El mundo Real
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Agatha los observaba desde lejos casi se diría con admiración. Su cuerpo carecía de toda consistencia y su color era rojo. Se adivinaba una sonrisa en sus rostros, parecían felices. Sus movimientos eran torpes, uno llegaba a figurarse a dónde se dirigían pero recorrían grandes espacios para llegar a su objetivo. Eran hombres-gelatina. La estatura de estos seres superaba el metro ochenta, aunque lo que más impresionaba al verlos era su anchura. Esto se debía a que sus cuerpos nunca cesaban de moverse hacia un lado y hacia el otro, hacia diestra y siniestra.
La niña-su edad no superaba los diecisiete años- con esa curiosidad tan propia de los infantes, se decidió a hacer contacto con estos seres. Lo primero que le llamó la atención fue que parecían obedecer a au rey, al que se lo podía identificar por la corona que se encontraba en su cabeza. Los demás, sus súbditos, se movían alrededor de él, lo seguían. Agatha se fue acercando más y más hacia la presencia tan atractiva de ese ser. Pudo ver que tenía una etiqueta que decía Pierre y posteriormente comprobó que todos tenían etiquetas con sus nombres: Jacqueline, Paul, Sean y Roxanne. En total eran cinco y como era de esperarse todos de un gusto diferente: frutilla, limón, naranja, manzana y uva; de colores rojo, amarillo, naranja, verde y violeta.
Rápidamente, la señorita se enamoró de Sean, era el de sabor a frutilla y color violeta. Fue corriendo hacia él y le confesó sus sentimientos. Inmediatamente, Paul-el de sabor a limón y color rojo- tomó un frasco de crema que se encontraba a unos metros (acción que le tomó unas dos horas) y la arrojó sobre la cabeza de Sean (aquí se demoró dos días). Acto seguido, Agatha tomó de su cartera una cuchara, sus hermanas siempre le habían dicho que una dama no debe olvidarse de llevar ese utensilio en su cartera, una nunca sabe; empezó a comer a Sean con crema, porque su postre favorito eran las frutillas con crema y la gelatina, y ahora lo tenía todo junto. Una vez satisfecha, la mujer-pues a esta altura ya tenía veinticinco años- tomó una gran lámina que encontró tirada en el suelo, comenzó a dibujar a Sean tan bien como lo recordaba, lo recortó y por último se acostó en su cama, abrazándolo. Poco a poco, ella se fue quedando dormida, todavía relamiéndose los labios a causa del delicioso saber a gelatina.
Agatha los observaba desde lejos casi se diría con admiración. Su cuerpo carecía de toda consistencia y su color era rojo. Se adivinaba una sonrisa en sus rostros, parecían felices. Sus movimientos eran torpes, uno llegaba a figurarse a dónde se dirigían pero recorrían grandes espacios para llegar a su objetivo. Eran hombres-gelatina. La estatura de estos seres superaba el metro ochenta, aunque lo que más impresionaba al verlos era su anchura. Esto se debía a que sus cuerpos nunca cesaban de moverse hacia un lado y hacia el otro, hacia diestra y siniestra.
La niña-su edad no superaba los diecisiete años- con esa curiosidad tan propia de los infantes, se decidió a hacer contacto con estos seres. Lo primero que le llamó la atención fue que parecían obedecer a au rey, al que se lo podía identificar por la corona que se encontraba en su cabeza. Los demás, sus súbditos, se movían alrededor de él, lo seguían. Agatha se fue acercando más y más hacia la presencia tan atractiva de ese ser. Pudo ver que tenía una etiqueta que decía Pierre y posteriormente comprobó que todos tenían etiquetas con sus nombres: Jacqueline, Paul, Sean y Roxanne. En total eran cinco y como era de esperarse todos de un gusto diferente: frutilla, limón, naranja, manzana y uva; de colores rojo, amarillo, naranja, verde y violeta.
Rápidamente, la señorita se enamoró de Sean, era el de sabor a frutilla y color violeta. Fue corriendo hacia él y le confesó sus sentimientos. Inmediatamente, Paul-el de sabor a limón y color rojo- tomó un frasco de crema que se encontraba a unos metros (acción que le tomó unas dos horas) y la arrojó sobre la cabeza de Sean (aquí se demoró dos días). Acto seguido, Agatha tomó de su cartera una cuchara, sus hermanas siempre le habían dicho que una dama no debe olvidarse de llevar ese utensilio en su cartera, una nunca sabe; empezó a comer a Sean con crema, porque su postre favorito eran las frutillas con crema y la gelatina, y ahora lo tenía todo junto. Una vez satisfecha, la mujer-pues a esta altura ya tenía veinticinco años- tomó una gran lámina que encontró tirada en el suelo, comenzó a dibujar a Sean tan bien como lo recordaba, lo recortó y por último se acostó en su cama, abrazándolo. Poco a poco, ella se fue quedando dormida, todavía relamiéndose los labios a causa del delicioso saber a gelatina.
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Re: El mundo Real
Pobre Sean, que encima sus compañeros ayuden a Ágata a que se lo coma con mas placer. ¿No se preguntan quién será el próximo?
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Si cedes una libertad por egoísmo, acabarás perdiéndolas todas.
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Re: El mundo Real
Hola señora, gracias por comentar. No, no se lo preguntan pues son todos de gelatina y a ella solamente le gustaba el de sabor a frutilla. Un saludo.lucia escribió:Pobre Sean, que encima sus compañeros ayuden a Ágata a que se lo coma con mas placer. ¿No se preguntan quién será el próximo?
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- shirabonita
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Re: El mundo Real
Surrealista y con fortísimo contraste entre el principio, que parece un sueño o casi algo de Sci-Fi, y el final , tan cotidiano, tan normal. El texto es super original, Greg.
(A mí también me ha dado pena el pobre Sean )
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Re: El mundo Real
Que gran imaginación tienes, Gregsamsa.
Me asombra lo extraño y coherente que es al mismo tiempo tu texto.
un saludo.
Me asombra lo extraño y coherente que es al mismo tiempo tu texto.
un saludo.
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Re: El mundo Real
Gracias por pasar, Shira, bonita. Me alegro que te haya causado esa impresión. No estoy demasiado prolífico, esto sólo ha sido gracias a una pequeña amiga que me sugirió algo de personas de gelatina. Un saludo.shirabonita escribió:Surrealista y con fortísimo contraste entre el principio, que parece un sueño o casi algo de Sci-Fi, y el final , tan cotidiano, tan normal. El texto es super original, Greg.
(A mí también me ha dado pena el pobre Sean )
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Re: El mundo Real
Gracias por los elogios, Conphoos. Peculiar definición la que has hecho de mi relato.Conphoos escribió:Que gran imaginación tienes, Gregsamsa.
Me asombra lo extraño y coherente que es al mismo tiempo tu texto.
un saludo.
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Re: El mundo Real
Este no me ha gustado tanto Greg, lo he leído dos veces y aunque alabo la imaginación que desborda y el surrealismo, y sobre todo la originalidad que te caracteriza, no me ha acabado de gustar.
Un abrazo. Sé que te gusta la sinceridad-
Un abrazo. Sé que te gusta la sinceridad-
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Re: El mundo Real
Grandioso. Prefiero que me digas esto. Amiga no te preocupes, solamente fue un arrebato de inspiración. Un saludo.Berlín escribió:Este no me ha gustado tanto Greg, lo he leído dos veces y aunque alabo la imaginación que desborda y el surrealismo, y sobre todo la originalidad que te caracteriza, no me ha acabado de gustar.
Un abrazo. Sé que te gusta la sinceridad-
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- Eleanis
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Re: El mundo Real
Qué relato tan extraño Greg. Obviamente surrealista. Me imagino a esos seres de gelatina moviéndose como flanes, completamente translúcidos, aromáticos y un tanto informes.
No es lo mejor que he leido de ti, pero es muy original. Me entretuvo su lectura.
Un abrazo, Greg
No es lo mejor que he leido de ti, pero es muy original. Me entretuvo su lectura.
Un abrazo, Greg
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- Roy Guthier
- Lector ocasional
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Re: El mundo Real
Me gustó mucho. Me llamó la atención los nombres de los seres gelatinas, bastante "señoriales" como para ser de uva y de frutilla, me gustó ese detalle. También me causa curiosidad el por qué las gelatinas tardan tanto tiempo en realizar acciones. Saludos
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Re: El mundo Real
No me gusta lo irreal, surrealista, en defintiva lo que no tiene explicación. Pero es innegable tu facilidad para escribir y tu creatividad. Me ha gustado el final.
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Re: El mundo Real
Me doy por hecho simplemente por haberte entretenido. Un abrazo y es un gusto que hayas encontrado esas características en mi relato.Eleanis escribió:Qué relato tan extraño Greg. Obviamente surrealista. Me imagino a esos seres de gelatina moviéndose como flanes, completamente translúcidos, aromáticos y un tanto informes.
No es lo mejor que he leido de ti, pero es muy original. Me entretuvo su lectura.
Un abrazo, Greg
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Re: El mundo Real
Hola Roy, gracias por comentar. Lo de los nombres es porque el relato es para una amiga que gusta de esos nombres. Y lo del tiempo, es porque se mueven muy lenta e irregularmente. Igual, encontrar sentido a todo es absurdo. Un saludo y gracias de nuevo.Roy Guthier escribió:Me gustó mucho. Me llamó la atención los nombres de los seres gelatinas, bastante "señoriales" como para ser de uva y de frutilla, me gustó ese detalle. También me causa curiosidad el por qué las gelatinas tardan tanto tiempo en realizar acciones. Saludos
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