Leída la primera parte.
Bueno a mí me ocurre, como en otras novelas de Delibes, que los personajes me caen fatal. Y los juzgo porque es humano. No es por la forma en que cuidan a su hijo, sino por su personalidad.
Cecilio me cae fatal por como es y no creo que Delibes sea objetivo cuando construye este personaje, porque realza cada uno de sus numerosos defectos. (Egoísmo, egolatría, doblez, etc)
De Adela me pone nervioso no sólo su vacuidad, como dice Leonita, sino su docilidad, aunque del trío central de la primera parte, es de momento la que mejor me ha caído
Paulina es tonta.
Y de la madre de Cecilio no haré juicios de valor porque no los necesita.
La lectura me va dejando llevar y es bastante amena, que es algo que siempre me pasa con Delibes. De un tema que en principio me parece insulso, consigue que poco a poco me vaya metiendo.
Me ha llamado llamado la atención la preocupación de Cecilio por el urbanismo y las menciones al crecimiento de la ciudad. Ya sé que el urbanismo no es un problema de hoy en día sino que lleva acompañando al hombre desde siempre, me ha sorprendido un poco que lo que dice pueda ser válido hoy en día. O más bien hace unos años, antes de la crisis.