo lejos existe una niña que sueña
volar en su escoba encantada.
Esa palabra tendrás que aprenderla al sentir la
mirada que asoma a tus ojos.
Y una vez que esa palabra, la palabra poesía, se
hospede en tu sangre ya no dudarás del cirquero
del viento.
Y cuando te digan que el número cero no tiene
un amigo no asientes tu rostro, alza tu voz y
declara que ahí, en la esfera de leche se encuentra
flotando una rosa violeta, una rosa lunar donde
el tiempo pasado descalza sus pies y recuesta su
cuerpo en un tibio rincón de un sofá anaranjado.
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- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57516
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Fausto Vonbonek
Gracias por darnos a conocer a este poeta, madi
¡Lo desconocía por completo y me han gustado las poesías que has puesto!...
¡Lo desconocía por completo y me han gustado las poesías que has puesto!...
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Re: Fausto Vonbonek
madison escribió:Como todos los días, mi amor,
me enamoro de ti para no abrir mis ojos
por antonomasia.
Por ti, por las vastas promesas de
amor que aletean tan cercanas
que mojan los sueños.
Por ti, por las filosofías que nos desorientan
nombrando verdad lo que nunca fue cierto
a excepción de tus manos.
Por ti, por la Itaca en tu cuerpo y
que a tientas exploro el océano impetuoso.
Por ti.
Por los barcos hundidos al
fondo del pecho.
Por el árbol que arriba en su fruto
apuntó hacia tu instinto y llevaste a mi boca.
Porque ¿qué otro motivo pudiera existir
para no despertar donde el mundo no existe
si no está tu ombligo y soy yo quien lo explore?
No poseo salvo el alma,
nunca he sido invitado por nadie a quererte
y te quiero. Y te quiero.
He buscado infructuoso palabras.
Ha asistido mi boca a los cónclaves rojos
buscando humo blanco.
Sólo hay niebla y silencio y
más luego tu espejo incitando mi estatua
a mirar la medusa.
Todo adquiere sentido hasta entonces la lluvia
hipnotiza tus labios y puedo auscultar el diván
de tus besos.
Qué feliz si de veras la lluvia no fuera utopía.
Pero luego despierto y son ciertas las guerras
y el tiempo verbal torturando los indicativos.
Y odiaría entonces todo:
los autos, las sillas, la gente,
los teléfonos mudos.
Odiaría los fantasmas,
odiaría el amazonas,
odiaría el universo,
odiaría cada patria y
la hormiga inocente.
Odiaría que no es cierto y que tú,
como todos los días, mi amor,
dictaminas que no abra mis ojos
por antonomasia.
Esta me ha encantado, Madi. De hecho, creo que se la voy a dedicar a alguien.
Siempre contra el viento
- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57516
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Fausto Vonbonek
¡Enhorabuena, madi!madison escribió:Es una persona muy especial, a la que tengo la suerte de tratarle cada día
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Re: Fausto Vonbonek
Me alegro Nínive!!
Realmente Fausto posee una sensibilidad increíble, y sin ser cursi sabe llegar al alma de quienes le leemos
Realmente Fausto posee una sensibilidad increíble, y sin ser cursi sabe llegar al alma de quienes le leemos
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Re: Fausto Vonbonek
ANA
I
toda la historia
dentro de una pupila
cabría holgadamente
en los ojos de Ana
II
fulminan el mundo
luego visten con alas de cuervo
y concurren a un muro
harto ya de lamentos
como si el lloriquear
absolviera
los Auschwitz
III
y hay quien pueda pensar
que la historia está escrita
cuando hay epitafios
que aún buscan sus huesos
cuando la deleznable verdad
es que historia y amor
son historias opuestas
una escribe el terror
otra escribe los ojos
que lo han vislumbrado
IV
entre tus ojos
justo ahí
donde casi tus cejas
contactan amantes
hay un muro
que aunque derrumbado
aún mantiene el amor
y el amor
divididos
I
toda la historia
dentro de una pupila
cabría holgadamente
en los ojos de Ana
II
fulminan el mundo
luego visten con alas de cuervo
y concurren a un muro
harto ya de lamentos
como si el lloriquear
absolviera
los Auschwitz
III
y hay quien pueda pensar
que la historia está escrita
cuando hay epitafios
que aún buscan sus huesos
cuando la deleznable verdad
es que historia y amor
son historias opuestas
una escribe el terror
otra escribe los ojos
que lo han vislumbrado
IV
entre tus ojos
justo ahí
donde casi tus cejas
contactan amantes
hay un muro
que aunque derrumbado
aún mantiene el amor
y el amor
divididos
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- Aben Razín
- Vivo aquí
- Mensajes: 57516
- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Fausto Vonbonek
Y ¡qué profundidad, Ada!
Gracias, madi por poner esta poesía.
Gracias, madi por poner esta poesía.
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Presente: La deseada de Maryse Condé.
Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.