No estoy avanzando mucho en la lectura por falta de tiempo, pero lo que llevo leído hasta ahora... me está gustando. En un principio el ambiente de instituto me pareció típico y manido, como de telecomedia juvenil, y empecé a pensar "oh, no, me he equivocado con este libro". Pero esa impresión se me borró enseguida y dejó paso a otras.
Además de la forma en que está escrito, con un falso laconismo que sugiere muchísimo más de lo que explícitamente se dice, me encanta cómo la autora es capaz de meter al lector en la piel de un adolescente. Cómo transmite, con tremenda exactitud, esa sensación de incomodidad tan propia y exclusiva de esa edad: ese sentirse incómodo prácticamente por todo; no querer que los adultos te hablen, ni te miren, ni se dirijan a ti; interpretar cualquier intento de aproximación como una agresión en potencia a tu sacrosanta intimidad. Todo eso está muy bien conseguido. Y la relación familiar tan peculiar, marcada por los celos, las esperanzas y la envidia, que hay establecida entre el protagonista, su hermano mayor y su padre; la presión que eso supone para un chico de esa edad, que no se atreve a decir lo que realmente piensa sobre su futuro y sus posibilidades académicas, por no defraudar a su padre. A propósito, me llama la atención lo poco que la autora habla de la madre, en contraste con muchas otras ficciones de procedencia anglosajona, donde el papel de la madre es el preponderante y el padre aparece más bien como un cero a la izquierda.
En cuanto a la trama principal, entiendo perfectamente (porque la autora lo explica así, perfectamente)
| cómo se sintió el protagonista en aquellos momentos que pasó en el coche junto al profesor Tracy; momentos en los que ciertamente no sucedió nada reprochable, pero la tensión sexual que embargaba a Tracy en presencia del adolescente era evidente, tanto que no pudo dejar de ser percibida por éste, aunque fuera de forma instintiva, inconsciente, sin ponerle nombre más allá de un simple encontrarse incómodo. |
Ahora bien: de ninguna manera justifico
| la lamentable cobardía de Darren, al negarle a Tracy su ayuda cuando éste se ve calumniado. De acuerdo, es un criajo y la presión del grupo es fuerte; pero por otra parte tampoco es tan crío, tiene ya dieciséis años, una edad en la que todos sabemos distinguir lo que está bien de lo que está mal. Negarle a Tracy su ayuda es un acto de cobardía injustificable. Muy mal por Darren. |
Sigo
aunque me temo que esto no va a terminar bien...
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