Un padre se aferra a sus rutinas y aficiones, como cuidar los peces, para sobrellevar el trastorno de una hija hospitalizada e inválida; un matrimonio acaba fastidiado por el hostigamiento de los fanáticos contra un vecino y esperan que éste se decida a marcharse; un hombre hace todo lo posible para que no lo señalen, y vive aterrado porque todos le dan la espalda; una mujer decide irse con sus hijos sin entender por qué la acosan.
Es difícil empezar a leer las historias en principio modestas, de una engañosa sencillez de Los peces de la amargura, y no sentirse conmovido, sacudido –a veces, indignado– por la verdad humana con que están hechas, una materia extremadamente dolorosa para tantas y tantas víctimas del crimen basado en la excusa política, pero que sólo un narrador excepcional como Aramburu logra contar de manera verídica y creíble. La variedad y originalidad de los narradores y de los enfoques, la riqueza de los personajes y sus diferentes vivencias logran componer, a modo de novela coral, un cuadro imborrable de los años de plomo y sangre que se han vivido en Euskadi
Lo he comenzado está mañana,y solo puedo decir que lo poco que he leído,lo he hecho con un nudo en la garganta.Es frío,doloroso,y eso me ha conmovido bastante.El relato que da título al libro (es el primero) es de una sinceridad que a mi me cuesta digerir,con algún tranquilizador ápice de humor absurdo que se agradece para retomar su efectiva franqueza.Una realidad amarga que desgraciadamente algunos la conocerán muy bien,otros,como es mi caso, solo a vista de pájaro.Imprescindible.
*Tusquets-Bolsillo*