Ya terminé de leerla, está muy bien.
Una vez que pasa de la mitad la trama cambia bastante, hay nuevas ubicaciones y personajes aunque el estilo y las formas de narrar se mantienen hasta el final.
Desde luego no se puede catalogar de novela histórica, apenas hay algunos apuntes de la antigua Granada y algo de la historia de Toledo (donde se centra la acción en esta segunda mitad) pero no lo suficiente para ser histórica.
Otra "mentira"

es la de la sinopsis... leyéndola da la impresión de que nos encontraremos con una novela ambientada en Granada y Toledo durante la ocupación musulmana y de eso nada... excepto uno de los seis capítulos que si se centra en esa época todos los demás están ambientados en el siglo XX, después de la guerra civil y lo que hay de las "ciudades eternas" es mas bien poco... sobretodo de Granada, de Toledo algo mas encontramos con las descripciones de sus calles, iglesias, puentes...
Aun con todo eso el libro está muy bien, no apto para quien busque un "ritmo cinematográfico" pero muy aconsejable para los que disfrutamos de una lectura rica en lenguaje y términos poco usados, para muestra un botón...
Aquí le acaban de regalar unas botas usadas a Ángel y está pensando que no pasará frio con ellas en los pies:
De la misma manera, experimentaría menos frío en el coro. Ese inmenso frío que transmite la piedra, que, durante el rezo de completas, adormecía los pies hasta aletargarlos, exclusivamente desatendido por la contemplación magnética de esa misma piedra, tallada en bordados fascinantes que adoncellaban el templo. Era la aleación jubilosa del gótico flamígero con el mudéjar, la boda alquímica que alternaba austeros lienzos, o sobrios pilares, con ciclos en los que se sospecharían arrebatos de horror vacui, por lo abigarrado de ornamentación tan fecunda. Una pétrea espuma blanca de olas inmóviles de las que partían estilizados nervios, radiantes, que florecían en arcos de medio punto para sostener las bóvedas de la única nave o irrumpían en estrellas al cruzarse. Arcos que, con ritmo geométrico, progresaban hacia el presbiterio, amparado por el cimborrio octogonal que recogía esa otra geometría que es la música de la voz humana, la de los monjes alabando al Creador.

casi nada... este párrafo no es escogido al azar... pero tampoco es precisamente el único de este estilo ni el mas extenso
Me a gustado bastante, disfruté con la lectura y aunque no encontré lo que buscaba en la novela no me arrepiento en absoluto de haberla leído, es mas... tendré que mirar algún otro libro del autor
