La piedra de toque - Edith Wharton

[Eyre]

La piedra de toque (The Touchstone) - 1900

Editorial: Zut
Páginas: 164
ISBN: 978-84-615-1770-1
18 €

En esta novela se plantean interesantes dilemas sobre la privacidad, la publicidad y los derechos de autor; sobre la inevitable interferencia de los acontecimientos del pasado en el presente. Brooke Allen señala que esta novella es fiel reflejo del matrimonio insatisfactorio de la escritora con Teddy Wharton, mientras que otras especialistas como Deborah Hetch observan el creciente interés con el que Edith Wharton aborda el tema de los derechos y la propiedad intelectual en sus primeras obras, entre ellas, La casa de la alegría y "Copy".

Publicada en 1900, La piedra de toque es la primera novella de la escritora Edith Wharton. En ella, Stephen Glennard se plantea la posibilidad de vender la correspondencia que mantuvo con un antiguo amor, Margaret Aubyn, que se ha convertido en una escritora de éxito. La necesidad económica que le acucia puede solucionarse con una sencilla operación comercial, si no fuera porque su nuevo amor, para el que necesita precisamente ese dinero, entrará en conflicto con esta vuelta al pasado que Glennard esconde.

Fuente: Zut
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[sergio,]

Me parece carísimo. A ver si lo compran en la Biblioteca

[Eyre]

Ya lo tengo, veremos qué tal resulta

[Eyre]

Es una obra magnífica, sobre todo teniendo en cuenta que fue la primera novela que escribió Edith Wharton. Se trata de una historia de gran intensidad, muy centrada en los personajes y con mucha introspección psicológica.

El protagonista, Stephen Glennard, es un hombre que está pasando por dificultades económicas y se encuentra atrapado en un compromiso sin salida con la mujer a la que ama, Alexa Trent, con la que no puede casarse ya que no tiene recursos para poder mantener un hogar. De pronto se le presenta la oportunidad de ganar dinero si vende las cartas personales que posee de la famosa y ya fallecida escritora Margaret Aubyn, con la que mantuvo una complicada relación. Es interesante observar las dudas y los remordimientos que se despiertan en Stephen, se siente culpable puesto que está traicionando la confianza que depositó Margaret en él.

También destacable el debate que se plantea sobre la publicación de la correspondencia privada de autores y otros personajes célebres a través de este caso concreto:

• —Esas cartas pertenecen al público.
  —No fueron escritas para el público, ¿cómo pueden pertenecerle?
  —Bueno, en cierto sentido lo fueron. Una celebridad como Margaret Aubyn pertenece al mundo. Una mente semejante es parte del pensamiento colectivo. Es el precio de la grandeza: uno se convierte en un monumento histórico y la posteridad se encarga de mantenerlo, pero con la condición de que siga siempre abierto al público.

Es curioso que algunos personajes se muestren escandilizados, no aprueban que se hayan publicado las cartas, pero en cambio todos están deseando leerlas y el libro se convierte en un éxito de ventas...

[Haidé]

Lo he comenzado, llevaba ya un tiempo rondándolo.

[Eyre]

Ah, estás con otro de Wharton, Haidé

[Haidé]

Sí, este es mi año Wharton

[Haidé]

Ya lo terminé anoche, es más un relato que una novela, creo yo. Quizá más bien una nouvella

En fin, supongo que este libro hay que verlo desde la perspectiva histórica o temporal adecuada, porque lo que es desde la de hoy día o incluso la de hace cincuenta años, vamos apañados. Quiero decir, hoy en día en un mundo de famosillos de tres al cuarto que venden hasta su placenta, de gente sin escrúpulos que vende su historia verdadera o falsa de yo conocí a fulanito, el vender unas cartas de una escritora ya muerta para su publicación no creo que suponga un problema tan grande como lo que le supone al protagonista. Vaya, que el problema además no es venderlas, sino su carga moral una vez las ha vendido y gracias a ello ha conseguido todo lo que deseaba. El libro es un paseo por el remordimiento de Glennard por haber vendido las cartas, en todo momento piensa que Flammel le ha traicionado y le ha contado a su esposa de dónde viene su dinero, y por otra parte está seguro que su esposa sabe de dónde viene su dinero y que le está juzgando mal por ello. Y todos esos pensamientos son porque sabe que ha hecho mal, que ha traicionado de alguna forma el amor y la confianza que una vez la autora puso en él, que no correspondió en su día al amor ni ahora a su confianza.

Por cierto no sé si es por haberlo leído en inglés y a lo mejor no me he enterado,

pero la esposa de Glennard me caía fatal fatal fatal.

[Haidé]

Ah pero coincido con Eyre en que la novela o nouvella es magnífica.

Los remordimientos y desvelos de Glennard están tratados de forma magistral.

No veas como nos hemos reconciliado la Edith y yo.

[Eyre]

No veas como nos hemos reconciliado la Edith y yo.

Ah, qué bien, con Los niños no terminamos muy convencidas

Me ha encantado el análisis que has hecho del asunto de las cartas y la actitud de Glennard,

le acosaban los remordimientos tras vender las cartas, pesaba sobre su conciencia y no le dejaba vivir tranquilo Y eso que no se portó demasiado bien con Margaret cuando ésta vivía, pero sabe que estaba desnudando su privacidad al público. Eso afecta a su relación con los demás, teme que le juzguen por hacer lo que hizo, siempre está alerta y desconfiando...

Alexa

me pareció un pelín petarda, a decir verdad.

La sombra de Margaret sobrevuela a lo largo de toda la historia, cual Rebeca en la novela de Daphne du Maurier

[Haidé]

El problema con Los NIños es que alarga innecesariamente la novela dando vueltas sobre el mismo tema. Esta nouvella (la voy a considerar así) tiene su justa medida para el tema que trata.

[Eyre]

Sí, ésta va al grano

[Hypathia]

Phalacrocorax y yo estámos planeando MC para febrero, aviso por si alguien quiere leerlo con nosotros.

[Giada]

Yo la tengo en casa y me apetece leerla pero para febrero no llego
Os seguiré a ver qué os parece

[Shorby]

También quedo pendiente de vuestros comentarios