Título original: The Crown
Sinopsis.Novelista y poeta inglés, una de las figuras literarias más influyentes y controvertidas del siglo XX. En sus más de cuarenta libros ensalzó su visión de un ser humano completo y natural, opuesto a la artificialidad de la moderna sociedad industrial por su deshumanización de la vida y del amor. Sin embargo, sus novelas fueron malentendidas y atacadas, e incluso prohibidas, por su abierto tratamiento de los temas sexuales. Nació en Eastwood (Nottinghamshire), el 11 de septiembre de 1885, hijo de un minero de carbón y una maestra de escuela. La disparidad en el rango social de sus padres fue un motivo recurrente en sus novelas. Se graduó en la Universidad de Nottingham en 1908 y publicó sus primeros poemas en la revista English Review en 1909. Su primera novela, El pavo real blanco, apareció en 1911 gracias a la ayuda de su amigo Ford Madox Ford. Hijos y amantes (1913), en gran parte autobiográfica, es la más significativa de sus primeras novelas y aborda la vida en un pueblo minero. En 1912 se fugó a Europa con Frieda Weekley, una aristócrata alemana (hermana del aviador alemán Freiherr Manfred von Richthofen) que estaba casada con su profesor y con la que se casó dos años después, cuando ella consiguió el divorcio. Su intensa, tormentosa y nómada vida en común le proporcionó material para muchas de sus novelas. El arco iris (1915) y Mujeres enamoradas (1921) -quizá las mejores- exploran con franqueza las relaciones sexuales y psicológicas entre hombres y mujeres. El arcoiris fue prohibida oficialmente por obscenidad. En este periodo también escribió dos libros de poesía, Poemas de amor y otros poemas (1913) y ¡Mira! Hemos cruzado hasta aquí (1917). Durante la I Guerra Mundial Lawrence vivió agobiado en Inglaterra a causa del origen alemán de su mujer y su propia oposición a la guerra.
La tuberculosis se añadió a sus problemas, y en 1919 empezó un periodo de vagabundeo sin descanso en busca de un clima más benigno. Sus viajes le proporcionaron los ambientes de varios libros: la región italiana de Abruzzi en La mujer perdida (1920), Cerdeña en El mar y Cerdeña (1921) y Australia en Canguro (1923). Durante sus estancias en México y Taos, Nuevo México (1923-1925), escribió La serpiente emplumada (1926), novela que refleja su fascinación por la civilización azteca. Su poesía más original, publicada en Pájaros, bestias y flores (1923), emana de sus experiencias con la naturaleza en el suroeste de Estados Unidos y la región mediterránea. A partir de 1926 vivió principalmente en Italia, donde escribió y reescribió su novela más famosa, El amante de lady Chatterley (1928), que trata de las relaciones sexuales entre una mujer y el guardabosques de su esposo, miembro de la nobleza. En 1932 se publicó una versión expurgada. Murió el 2 de marzo de 1930, en un sanatorio de Vence, en la Provenza francesa
"El ensayo titulado La Corona es, con mucho, lo mejor que ha escrito Lawrence. En cierto sentido, lamento no haberlo leído antes; podría haberme evitado muchas horas de trabajo. Por otra parte, ha sido magnífico avanzar a través de estas páginas y hallar las respuestas que presenta a todos los enigmas, expuestas de una manera admirable. Fue escrito en 1915, el mismo año que Arco Iris. Es una profecía y un juicio sobre la humanidad. El lenguaje es incomparable: recuerda lo mejor de la Biblia. Su pensamiento es superior a cualquiera de las parábolas de Jesús, en mi opinión.
Es como una nueva Revelación. Está basado en Spengler, aunque Lawrence tal vez no lo haya conocido. Y va más allá de las hipótesis de Spengler. Es la concepción del proceso de la vida elaborada por un verdadero artista. Por momentos resulta difícil, pero nunca carece de claridad. Podría haber acunado al mundo, pero ¡ay!, ¿quién aparte de unos pocos elegidos, ha oído hablar de La Corona? La semilla de todos los escritos de Lawrence está allí y algo más que una simple semilla. Es el místico en medio de su éxtasis más arrebatador. Estoy enamorado de ese texto." Henry Miller, Cartas a Anaïs Nin.
Comentario. Llama la atención que el traductor (Manzano en este caso) utilice una epístola de otro literato a modo de sinopsis. En una lectura precipitada de la misma observaríamos varias curiosidades. A Miller le ha gustado a tal punto la obra que poco menos que comete un sacrilegio en su aseveración. No seamos hipercríticos. Evidentemente Lawrence (ni nadie) es ni será nunca superior a Jesús y con todos mis respetos para miller no es de muy buen gusto tal equiparación (simplemente no se sostiene). En mi caso, lo contemplo como un pequeño dislate del autor que incide en la relevancia de esta obra. Efectivamente, a pesar de ser lo mejor del autor, se obvió toda esta amalgama filosófica (más allá del acierto -o no- de citar a Spengler) para supervalorar una obra de tono morboso, habiendo quedado la imagen del autor muy sesgada.
Lógicamente una adecuada lectura supone un conocimiento mínimo de la obra de Spengler y tampoco estaría de más un contraste de la exégesis alusiva a la "mística" de Lawrence, autor para muchos "carnal" por excelencia. No deja de ser una paradoja que el autor sea conocido por otra obra que los partidarios y devotos de la novela erótica establecen como una de sus favoritas.
Vosotros habíais incluido nueve obras del autor, pero no ésta. Desgraciadamente en esto no cabe duda de que Miller acertó de pleno, aunque dada la variedad de géneros cultivada por el artista, pueda comprenderse en cierto sentido.
Miller la sitúa en el plano religioso, teológico, teleológico. ¿Exagera?