Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
256 páginas, 14,0 x 21,3 cm, RUSTICA
Precio: 19 €
Referencia OAFI416
ISBN 9788498677911
Género: Narrativa Contemporánea
Sello Editorial: RBA LIBROS - NARRATIVAS
Fecha de publicación: 06/05/2010
Escritos entre 1951 y 1961, y publicados un año después de Vía revolucionaria, estos espléndidos cuentos retratan a seres que no viven grandes tragedias o epopeyas, sino la callada desolación de la vida diaria: ciudadanos medios de Manhattan en la década de los cincuenta, oficinistas, un taxista empeñado en que el tiempo no borre para siempre sus experiencias, un novelista frustrado, una severa maestra, una pareja de jóvenes americanos de viaje en Cannes, un niño que acaso sea redimido por su profesora, hombres perdidos en la anodina vida suburbana, una joven embarazada que se niega a confesar el nombre del padre de su futuro hijo, mujeres sin amor...
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Me salió ayer al encuentro y no pude resistirme a adquirirlo. Me ha entrado una especie de fiebre compradora compulsiva con Yates. Éste está recién salido del horno.
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
¡¡¡ Lo mismo digo !!!Sue_Storm escribió:¡¡Lo quiero!!
Me voy a tomar un descansito con otros libros que tengo pendientes, y después caerá este .
La familia - Sara Mesa
Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
¡Qué curiosa es la forma que tienen a veces los libros de salirte al encuentro! Fui a la librería a recoger Vía revolucionaría (me lo habían traído en edición de bolsillo previo encargo). Pero, antes de acercarme al mostrador, eché un vistazo a la mesa de novedades, y de pronto ví a este otro Yates. Por un momento, me dije: "no lo cojas, espérate a leer el que te han traído y si te gusta tanto como Las hermanas Grimes, tiempo tendrás de venir a buscar éste que es nuevo". Pero me quedé mirando el título: Once maneras de sentirse solo..., y esa estupenda portada..., y supe que era irremediable, me lo iba a llevar.
Y eso a pesar de que siempre prefiero una novela a un libro de cuentos. Pero es que, tras leer Las hermanas Grimes, no tengo duda de que Yates sabe mucho de soledades...
Y eso a pesar de que siempre prefiero una novela a un libro de cuentos. Pero es que, tras leer Las hermanas Grimes, no tengo duda de que Yates sabe mucho de soledades...
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Vaya, ya solo el título me atrae
Yo también lo quiero jajaaj
Yo también lo quiero jajaaj
- Sue_Storm
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Me he llevado hoy una alegría con este libro. Me han llamado de la biblioteca para decirme que han atendido la desiderata que les hice, y que está allí, reservado para mí y esperando que lo recoja Así que... ¡voy por él!
- Sue_Storm
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Llevo leídos los dos primeros cuentos y me están gustando mucho. Es Yates puro, con sus temas recurrentes: la incomunicación, la frustración de los proyectos vitales... y, cómo no, la soledad. Son relatos amargos, pero no deprimentes, o al menos a mí no me lo parecen.
Cómo escribe este hombre, Dios mío. Quién pudiera escribir como él.
Me ha llamado la atención algo que dice en la solapa: que el autor tuvo una vida privada desgraciada y caótica, marcada por los divorcios y el alcoholismo. Me ha dado pena, aunque de alguna manera, no me sorprende. La extrema lucidez no suele engendrar felicidad.
Seguiré comentando cuando avance algo más. ¿Alguien se anima a leerlo?
Cómo escribe este hombre, Dios mío. Quién pudiera escribir como él.
Me ha llamado la atención algo que dice en la solapa: que el autor tuvo una vida privada desgraciada y caótica, marcada por los divorcios y el alcoholismo. Me ha dado pena, aunque de alguna manera, no me sorprende. La extrema lucidez no suele engendrar felicidad.
Seguiré comentando cuando avance algo más. ¿Alguien se anima a leerlo?
Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
¡Huy! Y yo sin enterarme de que este hilo estaba creciendo. ¡Hola, Sue! Esta última semana no he podido leer nada por culpa del trabajo y del Mundial de Fútbol. Pero tengo mono. Había pensado empezar mañana domingo "Vía revolucionaria", pero ya que estás tú con éste, cambio de idea y me pondré con él. Supongo que tú vas a ir más rápida, pero ya sabes que iré pisando tus huellas.Sue_Storm escribió:...La extrema lucidez no suele engendrar felicidad.
Seguiré comentando cuando avance algo más. ¿Alguien se anima a leerlo?
Respecto a tu frase de arriba del todo, yo diría que se le puede dar la vuelta y sigue siendo verdad. Parece que la infelicidad, la soledad, la tristeza... son mejores fuentes de inspiración artística que sus estados contrarios.
Última edición por primopons el 20 Jun 2010 17:05, editado 1 vez en total.
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- Sue_Storm
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Primopons , qué bien.
En Doctor Chepas, lo que más me ha llamado la atención, aparte de lo bien desarrollada que está la anécdota argumental, es cómo capta (y transmite) el autor la existencia de una divisoria radical entre los valores propios del mundo de la infancia,o al menos del micro-mundo del aula, y los del mundo de los adultos. Son dos universos totalmente diferentes, y la maestra, aunque cargada de buenas intenciones, no es capaz de asumir ni de manejar esa diferencia, simplemente para ella no existe, o es intrascendente. Parece como si nunca hubiera tenido infancia.
Ah, y esos momentos de soledad absoluta del personaje protagonista durante los recreos... El autor consigue que nos pongamos en su piel.
Lo mejor de todo me ha encantado. Esas cosas no sólo pasan en América, por supuesto que no. Creo que todos nos hemos encontrado con más de una persona que ha actuado exactamente como Grace... para lamentarlo amargamente después, claro está.
En Doctor Chepas, lo que más me ha llamado la atención, aparte de lo bien desarrollada que está la anécdota argumental, es cómo capta (y transmite) el autor la existencia de una divisoria radical entre los valores propios del mundo de la infancia,o al menos del micro-mundo del aula, y los del mundo de los adultos. Son dos universos totalmente diferentes, y la maestra, aunque cargada de buenas intenciones, no es capaz de asumir ni de manejar esa diferencia, simplemente para ella no existe, o es intrascendente. Parece como si nunca hubiera tenido infancia.
Ah, y esos momentos de soledad absoluta del personaje protagonista durante los recreos... El autor consigue que nos pongamos en su piel.
Lo mejor de todo me ha encantado. Esas cosas no sólo pasan en América, por supuesto que no. Creo que todos nos hemos encontrado con más de una persona que ha actuado exactamente como Grace... para lamentarlo amargamente después, claro está.
Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Doctor Chepas
Es cierto lo que comentas, Sue. La maestra actúa con su mejor intención, pero para ayudar eficazmente a un niño con esa trayectoria vital hace falta un psicoterapeuta (ella misma se da cuenta tras la gamberrada). La soledad retratada en este relato es posiblemente la más perniciosa de todas: la soledad de un niño, la soledad de un huérfano..., con su repercusión irreversible en la personalidad. Yates es un excelente retratista. Lo que más me ha gustado en este relato es esa complejidad tan realista, tan creíble, al describir "desde fuera"
Me encanta el final de la historia, en el que -según yo lo interpreto- Vincent hace lo que hace porque,
Es cierto lo que comentas, Sue. La maestra actúa con su mejor intención, pero para ayudar eficazmente a un niño con esa trayectoria vital hace falta un psicoterapeuta (ella misma se da cuenta tras la gamberrada). La soledad retratada en este relato es posiblemente la más perniciosa de todas: la soledad de un niño, la soledad de un huérfano..., con su repercusión irreversible en la personalidad. Yates es un excelente retratista. Lo que más me ha gustado en este relato es esa complejidad tan realista, tan creíble, al describir "desde fuera"
la relación del niño con su compañeros (de los cuales se defiende aislándose, al mismo tiempo que "pide a gritos" ser aceptado recurriendo torpemente a la mentira), y sobre todo la relación claramente edípica con la profesora (a la que en algún momento siente deseos de abrazar filialmente, pero a la que termina dibujando desnuda y poniendo en su boca palabras soeces). |
sintiendo que tiene que elegir entre sus compañeros o la maestra, decide optar por los primeros (mundo infantil frente a mundo adulto, como tú indicas). Por ello, con su gamberrada final, trata de enfadar definitivamamente a la maestra para que ésta le retire ese trato protector que tanto deteriora su imagen frente a los compañeros. |
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Lo mejor de todo
Muy bueno. Mejor aun que el anterior. Supongo que el título se refiere a la institución matrimonial, un guiño irónico de Yates. Me impresiona cómo se puede lograr un final de relato tan absolutamente desesperanzador sin una sola nota melodramática. Sencillamente genial.
La soledad de Grace es la soledad de la incomunicación, la vertiginosa soledad de una mujer que comprueba que
Tal como tú dices, Sue, la situación descrita trasciende a una pareja americana. Yo añadiría que trasciende a una pareja de los años cincuenta. Es verdad que se ha avanzado mucho en comunicación en la pareja, y que los hombres del siglo XXI hemos aprendido a tener más sensibilidad, pero aun así, a veces pienso que tienen algo de razón los que dicen que hombre y mujer hablan lenguajes distintos, que pertenecen a especies distintas. La relación de Ralph con sus amigos, y en especial con Eddie (que parece más su novio que Grace), es masculinamente infantil, así como sus continuas referencias al dinero (incluso al palpar el tejido del negligé).
Otra cosa que me gusta mucho es que el relato no cae en el maniqueísmo. Porque Grace...
Muy bueno. Mejor aun que el anterior. Supongo que el título se refiere a la institución matrimonial, un guiño irónico de Yates. Me impresiona cómo se puede lograr un final de relato tan absolutamente desesperanzador sin una sola nota melodramática. Sencillamente genial.
La soledad de Grace es la soledad de la incomunicación, la vertiginosa soledad de una mujer que comprueba que
el hombre con quien se supone que lo va a compartir todo ni siquiera es capaz de comprender que ella le ha preparado una noche de bodas anticipada. |
Otra cosa que me gusta mucho es que el relato no cae en el maniqueísmo. Porque Grace...
tampoco está enamorada. Le costó mucho superar la mala opinión sobre Ralph de su compañera de piso (una esnob), y ante la presión de sus compañeras de oficina ha tenido que simular una ilusión que no sentía...¡a dos días de casarse! |
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- Sue_Storm
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Es que es un relato buenísimo, primopons, y muy complejo.
Efectivamente la compañera de piso
Y da vértigo imaginar el futuro de ese matrimonio. Ufff...
Efectivamente la compañera de piso
es una snob, pero además una envidiosa. Yo lo veo claro en su actitud final, cuando le deja a Grace el piso limpio y arreglado y se quita de en medio para que la pareja tenga el campo libre: le remuerde la conciencia. Lo que en realidad latía en el fondo de sus críticas continuas era pura envidia, porque Grace había conseguido un novio, iba a casarse, y ella no. |
Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Sue,
¡hay que ver los comentarios que hace Martha, la compañera de piso de Grace, sobre Ralph!
Jody aprovecha la ocasión
La temática cuartelaria es esperable en Yates, quien combatió en la 2ª Guerra Mundial y, por tanto, seguro que estuvo en algún campo de instrucción como el de este relato. La "tercera manera de sentirse solo" es la del sargento Reece, un hombre dedicado en cuerpo y alma a la profesión militar, un hombre que...
Por otra parte, he comprobado que el título original del relato es "Jody rolled the bones", que podría traducirse (no literalmente) como "Jody tiró los dados" en referencia a la influencia de la suerte, del azar, en el destino de las personas. El tal Jody que aparece en la cancioncilla militar representa a los afortunados que no fueron movilizados para la guerra y que, para colmo, se quedaron disfrutando de todo lo que los reclutados dejaron atrás. Si Yates quiso tratar en este relato el tema de la influencia de la diosa Fortuna en los destinos humanos, la conclusión tras su lectura podría ser que...
Aunque el mundo de los cuarteles me atrae menos (será porque yo no hice la mili ), igualmente me sigo quitando el sombrero ante este escritor. ¡Qué personajes!
¡hay que ver los comentarios que hace Martha, la compañera de piso de Grace, sobre Ralph!
Que si es un miserable empleaducho, un gusanito blanco, que si dice la palabra "meadero"... |
La temática cuartelaria es esperable en Yates, quien combatió en la 2ª Guerra Mundial y, por tanto, seguro que estuvo en algún campo de instrucción como el de este relato. La "tercera manera de sentirse solo" es la del sargento Reece, un hombre dedicado en cuerpo y alma a la profesión militar, un hombre que...
no se junta con los soldados en los ratos de descanso porque prefiere guardar las distancias, un hombre que se hace respetar pero no querer, un hombre incomprendido por los otros oficiales a los que deja en evidencia con su auténtico espíritu militar y amor a la profesión (cosas que ellos no tienen). Además, la famosa cancioncilla de Jody aprovechó la ocasión cuando te marchaste... Jody te robó la chica - Para qué volver a casa, así como el hecho de que nadie conozca ningún dato de la vida personal del sargento Reece, parecen insinuar una soledad aplastante que lo impulsa a refugiarse en lo único que tiene: su trabajo. |
eso de la suerte es algo muy relativo. Porque... ¿tuvieron mala o buena suerte los soldados destinados a la sección del sargento Reece? Al principio, ellos piensan que mala, y envidian a los compañeros sometidos a jefes menos rigurosos. Pero, a medida que van madurando como hombres y como soldados, comprenden que haber recibido instrucción de un oficial como Reece es todo un lujo, máxime en tiempos de guerra, donde la falta de disciplina puede significar ser blanco fácil para el enemigo. |
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- Sue_Storm
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Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Sí, Martha dice muchas burradas sobre Ralph
No tengo mucho que añadir a tus comentarios sobre Jody aprovecha la ocasión, primopons. El cuento está muy bien escrito, y he pasado un buen rato leyéndolo, aunque el ambiente cuartelero tampoco sea mi favorito (aunque recuerdo haber disfrutado con Reflejos en un ojo dorado de Carson McCullers..., pero bueno, se salía bastante de los cánones). También me ha parecido que la peripecia del sargento no sólo puede suceder en el seno del Ejército, sino que se puede extrapolar a cualquier organización jerarquizada. En ninguna de ellas el trabajo realmente bien hecho, suele ser muy apreciado ni muy valorado; suele primar siempre la medianía, que no importa que sea torpona, siempre que caiga simpática.
De madrugada terminé ¿Dolor?, ninguno; no podía dejar de leer hasta que llegué al final. El personaje de la protagonista, sin ser ni mucho menos ejemplar, me emocionó profundamente. ¡Qué situación la suya!, "prácticamente viuda", pero sin serlo del todo, y sin saber cuándo lo será. Aferrándose a la vida, o a lo que ella cree que es vida, con desesperación... Atroz, y una vez más, sin melodramas ni sentimentalismos. Más bien es tragedia pura, diría yo, y ni siquiera falta el coro: Irene y su marido de un lado, y de otro, los
Ah, y me impresionó mucho el recurso al
y probablemente es sincera: no le gusta Ralph para su amiga. No he querido decir que le envidie el novio; lo que envidia ( y yo eso lo veo claramente en su actitud) es que Grace ha encontrado con quién casarse, aunque sea un gusanito y un poca cosa. Grace se va a casar antes que ella: eso es todo. El simple proyecto del matrimonio, todavía hoy, conserva cierto poder mítico; pues imagínate lo que tenía que ser en los años cincuenta. No sé si me explico. |
De madrugada terminé ¿Dolor?, ninguno; no podía dejar de leer hasta que llegué al final. El personaje de la protagonista, sin ser ni mucho menos ejemplar, me emocionó profundamente. ¡Qué situación la suya!, "prácticamente viuda", pero sin serlo del todo, y sin saber cuándo lo será. Aferrándose a la vida, o a lo que ella cree que es vida, con desesperación... Atroz, y una vez más, sin melodramas ni sentimentalismos. Más bien es tragedia pura, diría yo, y ni siquiera falta el coro: Irene y su marido de un lado, y de otro, los
tuberculosos del sanatorio. |
contraste visual de las sábanas amarillas de los tuberculosos (que son de ese color para identificarlas en la lavandería y no mezclarla con las de otros pacientes) con las paredes verdes. Y el estruendo de las radios, cada una sintonizada en una emisora diferente. Tremendo. |
Re: Once maneras de sentirse solo - Richard Yates
Sue, entiendo lo que dices de Martha y su envidia respecto a Grace. Te has explicado muy bien.
Yo también disfruté con "Reflejos en un ojo dorado" de McCullers, pero allí el campamento militar era sólo un escenario de fondo que se adecuaba a la historia. A lo que le tengo un poco de manía es a que me cuenten las rutinas cuartelarias: ahora a tocar diana, ahora a formar en la puerta, ahora marchando hacia el campo de tiro a la vez que se canta, etc. Vamos, que nunca he aguantado que me contaran las típicas batallitas de la mili.
¿Dolor? Ninguno
Voy observando que uno de los trucos de Yates para conseguir transmitir tanta desesperanza es precisamente la ausencia de "picos" dramáticos, de los que tanto abusan otros escritores. Por ejemplo, durante la visita de Myra a Harry, si cuando él se pone a...
De este relato, me han gustado las mismas cosas que a ti. En primer lugar, el personaje central, Myra, para la que es difícil imaginar una situación más dura:
Otra cosa que me encanta es lo bien que nos mete en el ambientillo del hospital:
Y, por último, el contrapunto de Marty, Irene y Jack, personajes secundarios, pero que cumplen un papel esencial en el relato,
Yo también disfruté con "Reflejos en un ojo dorado" de McCullers, pero allí el campamento militar era sólo un escenario de fondo que se adecuaba a la historia. A lo que le tengo un poco de manía es a que me cuenten las rutinas cuartelarias: ahora a tocar diana, ahora a formar en la puerta, ahora marchando hacia el campo de tiro a la vez que se canta, etc. Vamos, que nunca he aguantado que me contaran las típicas batallitas de la mili.
¿Dolor? Ninguno
Voy observando que uno de los trucos de Yates para conseguir transmitir tanta desesperanza es precisamente la ausencia de "picos" dramáticos, de los que tanto abusan otros escritores. Por ejemplo, durante la visita de Myra a Harry, si cuando él se pone a...
leer la revista (porque, en realidad, ninguno de los dos tiene nada que contar que interese al otro), ella le hubiera montado una escenita, entonces se rompería el "efecto-Yates". Lo mismo ocurrió con la reacción resignada de Grace ante el feo que le hizo Ralph en "Lo mejor de todo". |
joven, sin hijos a los que aferrarse, alejada de su marido tanto física como espiritualmente, en una situación a la que no se ve final, y encima con mala conciencia por su relación con Jack (observamos que a la ida hacia el hospital no le deja meterle mano, pero a la vuelta sí; también observamos que, cuando le cuenta a Harry con quién ha venido al hospital, omite nombrar a Jack). En fin, ¡un infierno de situación! |
el detalle que tú señalas de los pijamas y las sábanas, las radios, el tedio (el chismito para tejer), las desavenencias entre internos, la patética visita de la comitiva del piano y los villancicos... |
ya que con su permanente frivolidad (uno tratando de magrearla a cada momento, la otra bromeando al respecto e incitando a Myra a alcanzarles en el número de whiskies, el que conduce obsesionado con correr...) demuestran su insensibilidad ante el drama íntimo que vive Myra. Por eso, adivinamos que ésta, aunque trate de evadirse con ellos de su desamor matrimonial y de su conflicto moral, en el fondo se siente terriblemente sola. |
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