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William Shakespeare
Estoy enamorada.
Pero no de un hombre
Sino de un dios mitológico
Morfeo es su nombre
De niña era hiperactiva mentalmente. De hecho, sigo siéndolo. Pero en mi infancia hurtaba al sueño todas las horas y minutos posibles, ávida de descubrir miles de cosas a través de las páginas de los libros. Con sólo 7 años, era una niña ojerosa. Y lo soy ahora, de todo modos.
De un tiempo a esta parte, he empezado a vivir más en los sueños que nunca logro recordar. Decían los antiguos griegos que Morfeo era un ángel de grandes alas níveas, y que podía adoptar la forma de cualquiera de tus seres queridos (etimológicamente su nombre significa "forma") e inducirte al sueño. Me siento cada vez mejor cuando duermo. Soy la protagonista de un cuento inverso: no soy bella durmiente esperando a ningún príncipe, porque mi casa, mi patria y mi rey es el mitológico dios. En sus invisibles y reconfortantes brazos me estoy abandonando de noche y de día. Cada vez lo necesito, anhelo y quiero más. Y cuanto más me abraza, más quiero quedarme lánguidamente entre sus fuertes y protectores brazos. Hasta le he escrito una oda ("Oda a mi gran amor")
Me regañan: "Cruz, te estás quitando horas de vida durmiendo tanto". Pero me da igual. Siento un bienestar que no es comparable con nada que pudiera hacer despierta. Y dormir es sano. Así lo ha sentado la Ciencia: incluso adelgaza. No es peligroso. O al menos... Eso creía yo... Hasta que...
He empezado a dormirme viendo una película en el Cine, y ¡sólo tengo 32 años! O sentada en el sofá viendo las noticias de Antena 3. He estado ya varias veces a punto de pasarme de mi destino en el tren, porque me suelo quedar "out" en cualquier viaje.
Hace mucho que no soy capaz de ver un programa de televisión que dure más de hora y media. He perdido el placer de ver un buen filme seguido. Y ya no soy capaz de leer más de 20 páginas de cualquier libro al día, porque la somnolencia me acecha sin tregua, y en el momento en que me relajo un poco, ¡me ataca!
Si antes me consideraban vaga e incluso indolente, ahora han comenzado a atosigarme para que vaya al médico. Durante mi adolescencia a punto estuvieron de recetarme somníferos, pero me negué, y acabé tomando grajeas de Valeriana. Ironías de la vida : ahora pretenden llevarme al matasanos para que me despierte. Siempre he odiado a los médicos. Siempre he pensado que el cuerpo o se cura solo con mayor o menor ayuda o se muere. Me dan miedo. No creo en ellos, salvo en casos muy extremos. Además, no quiero parecer porfiada, pero...
¡No quiero despertar!
Empecé buscando yo a Morfeo.
Y ahora es él quien en ígneo deseo
Se ha prendado de mí
Nunca amante tan fiel conocí
De algún modo, lo admito, el sueño ha tomado posesión de mí. ¡Ha tomado las riendas! ¡Qué feliz me siento dormida! No voy a medicalizar lo que me pasa. Puedo desarrollar mis funciones y cumplir mis deberes aun así. Peor es mi hipotensión, y de siempre me han dicho que tengo un seguro de vida con ella... ¡Y más de una vez he estado a punto de hacerme un gran daño cayendo desmayada!
Ayer dormí 5 horas seguidas de siesta.
Era sábado
"Caminas sobre un precipicio"-me han llegado en tono hiperbólico a espetar
Y yo sólo pienso:
Ojalá durmiera aun más...
Enlace
me gusta mucho esto que has escrito 
, pero...¿te está pasando de verdad? 
uno de los pocos grupos españoles que me gustan.
Tan bueno, que hasta tiene alas de ángel 
Jajaja 
