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Baron Cohen hace 2 programas de los que tambien hay peliculas que se llaman Borat y Bruno, son bastante pasados de rosca, de burlan de absolutamente todo y de la forma mas afilada, muchos no lo soportan, pero a mi me hace gracia muchos de los pasotes de este señor.
Demostones escribió:Ey, soy seminuevoen el juego y no se como va esto. Veo que os habeis canviado el avatar conforme a la tematica, me vusco un tambien?
Normalmente es lo que hacemos para ir ambientando cada caso...
Pero cada uno puede hacer lo que quiera.
Demostones escribió:Ey, soy seminuevoen el juego y no se como va esto. Veo que os habeis canviado el avatar conforme a la tematica, me vusco un tambien?
Normalmente es lo que hacemos para ir ambientando cada caso...
Pero cada uno puede hacer lo que quiera.
Puedes hacer lo que quieras...pero cámbiatelo porfaaaa... es tan divertido...y te ayuda a entrar en materia, a meterte en la historia para reconstruir los hechos y todo eso... esto me lo he inventado yo un poco ejemm...pero bueno, a mí me sirve, me parece divertido eso sí
Bueno, pues a pesar de que parece que no hay mucha gente por estos lares, yo voy a ir subiendo el caso.
Perfil de los sospechosos:
- Demostones. Director de un resort en las Sychelles, es un cuarentón soltero (fue pareja de hecho de Adisson, no llegaron a estar casados) de buen ver, encantador y seductor que conquista con su labia y porte. Lleva un años en Mahé y tiene tras de sí a parte del personal femenino del hotel, y a buena parte de las féminas que con o sin marido se hospedan en el mismo. No busca relaciones serias, y por las noches suele vérsele con un variado acompañamiento.
- Adisson. Profesora de universidad, ex pareja de Demostones, se separaron debido a la distancia a la que su relación se vio sometida, pues la cadena de hoteles para la que Demostones trabajaba le ofreció dirigir un resort de nueva creación en Seychelles, y éste no dudó por un momento en aceptar tal oferta. Ninguno de los dos quiso renunciar a su carrera profesional, por lo que la separación fue cuestión de tiempo. Ambos tienen un último nexo de unión, su hija Moskita.
- Moskita. Hija de Demóstones y Adisson, en los últimos tiempos le ha tocado lidiar con la separación de sus padres y a pesar de que si hiciese un balance del tiempo que han pasado los tres juntos, el resultado sería irrisorio; no termina de acostumbrarse a la ruptura que ha sufrido su hogar. Es por ello, que su rebeldía la lleva a tratar de hacer todo lo posible para disgustar a sus progenitores, su última ocurrencia ha sido declararse gótica.
- Raquelina. Directora de una sucursal bancaria ubicada en la capital condal. Volcada por completo en su trabajo, tiene una situación acomodada, es soltera y además hace mucho que no se le conoce una relación sentimental. Conoció a Adisson en el gimnasio, y son amigas desde hace cinco años, ambas suelen quedar a menudo para ir al cine, de compras o para comer.
- Micka. Barman argentino del hotel. En el pasado fue militar, cuando cumplió los 18 años se alistó, con tan mala suerte que a los pocos meses le tocó servir en la guerra de las Malvinas, afectado psicológicamente por la misma, decidió vivir la vida de una forma diferente, hizo el petate y se marchó a ver mundo, recayó en Seychelles hace 2 años tras haber hecho un tour por América, Europa y parte de África. Ha comenzado a cansarse del lugar, desde hace un tiempo tiene una sensación claustrofóbica, se ahoga en la isla. Ese día antes del atardecer, las cámaras lo muestran hablando con Adisson.
- Veves. Vasca, esposa de marinero, que tras morir éste al hundirse el barco atunero en el que faenaba en pleno Índico, decide trasladarse a Seychelles para tratar de presionar a las autoridades encargadas de la búsqueda de los náufragos. Desde aquello han pasado tres años, y sin ningún resultado. Ha decidido quedarse en Mahé, porque no tiene a nadie esperándola en España. Así que contactó con la escasa comunidad española, y por medio de esta fue contratada en el resort que dirige Demóstones, es pinche de cocina, a las órdenes de Leonita. La muerte de su marido la dejó conmocionada, pero ahora que han pasado los años, quiere rehacer su vida junto a alguien.
- Leonita. Chef andaluza del resort, de reconocida fama mundial, fue contratada por Demostones, porque quería atraer también a los turistas por la gastronomía. Es una mujer de carácter y perfeccionista hasta límites insospechados. A pesar de su buena cara con Adisson, no le hizo ninguna gracia tener que quedarse más tiempo de lo habitual, para prepararle la cena a la ex del director; pues habían tenido una especie de relación, pero éste al no querer comprometerse, había saltado a otra flor, y ahora para más inri tenía que ver la cara de la ex. La abnegada Veves es quién tiene que aguantar sus enfados y reproches.
- Eboli. Jefa de seguridad del resort. Tiene un cuerpo escultural curtido a base de gimnasio, ha sido la última en sumarse a la plantilla, es de origen indio, sus abuelos emigraron a Seychelles tras los altercados y el colapso que sufrió el país en 1947 con la independencia de éste. Es una persona introvertida, no habla mucho, pero es conocedora de todo. Además a ello le ayuda que desde su oficina tenga controlado todo el resort, mediante un circuito de cámaras de seguridad situadas en puntos estratégicos.
- Poulain. Recepcionista del resort. Encargada de las funciones administrativas relacionadas con la entrada, alojamiento y salida de los huéspedes, es muy diligente en su trabajo y trata de asesorar a los clientes de la mejor forma posible durante su estancia. Debido al puesto que desempeña y al estar éste ubicado estratégicamente, lo sabe absolutamente todo acerca de los clientes, de sus compañeros de trabajo e incluso del jefe. Los turnos de la noche está visto y comprobado que son la mar de interesantes. Es pareja del Luis, llevan un tiempo saliendo y con planes de irse a vivir juntos.
- Luis. Hombre polifacético donde los haya, es socorrista de la piscina del resort, y cuando no ejerce de eso, ayuda en el mantenimiento del hotel o realiza las veces de chófer. Es todo un “don juan” entre las turistas, y más de un marido se ha puesto celoso y le ha montado algún altercado. Con todo y con eso, está saliendo con Poulain, quien cree que yéndose a vivir con juntos, lo hará entrar en vereda. Además tiene varias amonestaciones, por lo que su trabajo pende de un hilo. Pero algo en él ha cambiado, desde que vio aparecer a Adisson en el aeropuerto, no pudo apartar sus ojos de ella y la observa siempre que puede.
- Anaid. Ingeniera de telecomunicaciones española que en estos momentos está de vacaciones en Seychelles, celebrando su reciente divorcio. Sí, han leído bien, ha acabado tan exhausta del largo y beligerante proceso, que ha decidido hacerle una visita a su queridísimo hermano Demostones. Ésta nunca se ha llevado bien con su cuñada Adisson, jamás se supo por qué…
- Giada. Es la encargada de los pedidos de restaurante. Ama en secreto a Demostones, pero debido a su timidez nunca ha sido capaz de decirle algo más que un hola o un adiós, además sabe que Leonita y otras tantas han tenido algo con él. A pesar de todo, sueña con ser ella quien una noche cene con él.
Participantes del Cluedo Forero, hagan sus equipajes, pues nos trasladamos todos a las paradisíacas Seychelles.
Vayan familiarizándose con su rol y estudien el de los demás... Porque detrás de esos perfiles, huelga decir, que hay un asesino en potencia.
Última edición por Adisson83 el 19 Mar 2011 19:18, editado 1 vez en total.
Y así fue, mi olfato no me falló, y haberlos los hubo que me quisieron matar, y alguno/as lo consiguieron, así que ahora me hallo avanzando hacia la luz y rememorando mis últimos días de vida, que aunque un tanto agitados, también he decir que fueron placenteros...
Así comenzó la historia de mi muerte, reflexionando sobre mi existencia...
Soy profesora de universidad separada y con una hija, mi trabajo impartiendo clases y realizando publicaciones me tuvo completamente absorbida durante años, sé que descuidé mi “matrimonio”, aunque esto fue mutuo; pero lo peor de todo, lo que más me duele, es que también veo que descuidamos a mi hija, Moskita. Ese pequeño ser que cuando nació me robó un trocito de mi corazón, pero que ahora me roba toda mi santa paciencia, soy totalmente consciente de que está en plena edad del pavo, y que además está haciéndole frente como puede a la separación, y al hecho de que su padre de la noche a la mañana se encuentre a miles de kilómetros de distancia.
Ahora es Semana Santa y tiene unos días de vacaciones, por lo que hemos convenido que vaya a visitar a su padre, lo extraña mucho y espero que aproveche estos días junto a él. Pero ahora que no está, irremediablemente la echo de menos.
Precisamente en ella estaba pensando cuando sonó el teléfono, al descolgar me sorprendió oír la voz de Demostones, el tono era preocupado, y en mi se encendieron todas las alarmas. Y no era para menos, pues me comunicaba que Moskita había tenido un “pequeño percance” (así lo llamó), se había roto una pierna mientras practicaba esquí acuático y ahora acababan de llegar del hospital. Trató de tranquilizarme y me preguntó si podría viajar hasta allí para luego ayudar a Moskita a hacer el viaje de vuelta. Le dije que sí, que en el primer vuelo que hubiese, por lo que nada más colgar compré un billete para Mahé. No soy de lágrima fácil, pero no pude evitar que por mis mejillas resbalaran un par de lágrimas.
No lograba quitarme la preocupación y decidí llamar a Raquelina. Ésta insomne como yo, trató de consolarme y dijo que me acompañaría, eran más de 12 horas de avión y no quería dejarme sola, así que se cogió varios días de vacaciones.
Partimos al día siguiente temprano, el vuelo fue muy tranquilo y, ya muy tarde, por fin llegamos a Mahé. Una vez en el aeropuerto estaba el chófer del resort esperándonos, se presentó como Luis. La verdad, yo no me fijé en cómo era el tal Luis, ni en si era bonita la isla o si dejaba de serlo, estaba deseando de ver a mi hija; Raquelina sí que charló un poco con él durante recorrido, no recuerdo de qué hablaron, pero pareció que congeniaban.
Y cuando llegamos, ¡¡ay cuándo llegamos!! Y veo a Moskita toda llena de arañazos, con un brazo y una pierna escayolados, sentada en una silla de ruedas…y para colmo las escayolas eran negras…
- Pero ¿cómo no me dijisteis esto?.- Pregunté como buenamente pude.
- Porque sabíamos que te pondrías así…-. Respondió Moskita en tono pasota.
- ¿Y por qué las escayolas son negras? Si toda la vida han sido blancas…-.
- Mamá, recuerda que ahora soy gótica, además, el doctor que era superenrollado, y me dio a elegir entre varios colores…
- El doctor te podía haber puesto la escayola de toda la vida.
- No hubiera importado mamá… yo la hubiera pintado con permanente o con lo que hubiera sido.
Di dos besos a Demostones, y a mi ex cuñada Anaid, (me sorprendió verla allí, más tarde supe el porqué) y me centré en Moskita, que estaba ahí toda hecha un cristo y fui empujando la silla hasta su habitación. Más tranquila tras haber hablado con ella, la dejé en allí descansando y me fui a cenar al restaurante. Era un poco tarde, pero la cocinera hizo una excepción conmigo, así fue como conocí a Leonita, a la que personalmente le agradecí el gesto, y la felicité por sus exquisitos platos. Ésta le restó mérito y dijo que ella no sería capaz de realizar todo sin la ayuda de Veves, su pinche y mano derecha, y sin Giada, la encargada de elegir los mejores productos de la isla.
Para cuando por fin me encontré con Raquelina, vi que ésta no había perdido el tiempo, estaba charlando con Mickas, un barman de acento argentino, muy seductor por cierto, al que le pedí un margarita, pero estaba tan agotada, que no pude disfrutarlo como se merecía, y me marché a descansar. Raquelina prefirió quedarse un “ratito” más.
Rendida me introduje en mi cama, y me atrevería a decir que en la misma postura que me dormí amanecí… Totalmente descansada y más tranquila me duché y pasé por la habitación de Moskita y de Raquelina para ver si querían desayunar conmigo. Moskita, estaba esperándome, tan sólo a falta de subirse en su silla de ruedas; pero Raquelina tenía colgado el cartelito de no molestar…
Desde luego que el resort era maravilloso, Moskita me lo fue mostrando, y el paraje en el que estaba asentado, me dejó sin palabras, a escasos metros de la playa, con una arena casi blanca, y agua cristalina… Era una pena que Moskita estuviese en esas condiciones, pero decidí que los restantes 3 días que nos quedaban de estancia los iba a disfrutar.
Moskita me sugirió pasar por el despacho de Demostones para ver si éste quería desayunar con nosotras, a mí me pareció una buena idea, y allí nos dirigimos a buscarlo. Su despacho tenía la puerta abierta, y de él salía una conversación entre Demostones y una mujer, Moskita conocía su voz y me dijo que era Éboli, la jefa de seguridad del hotel, y que su padre no tardaría mucho en unirse a ellas, era algo rutinario. Y así fue, no llevábamos ni dos minutos esperando cuando la jefa de seguridad salió del despacho, y yo que me había forjado una imagen en mi cabeza de una mujer fuerte, me vi observando a una chica de unos escasos treinta años, piel morena y un cuerpo escultural, quien nos saludó y se encaminó a lo que supuse sería su oficina. Demostones cumpliendo con la rutina de los últimos días desayunó con su hija y ahora excepcionalmente conmigo, un poco más tarde se nos unió mi ex cuñada Anaid. Moskita se veía muy contenta, incluso estaba más relajada, y supuse que era porque estábamos allí desayunando como una familia normal.
Al terminar subimos a nuestras habitaciones para cepillarnos los dientes, y de nuevo al pasar por la habitación de Raquelina, seguía el cartelito puesto. Le sugerí a Moskita que me acompañase a la playa un ratito, que estaba ansiosa por zambullirme en esas aguas, pero ella me dijo que a pesar de que podía ir (había una pasarela de listones de madera), su reciente goticismo se lo impedía, y me recordó aquello de “mamá ya no soy una niña, no tienes que estar pendiente de mi las 24 horas del día, ya has comprobado que estoy bien, ve a relajarte”. Así que me puse mi bikini (menos mal que lo eché en la maleta, eso del “por si”, siempre viene bien) y cuando atravesaba el hall de entrada, al saludar a la chica de recepción (su plaquita la identificaba como Poulain), me sugirió ir una zona de playa un poco más exclusiva del resort.
Cuando llegué vi que Anaid había llegado antes que yo, sabía de su animadversión hacia mí, no sabía el por qué, varias veces había tratado de hablar del tema con ella, pero había resultado imposible saber donde radicaba el problema, ahora eso ya me daba igual, así que le pregunté si le importaba que le hiciese compañía, a lo que respondió que para nada. Extendí mi toalla sobre la tumbona y sin esperar mucho fui a darme un chapuzón… Aquello, aquello… era el paraíso.
A la hora de comer, Raquelina se nos unió en el restaurante, no hacía mucho que se había levantado y tenía una leve sonrisa dibujada en su rostro… Dijo que había descansado muy bien y que por la tarde le apetecía ir a la playa, supuse que cuando estuviéramos a solas, me contaría todo lo ocurrido durante la noche anterior. Pero una vez en la playa, ésta no soltó prenda.
La noche cayó sobre la isla precedida de un precioso atardecer, que no quise perderme, es más, haciendo uso del spa me di un baño en un jacuzzi que estaba estratégicamente orientado hacia poniente, y ahí me quedé contemplando ese imborrable momento. Del relax que me entró me quedé un poco traspuesta, y cuando me desperté eran casi las 9 de la noche. Casi olvido por completo que Demostones nos había invitado a una cena que tendría lugar en el resort, que suponía la apertura de la semana dedicada a un Festival de Imágenes Submarinas. Así que subí literalmente corriendo a mi habitación y me arreglé todo lo rápido que pude. Al poco tiempo tocaron a mi puerta, eran Raquelina y Moskita que me esperaban ya preparadas, y me apremiaban a darme prisa; sorprendentemente mi hija no iba de negro, supongo que su padre la había convencido, yo encantada, no hice ningún comentario.
Y ahí estaba yo, con un vestido precioso que había llevado “por si acaso”, siguiendo la presentación del Festival, que más tarde dio paso a la cena. Fuimos presentadas a varios políticos y personas del mundo de la cultura de la isla, e intercambiamos impresiones acerca de las imágenes que se iban a mostrar y de la belleza que poseía el archipiélago, tanto en la superficie como bajo el mar. Posteriormente cenamos, y tras ello hubo un baile en una de las terrazas del resort, los músicos eran un grupo alternativo con un gran repertorio de chill out, por lo que pude comprobar.
Al poco tiempo como por arte de magia, comenzó a sonar Koop island blues, y acto seguido Demostones me sacó a bailar, al parecer no había olvidado que a mí me encantaba esa canción, y cuando estábamos ahí en medio de la pista, comenzó a susurrarla en mi oído, se me erizó el bello y tuve una sensación de dejà vu, era como si no nos hubiésemos separado; y luego esa letra, que parecía amoldarse a lo que quizás estuviésemos viviendo, el caso es que fue una sensación muy extraña y mi imaginación quizás me estuviese jugando una mala pasada; pero tan conmocionada quedé que de lo único que fui capaz fue de despedirme de mi hija y de Raquelina, quería subir a mi habitación y estar sola.
....…
Sobre las 12 horas del mediodía siguiente, me hallaron muerta Raquelina y Moskita, quienes tras aporrear la puerta y ver que no respondía, llamaron a seguridad y a recepción y al abrir la puerta, encontraron mi cuerpo tendido en la cama y a simple vista no presentaba ningún indicio de haber sido asesinada.
A ambas les extrañó que no me hubiese levantado a esas horas, y el cartel de no molestar que mi asesino colocó las había disuadido de molestarme.
Posibles armas:
Jarrón zen.
Almohada.
Manos.
Inyección.
Picahielos.
Adorno de granito.
Lámpara.
Mosquitera.
Pistola taser.
Machete.
Porra.
Si detectáis algún fallo, decidlo, tengo la cabeza un poco cargada y ya no sé ni lo que escribo.
Yo no lo conozco al tipo pero...Señor...daña la vista
es tan divertido...y te ayuda a entrar en materia, a meterte en la historia para reconstruir los hechos y todo eso... 
esto me lo he inventado yo un poco ejemm...pero bueno, a mí me sirve, me parece divertido eso sí 
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