Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Arjona

Aunque los elfos y los hobbits están de moda, la fantasía es mucho más.

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SergioZM
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Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Arjona

Mensaje por SergioZM »

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Sinkim
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Re: Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Ar

Mensaje por Sinkim »

Hola Sergio, lo primero de todo se muy bienvenido a este foro y espero que tengas mucha suerte con tu novela :D

He modificado ligeramente tu mensaje para dejar algún dato más del libro :D

Podría estar bien que dejarás el primer capítulo por si alguien quiere echarle un vistazo :D
"Contra la estupidez los propios dioses luchan en vano" (Friedrich von Schiller)

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Roland
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Re: Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Ar

Mensaje por Roland »

Bienvenido, Sergio. Gracias por traernos tu novela. Qué tengas mucha suerte y éxito con ella. :D
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SergioZM
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Re: Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Ar

Mensaje por SergioZM »

Os dejo el primer capítulo de la obra, por si os interesa.

La entrevista



Un nuevo día comenzaba con el sonar del despertador. Eran las siete y media de un sábado glorioso, ni siquiera el molesto ruido que producía el aparato podía molestar aquel día a Mike Harper. No, aquel día era el más esperado por toda la gente de Inarm, la isla en la que vivía, un día que a cualquier persona normal le habría parecido común y corriente, pero que a los habitantes de la isla les sabía a gloria. Un nuevo amanecer que cambiaría todo por completo, el sol que salía brillaba más que nunca, parecía que la estrella también quería sumarse a la felicidad de los inarmenses. Nada en el mundo podría cambiar lo que se estaba viviendo, todo el mundo salía de sus casas con una sonrisa de oreja a oreja en la cara, cualquier desgracia personal que tuviesen no les afectaba. No, aquel día era imposible que la tristeza hiciera acto de presencia en la población, aquel día era especial para Renno, la capital de la isla, nada podría cambiar eso en varios días, la gente estaba deseando que amaneciera para salir a disfrutar y a celebrar durante horas y horas aquel veintiuno de febrero, pese a no ser un día festivo la gente no iba a ir a trabajar, tenían permiso por parte del gobierno de la ciudad y de sus propias empresas para no hacerlo. Como locos todos fueron a los kioscos a comprar ejemplares del diario de la isla, en poco más de una hora ya no habían mas existencias del diario en cuestión, las ventas aquel día se dispararon como si de una montaña rusa se tratase, el director del periódico Primicia se estaría frotando las manos al contemplar el éxito de aquel día. Y era normal tanto revuelo, todos esperaban la noticia oficial de la victoria del ejército, liderado por John Wolf y sus amigos de confianza, frente al ejército del mal dirigido por el villano que atormentó a Inarm durante los últimos veinte años: Wade Morrison.
El periódico traía multitud de noticias y reportajes sobre el lugar donde se celebró la batalla, las Montañas Solitarias, y sobre el guerrero que la gente denominaba “el guerrero diabólico”. Wade Morrison era el mal personificado para muchos, durante veinte años se dedicó a propagar la tristeza, el miedo y la desesperación por cada rincón de la isla y su cuartel se escondía cerca de las Montañas Solitarias (llamadas así porque nadie vivía cerca de aquel lugar) que se encontraban en la esquina noroeste de la isla, ni las carreteras llegaban allí.
Aquel lugar fue parte de numerosas leyendas y cuentos que se contaban a los más pequeños para enseñarles a no ir donde no deben, la historia de aquellas montañas (que tenían una vista maléfica) era confusa, nadie se ponía de acuerdo a cerca de aquel lugar. Antaño se organizaron expediciones para saber más cosas y poder relatarlas, todos los lugares de la isla estaban registrados y explorados, todos excepto las Montañas Solitarias, las personas que entraban en aquel lugar nunca salían, la gente decía que había una maldición antigua que no permitía dejar escapar a aquel insensato que se atreviera entrar. Sólo un loco como Wade Morrison se atrevió a entrar allí, después de todo era un lugar al que nadie iría a buscarle.
La leyenda del guerrero oscuro que eclipsó durante veinte años la isla llegó a su fin, todo el mundo se mostraba feliz y exultante tras leer las noticias que venían en el periódico Primicia, por fin podrían ir a cenar a los restaurantes, salir a pasear con los amigos, ir con sus hijos al parque… ¡y no habría riesgo para nadie! Por fin no irían a trabajar con el miedo de que les pudieran secuestrar. Durante años aquella fue la tónica de todas las semanas: ataques, asesinatos, secuestros… el odio de Wade Morrison hacia la población era desmesurado, poca gente le conocía personalmente, uno de ellos era John Wolf, el mismo hombre que le paró los pies el día anterior.
Mike era uno de los héroes de la batalla, gran amigo de Wolf desde que era un pequeñín, era un hombre que dedicó su vida a perfeccionar sus habilidades con la espada, de pequeño fue amaestrado por Wolf para convertirse en su sustituto, Wolf era un anciano ya y no podía luchar como antes lo hacía, aunque seguía siendo una pieza clave en la estrategia de las batallas. Mike era rubio y fuerte, tenía poco cuello, era alto y tenía los ojos verdes, como su hijo. No terminó sus estudios pero era un hombre muy respetado por todos, tenía un hijo de quince años llamado Matt que quería seguir sus pasos, uno de los temores de Mike era no haber regresado de la batalla. Pero ahora todos esos pensamientos se fueron, todo el mundo celebraba su victoria, el bien terminó por vencer al mal después de años de una sombra prolongada.
Pese a que lo que más deseaba Mike en aquel momento era haber dormido hasta el mediodía, tenía cosas que hacer, su hijo debía de ir a la escuela Serpens, donde aprendería todo y quizás años más tarde, podría estudiar una carrera y ser alguien importante y vivir una buena vida, ese era el deseo de Mike, aunque el era un guerrero de nombre no quería que su hijo se dedicase a eso, era muy duro ir a la guerra y ver cuerpos en el suelo desangrados y sin vida o agonizando y, ahora, no era necesario que hubiesen nuevos guerreros, las amenazas de guerra se habían extinguido con la derrota de Morrison. Una vez que Matt se fue al colegio, Mike se vistió para ir a visitar a John Wolf, juntos iban a ir al gran ayuntamiento de Renno, donde les esperaba una esperada entrevista por parte de los ciudadanos y periodistas, aunque Mike no era hombre de salir en la televisión ni en las revistas, pero aquella vez era imposible faltar a la cita, así que para no llegar tarde tenía que poner rumbo a la gran casa blanca de Wolf.
John Wolf vivía fuera de Renno, en las faldas de las montañas que había al este de la ciudad, pasando un pequeño bosque, en un claro, se alzaba la majestuosa mansión. La verdad es que Wolf no se podía quejar de espacio, una gran casa con cuatro pisos en los que uno de ellos era una enorme biblioteca en la que había más de mil libros, ¡y Wolf decía que se los había leído todos! «Menuda burrada» pensaba Mike.
En coche no se tardaba mucho en pasar por el bosque, así que Mike cogió su vieja camioneta roja y puso rumbo a la mansión de su amigo, quien ya le debería de estar esperando viendo las horas que eran, Wolf era muy puntual en todos sus asuntos.

Poco tiempo después, Mike estaba llamando al timbre de la mansión Wolf, donde su amigo abrió la puerta y saludó a Mike para, rápidamente, meterse dentro del coche, un comportamiento que sorprendió a Mike. Wolf se caracterizaba por ser un hombre muy amable y amigable (siempre que le cayeses bien).
-Buenos días a ti también –le dijo cuando subió al coche.
-Lo siento amigo, pero cuanto antes terminemos con esto, mejor. Arranca –dijo Wolf con cara de pocos amigos.
Wolf iba vestido con sus ropas extravagantes, como de costumbre cuando no estaba en alguna batalla. Mucha gente decía que era un viejo chiflado por la forma en la que vestía, llevaba normalmente grandes túnicas y rara vez se peinaba su cabellera plateada.
El anciano y chiflado John Wolf era una persona especial, astuto como él solo, era conocido por todo el mundo y conocía a las grandes personas de Inarm, era una de las personas más importantes de la historia de la isla. Hizo numerosos descubrimientos y se dedicó a buscar y a ser el maestro de muchos niños a los que convertía en grandes guerreros, como fue el caso de Mike Harper. Nunca se cansaba de leer y aprender cosas nuevas, estaba considerado como una de las personas más sabias de Inarm y tenía en su casa numerosos premios tanto intelectuales como reconocimientos a su contribución al mundo con nuevos guerreros. Pese a todo, era un hombre muy cercano y humilde, como el decía «no hay nada peor que la arrogancia en las personas, el sentirse superior a otros.»
John Wolf era alto, no tanto como su amigo Mike, ojos azules, su nariz era pequeña en comparación con sus orejas y tenia una pequeña cicatriz en la mejilla derecha que disimulaba con su barba, siempre corta y blanca como su pelo, también tenía cicatrices en las manos, fruto de sus años de lucha.
Al igual que Mike, Wolf no tenía muchas ganas de dar aquella entrevista sobre lo ocurrido en la batalla, aunque entendía que la gente quisiera saber como cayó el guerrero que les atormentó durante dos largas y duras décadas. No obstante, quería contar toda la verdad a cerca de lo ocurrido, algo a lo que se oponía el alcalde de Renno, Gabriel Twain, quien también era amigo de Wolf y no quería que se contase toda la verdad…
Era cierto que el ejército de Wade Morrison había caído en la batalla, los que no murieron fueron capturados, pero la victoria no fue como la idearon Wolf y los demás, el máximo objetivo era capturar a Morrison con o sin vida, pero en la batalla no hubo rastro de él… desapareció. Seguía con vida y escondido, aunque ya no disponía del poder que tenía tiempo atrás, continuaba siendo libre y podía seguir elaborando planes maléficos en contra de los inarmenses y eso era algo que le daba terror a Wolf, estaba convencido de que Morrison esperaría el momento más oportuno para hacer una aparición triunfal y sumergir al mundo de nuevo en la desesperación, cuando todo el mundo estuviese tranquilo y convencido de que ya no habría ningún mal que les acechase, justo en aquel momento, Morrison aparecería. Era cuando más daño podía hacer porque el shock sería tremendo y Wolf lo sabía.
-¿Vas a decir todo? Ya sabes… lo de Morrison –preguntó Mike mientras cambiaba de marcha.
-Eso espero –contestó muy pensativo Wolf-. Si Gabriel no me deja decir lo que quiero no accederé a hacer la entrevista, la gente debe saber que Morrison sigue suelto.
-Pero John, la gente se merece una época de tranquilidad, ¡han sido veinte años de lucha! Si les dices la verdad, volverá a ser todo como antes, peor incluso –replicó Mike.
-Mike, evitar un problema, ignorarlo, no hace que desaparezca, eso es lo que busca Morrison, ¿te imaginas lo que pasaría si dentro de unos años aparece con otro ejército? ¿Qué pasaría con la gente que confía en nosotros? Merecen saber que aún no está todo resuelto.
-Tal vez tengas razón, pero la situación es mucho más complicada que antes. Sí, está bien, Morrison ahora mismo no puede hacer nada, pero no sabemos donde se esconde, antes al menos sí sabíamos ese detalle, mantener en alerta a la población creo que no arreglaría nada, dejémosles ser felices durante el tiempo que se pueda, nosotros seguiremos investigando.
-Todo lo que dices está muy bien y es cierto amigo mío –contestó Wolf con tranquilidad-. Pero tampoco podemos hacer lo que pretenden que hagamos. Morrison sigue siendo un problema, menor, pero problema, no podemos ignorarle, todos nosotros debemos seguir trabajando para encontrarle y acabar con esto de una vez por todas.
-¿Crees que está cerca de Renno? –preguntó Mike un poco preocupado.
-No… sería muy arriesgado –opinó Wolf-. Dudo que esté en la isla, hay más mundo detrás de las montañas, no lo olvides.
Dicho esto se acabó la conversación, ya habían llegado al imponente edificio que era el ayuntamiento. Era uno de los edificios más grandes y con más valor de la ciudad, allí les esperaba Gabriel Twain, el alcalde, para tratar de convencer a su amigo Wolf de que no dijese nada sobre que Wade Morrison continuaba libre, el bombazo sería increíble y la gente ya no confiaría en su gobierno.
-Bien… hemos llegado –dijo Mike mientras saludaba al guardia de seguridad.
El ayuntamiento era un edificio muy grande, decorado con muchos cuadros de personajes famosos de la isla y de todos los gobernantes que alguna vez dirigieron la isla, el último cuadro en la sección de gobernantes era el de un hombre mayor que, a diferencia de sus predecesores, todavía conservaba el cuero cabelludo, aunque éste ya lucía las canas propias de su edad. A simple vista parecía un hombre responsable e inteligente, en el cuadro se podía distinguir unos ojos marrones que penetraban en los curiosos que observaban su retrato, haciendo que pareciese que el cuadro les devolviera la mirada. Debajo del cuadro se podía leer perfectamente el nombre de aquel hombre, que no era otro que Gabriel Twain.
-Veremos como se da la charla… -musitó Wolf, sin muchas esperanzas.
A medida que recorrían los pasillos y subían las plantas del edificio, veían a cientos de funcionarios que trabajan en distintos campos. El objetivo de Mike y Wolf era el despacho de la octava planta, nada más subir las escaleras a mano izquierda, el despacho del alcalde. Mientras iban hacia su destino se encontraban con los periodistas que más tarde les harían la entrevista, caminando a sus anchas por los pasillos, algunos con dirección a la cafetería de la primera planta. La entrevista estaba programada para las once por lo que algunos periodistas estaban sorprendidos de ver tan temprano a Mike y Wolf, claramente no estaban al tanto de la reunión previa que iban a mantener con Gabriel.
Allí estaban, mirando a la gran puerta que separaba el pasillo del despacho del alcalde, abrieron el portón y allí se encontraba Gabriel Twain, sentado. Ya les estaba esperando.
-Buenos días señor alcalde –saludó educadamente Mike.
Gabriel Twain no era un hombre muy alto, siempre utilizaba un cajón a la hora de dar discursos. Estaba un pequeño fondón, tenía el cabello corto y pelirrojo y utilizaba unas pequeñas gafas.
El alcalde le devolvió el saludo. Mike entró en la sala y se sentó en una de las dos sillas vacías, Wolf aún no había dicho ni hecho nada y Mike se sentía incómodo, la tensión se mascaba en el ambiente y ninguno de los dos parecía tener intención de ser el primero en saludarse.
-Empecemos con esto, ¿no? –dijo Mike para romper el hielo-. Tenemos después una entrevista.
-Aún queda tiempo para eso, amigo –contestó Wolf muy seriamente.
-Mike tiene razón, empecemos –dijo Gabriel respirando profundamente, la conversación iba a ser dura.
-Dígame entonces que quiere, señor alcalde –la antipatía estaba creciendo en Wolf, a pesar de que eran amigos.
-John, sabes lo que quiero, no puedes decir que Wade Morrison sigue aún suelto, el golpe a la población sería demasiado grande.
-Veo que vas al grano –respondió Wolf muy tranquilo-. Gabriel, entiendo tus motivos, pero no se le puede ocultar algo tan grave al pueblo. Ignorarlo no lo hará desaparecer, sino todo lo contrario.
-La gente es feliz ahora John –replicó el alcalde-. ¿Cómo pretendes que les diga eso? Su felicidad está basada en que Morrison ya no está.
-¡Su felicidad está basada en una mentira! –exclamó furioso Wolf-. No puedo creer que tú pienses así Gabriel, estoy seguro de que sabes que Morrison acabará volviendo tarde o temprano. Si pretendes ocultarlo, el día en que reaparezca la gente se rebelará contra ti, piensa en ello, porque sabes que es verdad.
-John, nadie sabe cuando aparecerá ese loco, pero el día que lo haga estaremos preparados para acabar con él, aparecer sería cavar su propia tumba, ¡está solo!
-No puedes saber si aparecerá solo o con un nuevo ejército.
-¡Y tú no puedes saber lo contrario! –contestó el alcalde exaltado-. No me chupo el dedo John, realizaré controles mensuales en toda la isla para saber si la población desaparece o no, en caso de desaparecer sabré si Morrison les está reclutando o secuestrando.
Hubo una tregua en la que ambos descansaron de su pequeño debate, Mike, quien estaba escuchando todo, no sabía muy bien que hacer, de hecho no sabía que pintaba en aquel lugar, ¡se podía haber quedado durmiendo más tiempo! Y en cambio, estaba en medio de una discusión en la que no iba a hacer nada. La tregua se esfumó y la discusión entre Twain y Wolf comenzó de nuevo.
-Gabriel no sabes de donde puede sacar nuevos súbditos, no tienen que ser precisamente de Inarm, ¡Morrison no es tonto! Y, ¿cómo conseguirás hacer los controles sin que la gente sospeche?
-Se me ocurrirá algo, no te preocupes –respondió el alcalde-. ¿Y que va a hacer según tú? ¿Ir a otros lugares a buscar a nueva gente para vengarse de la última batalla? Vamos John, eso no ocurrirá nunca.
-Inarm no es la única isla de la Tierra Gabriel, lo sabes muy bien, perfectamente puede ir a buscar a otro lugar lo que aquí ya no puede conseguir –respondió Wolf.
-John, deja de preocuparte, Wade Morrison jamás regresará, vivirá libre pero huyendo de la gente, la vida que le resta será peor que morir, ¡vencisteis! Morrison ya no es un problema, hubo una batalla y la perdió, fin de la historia, la gente hablará de él como el guerrero oscuro que casi conquistó la isla pero también de cómo el gran ejército de Renno liderado por John Wolf acabó con su amenaza. Tómate unas vacaciones, prueba cosas nuevas o simplemente no hagas nada, pero deja de pensar en Morrison o te verás afectado.
-¡Ya está bien! –gritó muy enfadado Wolf-. ¿Consideras que soy muy mayor, Gabriel? Pues bien, este viejo loco hablará de lo que crea conveniente en la entrevista que tú has planificado y si no, no habrá entrevista, ¡no por mi parte al menos! No seré parte de esto que estás haciendo Gabriel, te lo advierto. ¡Yo no vendo nada! No voy a permitir que se venda al mundo algo que no es cierto simplemente para que tú conserves tu carrera política. El tiempo da y quita la razón, veremos que sucede en el futuro, conozco a Wade Morrison y perder su ejército de mercenarios no hará que abandone sus planes y lo peor que podemos hacer es lo que tú pretendes hacer –respondió sobresaltado el anciano.
-¡Yo solo quiero el bien del pueblo! ¡Y no me vas a decir como hacer mi trabajo John! Si no quieres hacer la entrevista por otro de tus berrinches, ¡está bien! No la hagas, tú mismo, pero después no pretendas recibir nada –advirtió el alcalde.
-¿Recibir? ¡Yo no he hecho esto para recibir medallas! Luchó por el pueblo, ¿me oyes? Y a diferencia de ti me preocupo por lo que pueda pasar, que esto parezca una victoria no significa que lo sea y debería de saberlo la gente. ¡Morrison volverá tarde o temprano! Tardará semanas, meses o años, pero lo hará y cuando eso pase, todo lo que pretendes conservar ahora lo perderás. Como líder de Renno, capital de Inarm, y presidente del gobierno deberías de saber tomar las decisiones que más convengan a tus ciudadanos y, amigo mío, no estás haciendo algo para lo que te han votado –contestó el señor Wolf.
Y dicho esto, Wolf salió del despacho de muy mal humor, todo el asunto de Wade Morrison incluso hizo que unos buenos amigos se separaran en aquel momento. Wolf estaba muy convencido de que Morrison volvería, pero el alcalde Twain tenía razón en que no podría reclutar a gente de la isla porque sería una estupidez.
Aquella discusión había terminado de la peor forma posible, Mike se levantó mientras recibía las disculpas del alcalde por el espectáculo que había tenido que presenciar y se fue a buscar a Wolf en el coche, era evidente que no habría entrevista alguna y ahora el alcalde Twain tenía que comunicárselo a los periodistas. Lo peor de todo para Mike era que había madrugado para nada, podía haber estado durmiendo plácidamente en su cama, calentito, pero no, se levantó aquella mañana para absolutamente nada y ahora, encima, la amistad entre Gabriel Twain y John Wolf parecía ya no existir.
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SergioZM
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Re: Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Ar

Mensaje por SergioZM »

Leed el primer capitulo a ver si os interesa el libro y dadme vuestras opiniones, que son importantes para crecer más como escritor.
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lucia
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Re: Zack Mason y la raíz de los recuerdos-Sergio Peñalver Ar

Mensaje por lucia »

Me he leído el primer párrafo y me ha resultado muy redundante todo. Es como si nos contases lo que pasa en la isla ese día maravilloso y la nueva que todos quieren leer en el diario. Demasiadas repeticiones.

Y cuidado con los tiempos verbales.
Un nuevo amanecer que cambiaría todo por completo, el sol que salía brillaba más que nunca, parecía
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