Adrienne Rich
Moderadores: Tessia, lunallena
Adrienne Rich
Adrienne Rich
Adrienne Rich (16 de mayo 1929, Baltimore, Maryland), poeta, intelectual y
crítica estadounidense.
Fue estudiante del Colegio Radcliffe cuando sus poemas fueron elegidos para
publicarse en el Premio Yale de poesía joven; del cual se derivó Un cambio de
mundo (1951), que reflejó su técnica formal. Su siguiente obra, delinea la
transformación de una poesía bien trabajada pero imitativa hasta un estilo
personal enérgico. Su creciente compromiso al movimiento feminista y una
estética lésbica, han influenciado muchos de sus trabajos. Entre sus libros más
reconocidos se encuentran Diving into the Wreck (1973, National Book Award) y El
sueño de un lenguaje común (1978), Nacida de mujer (1976; National Book Award),
On Lies, Secrets, and Silence (1979), y What Is Found There (1993).
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Re: Adriana Rich
En un concierto de bach
Atravesando la ciudad en una noche de invierno
Dijimos que el arte y la vida son polos opuestos.
Aquí nos acercamos a un amor que no conoce la lástima.
Esta anciana disciplina, severamente tierna,
Renueva la creencia en el amor y sin embargo controla el sentimiento,
Convirtiendo lo que soportamos en una bendición.
La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer -
La unión vital de la necesidad
Con todo lo que deseamos, todo lo que sufrimos.
Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias.
Sólo tan altiva y comedida pureza
Restaura el demasiado traicionado corazón humano.
Versión de Jaime Manrique Ardila
Atravesando la ciudad en una noche de invierno
Dijimos que el arte y la vida son polos opuestos.
Aquí nos acercamos a un amor que no conoce la lástima.
Esta anciana disciplina, severamente tierna,
Renueva la creencia en el amor y sin embargo controla el sentimiento,
Convirtiendo lo que soportamos en una bendición.
La forma es la ofrenda más grande que el amor puede ofrecer -
La unión vital de la necesidad
Con todo lo que deseamos, todo lo que sufrimos.
Un arte demasiado compasivo es apenas un arte a medias.
Sólo tan altiva y comedida pureza
Restaura el demasiado traicionado corazón humano.
Versión de Jaime Manrique Ardila
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Re: Adriana Rich
a luna...
(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)
La luna
no es romántica.
No.
Es un hecho de la vida y aún
no estamos acostumbrados.
Pensarías, refleja
las olas no las atrae.
Asíyo te regiría igual que
he sido regida por ti.
En la carretera de la Costa
entre rachas de niebla
ese rostro (sí, tiene expresión) que aparece y desaparece
nos habla como hizo él en su galantería
y operístico misterio.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
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Re: Adriana Rich
Veintiún Poemas de Amor
III. Porque ya no somos jóvenes...
Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar
por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva
del tiempo me dice que ya no somos jóvenes.
¿Caminé acaso yo por las calles en la madrugada, a los veinte
con las piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno?
¿Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad
atenta al futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada?
Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí.
Son eternos tus ojos, verde destello
de hierba salvaje refrescada por la vertiente
Sí. A los veinte creíamos ser eternas.
A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites.
Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
Twenty-one Love Poems
III. Since we're not young...
Since we're not young, weeks have to do time
for years of missing each other. Yet only this odd warp
in time tells me we're not young.
Did I ever walk the morning streets at twenty,
my limbs streaming with a purer joy?
did I lean from any window over the city
listening for the future
as I listened here with nerves tuned for your ring?
And you, you move toward me with the same tempo.
Your eyes are everlasting, the green spark
of the blue-eyed grass of early summer,
the green-blue wild cress washed by the spring.
At twenty, yes: we thought we'd live forever.
At forty-five, I want to know even our limits.
I touch you knowing we weren't born tomorrow,
and somehow, each of us will help the other live,
and somewhere, each of us must help the other die.
Re: Adriana Rich
Delta
Si has creído que este escombro es mi pasado
hurgando en él para vender fragmentos
entérate de que ya hace tiempo me mudé
más hondo al centro de la cuestión
Si crees que puedes agarrarme, piensa otra vez:
mi historia fluye en más de una dirección
un delta que surge del cauce
con sus cinco dedos extendidos
1987
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Si has creído que este escombro es mi pasado
hurgando en él para vender fragmentos
entérate de que ya hace tiempo me mudé
más hondo al centro de la cuestión
Si crees que puedes agarrarme, piensa otra vez:
mi historia fluye en más de una dirección
un delta que surge del cauce
con sus cinco dedos extendidos
1987
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
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Re: Adriana Rich
Sé que estás leyendo este poema
tarde, antes de dejar tu oficina
de la única lámpara amarillo intenso y la ventana que se va oscureciendo
en la lasitud de un edificio fundido al silencio
mucho después de la hora pico.
Sé que estás leyendo este poema
parada en una librería lejos del océano
en un día gris del principio de la primavera, débiles copos arrastrados
por los enormes espacios de las planicies a tu alrededor.
Sé que estás leyendo este poema
en una habitación donde demasiado ha sucedido como para que lo soportes
donde las sábanas se enroscan estancadas en la cama
y la maleta abierta habla de huida
pero todavía no puedes irte.
Sé que estás leyendo este poema
mientras el subterráneo pierde velocidad y antes de subir corriendo las escaleras
hacia una nueva clase de amor
que tu vida nunca permitió.
Sé que estás leyendo este poema a la luz
de la pantalla del televisor donde imágenes sin sonido se sacuden y deslizan
mientras esperás el noticiero de la intifada.
Sé que estás leyendo este poema en una sala de espera
de ojos encontrados y que no se encuentran, de identidad con extraños.
Sé que estás leyendo este poema con luz fluorescente
en el aburrimiento y la fatiga de jóvenes contados,
que se descuentan a sí mismos, a una edad demasiado temprana.
Sé que estás leyendo este poema con tu vista debilitada, los gruesos
lentes agrandando estas letras más allá de todo significado y sin embargo sigues leyendo
porque hasta el alfabeto es precioso.
Sé que estás leyendo este poema caminando por la cocina
calentando leche, un bebé llorando sobre tu hombro, un libro en tu mano
porque la vida es corta y tú también tienes sed.
Sé que estás leyendo este poema que no está en tu idioma
adivinando algunas palabras mientras otras te hacen seguir leyendo
y quiero saber cuáles son esas palabras.
Sé que estás leyendo este poema escuchando, desgarrada entre la amargura y la esperanza
volviendo una vez más a la tarea que no puedes rehuir.
Sé que estás leyendo este poema porque ya no queda otra cosa que leer
ahí donde aterrizaste, desnuda como estás.
(Adrienne Rich)
tarde, antes de dejar tu oficina
de la única lámpara amarillo intenso y la ventana que se va oscureciendo
en la lasitud de un edificio fundido al silencio
mucho después de la hora pico.
Sé que estás leyendo este poema
parada en una librería lejos del océano
en un día gris del principio de la primavera, débiles copos arrastrados
por los enormes espacios de las planicies a tu alrededor.
Sé que estás leyendo este poema
en una habitación donde demasiado ha sucedido como para que lo soportes
donde las sábanas se enroscan estancadas en la cama
y la maleta abierta habla de huida
pero todavía no puedes irte.
Sé que estás leyendo este poema
mientras el subterráneo pierde velocidad y antes de subir corriendo las escaleras
hacia una nueva clase de amor
que tu vida nunca permitió.
Sé que estás leyendo este poema a la luz
de la pantalla del televisor donde imágenes sin sonido se sacuden y deslizan
mientras esperás el noticiero de la intifada.
Sé que estás leyendo este poema en una sala de espera
de ojos encontrados y que no se encuentran, de identidad con extraños.
Sé que estás leyendo este poema con luz fluorescente
en el aburrimiento y la fatiga de jóvenes contados,
que se descuentan a sí mismos, a una edad demasiado temprana.
Sé que estás leyendo este poema con tu vista debilitada, los gruesos
lentes agrandando estas letras más allá de todo significado y sin embargo sigues leyendo
porque hasta el alfabeto es precioso.
Sé que estás leyendo este poema caminando por la cocina
calentando leche, un bebé llorando sobre tu hombro, un libro en tu mano
porque la vida es corta y tú también tienes sed.
Sé que estás leyendo este poema que no está en tu idioma
adivinando algunas palabras mientras otras te hacen seguir leyendo
y quiero saber cuáles son esas palabras.
Sé que estás leyendo este poema escuchando, desgarrada entre la amargura y la esperanza
volviendo una vez más a la tarea que no puedes rehuir.
Sé que estás leyendo este poema porque ya no queda otra cosa que leer
ahí donde aterrizaste, desnuda como estás.
(Adrienne Rich)
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Re: Adriana Rich
1999
Antes del intenso
momento de la ruptura
yo quería ver en el espejo
biselado y con charnelas de mi siglo
limpio de humo
ojos de carbón y rubí
aturdido cuello portador de ladrillos y diamantes
cumbre de conchas de ostra iluminadas por la luna
encaje de alambre de espino ultrajando
el famoso monumento
Tras él se extiende el viejo
mapa indígena paisaje
anterior a los conquistadores horizonte sin dueño.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
Antes del intenso
momento de la ruptura
yo quería ver en el espejo
biselado y con charnelas de mi siglo
limpio de humo
ojos de carbón y rubí
aturdido cuello portador de ladrillos y diamantes
cumbre de conchas de ostra iluminadas por la luna
encaje de alambre de espino ultrajando
el famoso monumento
Tras él se extiende el viejo
mapa indígena paisaje
anterior a los conquistadores horizonte sin dueño.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
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Re: Adriana Rich
La luna...
(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)
La luna
no es romántica. No. Es
un hecho de la vida y aún
no estamos acostumbrados. Pensarías, refleja
las olas no las atrae. Así
yo te regiría igual que
he sido regida por ti. En la carretera de la Costa
entre rachas de niebla
ese rostro (sí, tiene
expresión) que aparece y desaparece
nos habla
como hizo él en su galantería
y operístico misterio.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
(volviendo a casa en coche de una lectura de Robin Blaser)
La luna
no es romántica. No. Es
un hecho de la vida y aún
no estamos acostumbrados. Pensarías, refleja
las olas no las atrae. Así
yo te regiría igual que
he sido regida por ti. En la carretera de la Costa
entre rachas de niebla
ese rostro (sí, tiene
expresión) que aparece y desaparece
nos habla
como hizo él en su galantería
y operístico misterio.
Versión de María Soledad Sánchez Gómez
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Re: Adriana Rich
Veintiún poemas de amor III
Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar
por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva
del tiempo me dice que ya no somos jóvenes.
¿Caminé yo acaso por las calles en la madrugada, a los veinte,
con la piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno?
¿Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad
atenta al futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada?
Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí.
Son eternos tus ojos, verde destello
de hierba salvaje refrescada por la vertiente.
Sí. A los veinte creíamos ser eternas.
A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites.
Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
1974-76
Porque ya no somos jóvenes, las semanas han de bastar
por los años sin conocernos. Sólo esa extraña curva
del tiempo me dice que ya no somos jóvenes.
¿Caminé yo acaso por las calles en la madrugada, a los veinte,
con la piernas temblándome y los brazos en éxtasis más pleno?
¿Acaso me asomé por alguna ventana buscando la ciudad
atenta al futuro, como ahora aquí, esperando tu llamada?
Con el mismo ritmo tú te aproximaste a mí.
Son eternos tus ojos, verde destello
de hierba salvaje refrescada por la vertiente.
Sí. A los veinte creíamos ser eternas.
A los cuarenta y cinco deseo conocer incluso nuestros límites.
Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
1974-76
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Re: Adriana Rich
Te acaricio ahora, y sé que no nacimos mañana,
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
Descanse en paz, ojalá se haya hecho realidad sus palabras y la hayan ayudado a morir, como ella deseaba
y que de algún modo tú y yo nos ayudaremos a vivir,
y en algún lugar nos ayudaremos tú y yo a morir.
Descanse en paz, ojalá se haya hecho realidad sus palabras y la hayan ayudado a morir, como ella deseaba
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Re: Adriana Rich
Me llegan recomendaciones para ponerme con ella por todas partes, así que tendré que hacerle un hueco...