
Noooo, se me ha borrado una hipótesis nuevaaa...
bueno, pues resumo y punto:
Giada tuvo un escarceo amoroso en su adolescencia con un señor casado, fruto de lo cual quedó embarazada. Sus padres la mandaron a la Toscana fuera de los objetivos de la prensa sensacionalista y cuando dio a luz dieron la criatura en adopción a una familia del pueblo.
Giada trata de ver aquello como una experiencia que olvidar, un apuro del que ha salido, una mierda que no hay que remover.
Su hija no piensa igual: ha descubierto quién es su madre: una rica snob y derrochadora, mientras ella vive relegada a una vida rural humilde, ordeñando vacas y esas cosas. Empieza a interesarse por la vida de su madre, le fascina, le apasiona...si pudira acercarse a ella...decide estudiar estilismo, moda y un sinfín de ecéteras del mundillo. Contacta con ella, consigue ser su asesora de imagen, su mano derecha, se hace imprescindible. Cada vez está más cerca el momento de decirle quién es. Su madre estará orgullosa, le abrirá las puertas de su casa como hija, no como allegada. Pero Giada tiene aquella frase desafortunada que hace romper el hechizo: "nunca estarás a la altura, este mundo te viene grande". La hija cambia de planes: caído el mito que creó, ahora sólo queda el despecho, el rencor, la ira, la venganza: se despierta su lado oscuro, cual Anakin Skywalker. Decide que Giada ha de pagar. La avisa, le escribe una misiva en tono amenazador. Le prepara el cuerpo...pero no le dice quién es ella.
La noche de autos, Giada está nerviosa, angustiada, intenta ver tras cada máscara el rostro de esa hija que abandonó hace tantos años...se siente rodeada, asediada, ahogada...el champán, las luces, las máscaras, la música...decide ir a su despacho. Abre el ventanal que da al canal, toma aire, se quita la máscara...Poulain aparece allí, y confirma sus peores sospechas: ella es la hija despechada. Le da pruebas, le da un colgante con un pedrusco caro que dejó en su cunita como único recuerdo materno. Giada lo coge y lo aprieta contra el pecho con fuerza: su pasado vuelve a ella, aquel era su collar favorito. El pedrusco le deja marca en el pecho. Pero vuelve en sí y rompe el encanto: "¿Cuánto quieres? Ahora mismo te extenderé un cheque por la cantidad que me pidas". Poulain, con los ojos inyectados en sangre, se acerca a Giada, que retrocede hasta el borde de la baranda. Poulain le coloca bien la máscara en su bello rostro, la besa y le susurra al oido: "le he vendido la exclusiva a Adisson. Mañana sale publicado en el Arriverderci". Era un farol, claro, pero a Giada le da un ataque al corazón. Pou la coge de ambos brazos y la arroja al canal.
ASESINA: POULAIN
ARMA: UNA NOTICIA DE INFARTO
MOTIVO: ERA SU HIJA QUE ABANDONÓ Y GIADA LA DESPRECIA