La muerte camina entre las flores.
La muerte camina entre las flores.
Una vez al mes, Dios hace una visita a Belcebú, su homónimo en los infiernos. Allí, tomando un café, charlan animadadamente sobre los temas de sus diferentes cargos. Que de todos es sabido que el buen funcionamiento del mundo necesita del equilibrio y la complicidad entre el bien y el mal. Sí, la comunicación es muy importante.
-¿Por qué no contratas a alguien que te haga el trabajo duro?- el amo de las tinieblas pasa un brazo por los santos hombros, preocupado, pues las ojeras del señor de los cielos indican un cansancio evidente.
Ensimismado, Dios contempla el chamuscamiento, entre alaridos, de aquellos que no acataron esos mandamientos que él dictó sabiamente.
Mandamientos razonados y meditados para lograr un buen funcionamiento y una grata armonía. No matarás, no robarás, no levantarás falsos testimonios. No desearás a la mujer de tu prójimo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Todo muy razonable.
¡Siete días y siete noches organizando un mundo perfecto!
La curiosidad ya originó serios conflictos en aquel vergel maravilloso, creado exclusivamente para Adan y Eva, donde no carecían de nada: árboles frondosos de frutos dulces y exquisitos, macerados por los rayos de una luna recién estrenada; riachuelos frescos en los que calmar la sed y lavar el cuerpo hecho a imagen y semejanza; hierba mullida donde descansar mirando la bóveda celestial, que lucía asombrosamente bella, ¡toda aquella belleza que Dios puso a sus pies! ¿Y para qué?
Dios se lleva su dedo acusador a los labios, de manera reflexiva, y sopesa seriamente convertir la curiosidad en un defecto, ¡quizás en el octavo pecado capital!
Allá por los cielos, esta decisión le provoca una sonrisa, y la sonrisa una carcajada, que inicia una tos imparable, que desemboca en una gran ventosidad, y estos aires fétidos y huracanados originan un tornado enfurecido que arrasa a su paso lo poco que ha quedado en pie, tras cuarenta días de lluvias torrenciales y constantes.
Una mueca de disgusto ensombrece el rostro divino, y suspirando de nuevo recuerda el consejo de la oposición, sabias palabras de aquél que sabe mucho más de la vida y sus bajezas, no obstante tiene sus dominios en el vientre de la tierra. Dios alberga la sospecha de que es en esta parte de la geografía donde se gestan las maldades. ¡Pues que así sea! De las entrañas de la madre tierra nacerá aquella que hará el trabajo que más disgusta al todopoderoso, aquel por el que tanto le han criticado todos aquellos que creen que sus normas son absurdas y despiadadas.
Se escucha un trueno y toda la tierra vibra. La muerte, desnuda y dolorida contempla al Padre. Sus ojos son dos océanos calmados. El cuerpo aún le duele. La tierra la ha parido en un parto seco y ella ha luchado con uñas y dientes para no sucumbir bajo el barro. Tiene los pulmones llenos de lodo y en la garganta ramas secas. De la boca no le sale nada y el Padre se aproxima y la besa, insuflándole un torrente de palabras.
-Cumplirás mis designios, sin preguntar y sin cuestionarlos, mujer.- la voz, autoritaria.
-Los caminos del señor son inescrutables.-susurra ella humildemente.
Dios le acaricia los cabellos embarrados en señal de agrado, y tomándola de la mano la acompaña al lago para eliminar la suciedad del parto. Lava cuidadosamente los cabellos, pero cuando el sol se derrama enteramente en ellos, Dios frunce el ceño, pues el reflejo dorado no le parece prudente.
Lava después los pechos casi infantiles de pezones pequeños, que se adaptan perfectamente a las palmas de sus manos. Luego frota la cintura frágil, finalmente lava el sexo virginal con olor a lluvia y a tierra removida.
Mojada y temblorosa, se cubre los pechos con las manos, dejando el resto del cuerpo a la contemplación preocupada del Padre.
La muerte le parece al todopoderoso una fruta tierna y dulce, sugestiva y deseable como la manzana que malvadamente ofreció Eva al sumiso Adan. Y dios dice así:
-Mujer, no te hice de la tierra para el deleite de los ojos humanos.-suena un trueno en la lejanía.
Coloca nuevamente su mano en los cabellos mojados, y estos caen putrefactos sobre el lago. Ya no se reflejará más el sol en sus rizos de oro. Y donde hubo ya no hay. Ahora el sol hará sus nidos sobre una calavera grisácea. Los océanos de los ojos se derraman dejando dos oquedades negras como los abismos que preceden al Averno.
Ya no caben los pechos pequeños en las manos, pues sólo hay costillas huecas, donde posiblemente buscarán cobijo todo tipo de minúsculos animalillos, como arañas o ratoncillos silvestres. El sexo de lluvia, la cintura frágil, no queda nada, sólo huesos que al caminar compondrán una música particular, que precederá a su caricia última.
-Mejor así, mujer. Toma esta túnica que cubrirá tu cuerpo, y toma esta hoz, que será tu estandarte.
Dios exhala un largo suspiro de satisfacción y asciende nuevamente a los cielos, donde asuntos importantes reclaman su divina atención.
Desde entonces, la mujer de negro camina por los campos, entre las flores. Y se pierde entre las sombras de la noche, tocando aquí y allá, acumulando almas en su saca que entregará a un Dios omnipotente.
Y se pasea por los campos de batalla, tocando a aquellos que derraman la rosa roja de la vida manando a borbotones de una herida de bala, y ya en los ojos no les queda casi vida. Algunos son niños, llevados a la guerra con engaños, otros no...
¿Cuantas almas lleva ya?
La Muerte está cansada y los pies ya le están matando.
-¿Por qué no contratas a alguien que te haga el trabajo duro?- el amo de las tinieblas pasa un brazo por los santos hombros, preocupado, pues las ojeras del señor de los cielos indican un cansancio evidente.
Ensimismado, Dios contempla el chamuscamiento, entre alaridos, de aquellos que no acataron esos mandamientos que él dictó sabiamente.
Mandamientos razonados y meditados para lograr un buen funcionamiento y una grata armonía. No matarás, no robarás, no levantarás falsos testimonios. No desearás a la mujer de tu prójimo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Todo muy razonable.
¡Siete días y siete noches organizando un mundo perfecto!
La curiosidad ya originó serios conflictos en aquel vergel maravilloso, creado exclusivamente para Adan y Eva, donde no carecían de nada: árboles frondosos de frutos dulces y exquisitos, macerados por los rayos de una luna recién estrenada; riachuelos frescos en los que calmar la sed y lavar el cuerpo hecho a imagen y semejanza; hierba mullida donde descansar mirando la bóveda celestial, que lucía asombrosamente bella, ¡toda aquella belleza que Dios puso a sus pies! ¿Y para qué?
Dios se lleva su dedo acusador a los labios, de manera reflexiva, y sopesa seriamente convertir la curiosidad en un defecto, ¡quizás en el octavo pecado capital!
Allá por los cielos, esta decisión le provoca una sonrisa, y la sonrisa una carcajada, que inicia una tos imparable, que desemboca en una gran ventosidad, y estos aires fétidos y huracanados originan un tornado enfurecido que arrasa a su paso lo poco que ha quedado en pie, tras cuarenta días de lluvias torrenciales y constantes.
Una mueca de disgusto ensombrece el rostro divino, y suspirando de nuevo recuerda el consejo de la oposición, sabias palabras de aquél que sabe mucho más de la vida y sus bajezas, no obstante tiene sus dominios en el vientre de la tierra. Dios alberga la sospecha de que es en esta parte de la geografía donde se gestan las maldades. ¡Pues que así sea! De las entrañas de la madre tierra nacerá aquella que hará el trabajo que más disgusta al todopoderoso, aquel por el que tanto le han criticado todos aquellos que creen que sus normas son absurdas y despiadadas.
Se escucha un trueno y toda la tierra vibra. La muerte, desnuda y dolorida contempla al Padre. Sus ojos son dos océanos calmados. El cuerpo aún le duele. La tierra la ha parido en un parto seco y ella ha luchado con uñas y dientes para no sucumbir bajo el barro. Tiene los pulmones llenos de lodo y en la garganta ramas secas. De la boca no le sale nada y el Padre se aproxima y la besa, insuflándole un torrente de palabras.
-Cumplirás mis designios, sin preguntar y sin cuestionarlos, mujer.- la voz, autoritaria.
-Los caminos del señor son inescrutables.-susurra ella humildemente.
Dios le acaricia los cabellos embarrados en señal de agrado, y tomándola de la mano la acompaña al lago para eliminar la suciedad del parto. Lava cuidadosamente los cabellos, pero cuando el sol se derrama enteramente en ellos, Dios frunce el ceño, pues el reflejo dorado no le parece prudente.
Lava después los pechos casi infantiles de pezones pequeños, que se adaptan perfectamente a las palmas de sus manos. Luego frota la cintura frágil, finalmente lava el sexo virginal con olor a lluvia y a tierra removida.
Mojada y temblorosa, se cubre los pechos con las manos, dejando el resto del cuerpo a la contemplación preocupada del Padre.
La muerte le parece al todopoderoso una fruta tierna y dulce, sugestiva y deseable como la manzana que malvadamente ofreció Eva al sumiso Adan. Y dios dice así:
-Mujer, no te hice de la tierra para el deleite de los ojos humanos.-suena un trueno en la lejanía.
Coloca nuevamente su mano en los cabellos mojados, y estos caen putrefactos sobre el lago. Ya no se reflejará más el sol en sus rizos de oro. Y donde hubo ya no hay. Ahora el sol hará sus nidos sobre una calavera grisácea. Los océanos de los ojos se derraman dejando dos oquedades negras como los abismos que preceden al Averno.
Ya no caben los pechos pequeños en las manos, pues sólo hay costillas huecas, donde posiblemente buscarán cobijo todo tipo de minúsculos animalillos, como arañas o ratoncillos silvestres. El sexo de lluvia, la cintura frágil, no queda nada, sólo huesos que al caminar compondrán una música particular, que precederá a su caricia última.
-Mejor así, mujer. Toma esta túnica que cubrirá tu cuerpo, y toma esta hoz, que será tu estandarte.
Dios exhala un largo suspiro de satisfacción y asciende nuevamente a los cielos, donde asuntos importantes reclaman su divina atención.
Desde entonces, la mujer de negro camina por los campos, entre las flores. Y se pierde entre las sombras de la noche, tocando aquí y allá, acumulando almas en su saca que entregará a un Dios omnipotente.
Y se pasea por los campos de batalla, tocando a aquellos que derraman la rosa roja de la vida manando a borbotones de una herida de bala, y ya en los ojos no les queda casi vida. Algunos son niños, llevados a la guerra con engaños, otros no...
¿Cuantas almas lleva ya?
La Muerte está cansada y los pies ya le están matando.
Última edición por Berlín el 19 May 2011 21:19, editado 3 veces en total.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Re: La muerte camina entre las flores.
Gran frase, Berlín. Hace tiempo leí que una definición de dios era lo infinito, era el todo, en dónde los opuestos se confluyen, el bien y el mal, entonces el diablo y dios, pasarían a ser antónimos que se acercan.Una vez al mes, el Diablo, homónimo de Dios
Me gusta también este pensamiento, darle un tinte humano a Dios, al Dios todopoderoso de los creyentes, pero que parece poder todo pero no querer.como todo buen dictador que se precie no soporta que critiquen sus normas
Dime ¿Cómo te imaginas las cuencas, o mejor dicho las manos de tu Dios?que se adaptaban perfectamente a las cuencas de sus manos
El relato me ha hecho recordar a "Las intermitencias de la muerte de José Saramago" dónde la muerte deja de "trabajar" por un tiempo, y la gente deja de morir, produciendo consecuencias lógicas. Y luego vemos a la muerte -femenina- con comportamientos y sentimientos a veces humanos.
Excelente. Ahora yo te aplaudo a tí.
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Re: La muerte camina entre las flores.
Querido Greg, quizás me ha influenciado mas su último libro, donde comparto muchas de las apreciaciones sobre los actos de dios, que va relatando Cain.
Cain, que fué condenado por dios a vagar por la tierra, cuestiona cada uno de sus actos, y me descubre a un dios orgulloso, rencoroso, y desconfiado, pues solo entiende de la fe de sus fieles cuando les somete a pruebas dolorosas, donde estos le ofrecen a EL lo mas valioso que poseen.
Solo son pensamientos mios, que espero no ofendan a nadie.
Cain, que fué condenado por dios a vagar por la tierra, cuestiona cada uno de sus actos, y me descubre a un dios orgulloso, rencoroso, y desconfiado, pues solo entiende de la fe de sus fieles cuando les somete a pruebas dolorosas, donde estos le ofrecen a EL lo mas valioso que poseen.
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Re: La muerte camina entre las flores.
Por lo menos a mí no me ofenderás, he aquí, un ateo, un hombre que ante todo duda. No he tenido oportunidad de degustar Caín todavía, pero prontamente lo leeré. Saludos.
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Re: La muerte camina entre las flores.
Mi opinión es, que comparado con sus dos ensayos, no es tan brillante, pero a mi me ha gustado.Gregsamsa escribió:Por lo menos a mí no me ofenderás, he aquí, un ateo, un hombre que ante todo duda. No he tenido oportunidad de degustar Caín todavía, pero prontamente lo leeré. Saludos.
Ensayo sobre la ceguera o sobre la lucidez son una maravilla, para mi, claro está. Por aqui leeremos opiniones diversas, pues no todos tenemos los mismos gustos.
¿que te voy a contar yo, que me encanta Saramago?
A ver si hay suerte y lo conozco alguna vez que venga a Barcelona a firmar su libro. A Isabel Allende sí que le di la mano el dia de la rosa y el libro, que se celebra aqui el 23 de Abril, y me firmó La suma de los dias, pero lo mejor es que me dió la mano, ¡creo que me duró la sonrisa todo el dia!
Saludos Greg.
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Re: La muerte camina entre las flores.
Opino igual que tú acerca de los ensayos. Pero dado que el de la lucidez es la continuación del de la ceguera, el final es emocionante para no decir triste. No contaré nada para el que no lo haya leído pero dime si concuerdas conmigo¿ Era necesario terminarlo así?
Ah, ¿Que te ha parecido "La cegura"? A mi imaginación García Bernal me pareció muy joven para el papel del villano. Por lo demás estuvo bien. Pero me quedo toda la vida con el libro-como siempre-.
Saludos, Berlín
Ah, ¿Que te ha parecido "La cegura"? A mi imaginación García Bernal me pareció muy joven para el papel del villano. Por lo demás estuvo bien. Pero me quedo toda la vida con el libro-como siempre-.
Saludos, Berlín
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Re: La muerte camina entre las flores.
¿Sabes que tienes un puntito malévolo delicioso?
Y el cierre es tremendo:
La Muerte está cansada, y los pies ya le están matando.
Y el cierre es tremendo:
La Muerte está cansada, y los pies ya le están matando.
Nuestra editorial: www.osapolar.es
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
Mis diseños
Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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Re: La muerte camina entre las flores.
me gusta mucho como escribes lo que escribes, tienes un gran sentido del humor
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Re: La muerte camina entre las flores.
Está genial Berlin. Y como dice Lucia la última frase está muy bien.
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- Angela*77
- No tengo vida social
- Mensajes: 2016
- Registrado: 15 Jun 2009 17:09
- Ubicación: Al sur de España
Re: La muerte camina entre las flores.
Muy estremedecedor y realista e incluso irónico. Y me quedo con la frase final "La Muerte está cansada, y los pies ya le están matando". Me ha encantado.
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Re: La muerte camina entre las flores.
A los primerolucia escribió:¿Sabes que tienes un puntito malévolo delicioso?
Y el cierre es tremendo:
La Muerte está cansada, y los pies ya le están matando.
A lo segundo: Gracias.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: La muerte camina entre las flores.
Neone
Mylady
Angela
Muchas gracias.
Por cierto, ¿como os imaginais vosotros a Dios?
Mylady
Angela
Muchas gracias.
Por cierto, ¿como os imaginais vosotros a Dios?
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
Re: La muerte camina entre las flores.
Ei, berlin. Si normalmente me llama la atención la diversidad de temas en tus relatos (este no es una excepción), me sorprende sobretodo el tono que has conseguido al contarlo.
Saludos.
Saludos.
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- Kafiristán
- Vivo aquí
- Mensajes: 9801
- Registrado: 04 Ago 2009 21:30
- Ubicación: Ajeno a la Casa de Blanco y Negro....afortunadamente
Re: La muerte camina entre las flores.
Berlín
No entendí muy bien la primera parte...¿El Diablo le está pidiendo trabajo a Dios?¿o ya está trabajando para él sin contrato y le está pidiendo que regularice su situación?
Dios es español...a qué sí!...vive toda la eternidad y se queja por currar una semana
Y digo yo...¿Quién estará ahora en el Paraíso?...no te parece sospechoso? Todos a la p*** calle! por un ñasco a una manzana...A mi me huele a recalificación del Paraíso.
Y otra cosa más...¿cómo de amigos son Don Diablo y Mr. Todopoderoso?...uyuyuiiii....si se enteran en el Cielo, se arma la de Dios...ya me parecía a mi raro que le echara la culpa de todo a las mujeres.
No entendí muy bien la primera parte...¿El Diablo le está pidiendo trabajo a Dios?¿o ya está trabajando para él sin contrato y le está pidiendo que regularice su situación?
Dios es español...a qué sí!...vive toda la eternidad y se queja por currar una semana
Y digo yo...¿Quién estará ahora en el Paraíso?...no te parece sospechoso? Todos a la p*** calle! por un ñasco a una manzana...A mi me huele a recalificación del Paraíso.
Y otra cosa más...¿cómo de amigos son Don Diablo y Mr. Todopoderoso?...uyuyuiiii....si se enteran en el Cielo, se arma la de Dios...ya me parecía a mi raro que le echara la culpa de todo a las mujeres.
Última edición por Kafiristán el 25 Ene 2010 23:06, editado 1 vez en total.
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Re: La muerte camina entre las flores.
Kafi, eres un bicho malo, si yo fuese Dios te mandaria de cabeza al infierno, para que te asaras entre choricitos y chistorras.Kafiristán escribió:Berlín
¿Porqué no le has puesto título?
No entendí muy bien la primera parte...¿El Diablo le está pidiendo trabajo a Dios?¿o ya está trabajando para él sin contrato y le está pidiendo que regularice su situación?
Dios es español...a qué sí!...vive toda la eternidad y se queja por currar una semana
Y digo yo...¿Quién estará ahora en el Paraíso?...no te parece sospechoso? Todos a la p*** calle! por un ñasco a una manzana...A mi me huele a recalificación del Paraíso.
Y otra cosa más...¿cómo de amigos son Don Diablo y Mr. Todopoderoso?...uyuyuiiii....si se enteran en el Cielo, se arma la de Dios...ya me parecía a mi raro que le echara la culpa de todo a las mujeres.
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