Bendita vergüenza la que hizo que Zweig escribiese este libro para reivindicar a Magallanes, un sobresaliente portugués al que su rey le tenía inquina y que no podía quedarse a vivir de la sopa boba mientras no hubiese, al menos, intentado hacer realidad su idea.
Comienza Zweig contándonos el servicio militar de Magallanes en el Índico al servicio de Portugal, y como dejó allí un buen amigo que le impulsaría a investigar y perseguir la posibilidad de llegar a Oriente por Occidente. Y como le rechazan en la corte portuguesa, no le queda otra que intentarlo en la española, eso sí, pidiendo antes permiso al rey Manuel.
Allí consigue arrastrar a todos con su fe en que lo dicho es cierto,
| cosa que a poco se demuestra falsa |
, y que le armen las naves necesarias para la aventura.
Supongo que había oído de esta historia lo que todos, que fue una travesía en la que murieron casi todos por el camino, que pasaron mucha hambre y que Magallanes murió en Filipinas. Así que este libro ha sido una sorpresa, pues, efectivamente, nos acerca al hombre que fue Magallanes: testarudo, introvertido casi enfermizo, tirando a orgulloso y puntilloso con la palabra dada hasta extremos insospechados, pero también cuidadoso, planificador detallista, humanista y amigo de sus amigos.
Zweig destaca lo que consiguió en Filipinas hasta el error que le costó la muerte, adelantándose a su tiempo y por medios pacíficos, y también muestra animadversión casi todo el rato por Elcano, el advenedizo que se rebeló contra Magallanes y se quedó con su gloria, además de simpatía por Pigafeta, el aventurero que no deja que Magallanes caiga en el olvido. Y es que la novela destaca por el dibujo de personajes, ya que Zweig no domina la naútica y se centra en lo que mejor conoce, que es la psicología humana.
Los grabados son un poco pequeños, pero ambientan bien, poniendo cara a los principales protagonistas, incluidas algunas islas.
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a ver... en principio es para mayo de 2023. No hay día concreto, pero, poco a poco, iremos concretando...
