El cluedo forero - 3ª Edición

[Ada]

Jajaja Berto es tu hipótesis ? Seguro que ganas .

[Ada]

Creo que hay tiempo hasta el viernes , que el dragón se levantara de su mecedora a escupir fuego a los tardones

[Iréz]

Bueno, bueno. Leído el caso, y viendo a quien acusabais en vuestras hipótesis (que no he leído, sólo he visto quien era vuestro culpable) vengo a poner lo que sucedió en ¡verdad! [Siento sino está al nivel de las vuestras ]

Me dispongo a contar lo que paso...ya que veo que todos os lo habéis inventado...

Veamos, Sinkim nunca miró por el resto de los clanes, sino por si mismo. Menudo egoísta está hecho. Pero es muy listo, y sabe guardarse las espaldas. Pero Iris, por una vez, fue más lista que él. Cada vez que Sinkim dormía, ella iba a su despacho y leía todos los papeles. Así sabía que estaba planeando a cada rato, y podía adelantarse a él. Así lo hizo durante meses. Apenas dormía, apenas comía. Se sentía atrapada, y una vez, Sinkim casi le pillo in fraganti. Pero se libró de la ira de esté porque estaba pensando en Nuevo , y como tenerle cerquita .

Pasaron los meses e Iris iba viendo en quien confiar y en quien no. Decidida a vengarse, llamo a Iréz (y a su pantera). Quedaron en un lugar cercano, cuando Sinkim estaba en su jacuzzi con sus ensoñaciones..

-Iréz, voy a hacerlo. Es la hora.
+ Pero Iris, ¿lo has pensado bien?
- Claro. El tío quiere decirle al mundo que existimos, porque ya ha hablado con Coca-cola para hacer negocio. Para hacer campaña, y promocionarse en las latas. Es un tio muy listo, pero yo lo soy más. Y se le acabó la suerte.
-Ten cuidado, Iris. No quisiera que te pasara nada. Pero ya sabes, cuenta con mi pantera y conmigo.
+Lo sé, y gracias. Tú solo estate atenta en el concilio del sábado, ¿vale?
- Hecho. Bagheera no se moverá de mi lado.


Llegó el concilio del sábado. Nadie sabia para que estaban ahí, pero Iris tenía todo calculado. Iba a ver de que lado estaba cada clan, y a partir de ahi, matar a Sinkim de una forma u otra.

Todos estaban en contra de decirles al mundo que existían, pero Berto era sospechoso de querer algo. Se guardaría las espaldas de él.

Luego hablo Lía, y no supo que pensar de ella. Demasiado lianta sus comentarios. Bueno, daba igual. Había que actuar. Mientras todos se gritaban, y discutían como hacer cambiar de idea a Sinkim, Iris le guiñó el ojo a Iréz para que se quedase vigilando, y fue en busca del gran mago.

-Señor, señor. Espere.
+¿Que quieres, Iris? Sabes que tienes prohibido hablarme después de medianoche.
-Lo sé, señor. Pero sólo quería decirle que he visto cosas sospechosas allá abajo...
+Bien. Cuéntamelas mañana, hoy no me apetece escucharlas.
-Peeeeeeer...
+Nada. Me voy a meditar.

Lo que este no sabía, es que su sala de meditación estaba plagada de rayos UVA. Así que asió la manivela, y entró. Murió al instante. Entre terribles sufrimientos. Nadie se enteró, la sala también estaba insonorizada.

Iris, con una sonrisa triunfal, se fue a Iréz. Le hizo la señal convenida, y empezaron a crear un nuevo mundo para los Inmortales.

Asesina: Iris
Arma: Exposición al sol
Motivo: Odio

[IrisCornegie]

Pues lo siento mucho por todos vosotros, pero está claro que la asesina fue Lía. Puede ver el futuro y vio en qué acabaría todo. El mundo se convertiría en una caza de brujas y mucho vampiros y humanos morirían en el proceso, y eso no se podía permitir, así que sin pensárselo mucho se fue a hablar con Ireki. Le dijo que había visto el futuro, que era un futuro muy negro, que si no se acababa con Sinkim los vampiros serían aniquilados. Ella sabía que Ireki llevaba tiempo queriendo acabar con Sinkim para ocupar su lugar, y sabía que este accedería con cualquier excusa que le dieran.

Ambos se dirigieron a la habitación de Sinkim.

Primero entró Lía. Le dijo que quería hablar con él, que había visto un futuro en el que él no existía, que alguien acabaría con su vida, que estuviera preparado.

Fue entonces cuando Ireki echó la puerta abajo y se encaró con él. Se puso fortaleza y empezó la lucha contra Sinkim. Estaban bastante igualados, pero Sinkim estaba un poco por encima y poco a poco, a pesar de la fortaleza, Ireki iba perdiendo aguante, hasta que Sinkim lo tuvo a su merced. Fue en ese momento cuando Lía (que estaba a su espalda) sacó una espada mágica y le rebanó la cabeza.

Por supuesto, después le dio un ataque de locura y le corto la cabeza a Ireki y empezó a clavarles la espada a los dos miles de veces por todo el cuerpo hasta que quedaron echos cachitos

Asesina: Lía
Arma: Cuerpo a cuerpo
Motivo: Miedo

[Yuyu]

Muy buenas las hipótesis, se lleva mucho tomar el sol en la lámpara, por lo que veo

[Ratpenat]

No me había fijado que Ada había puesto ya

Muy buenas todas, también Irez e Iris.

Aunque estoy seguro de que la mía es la correcta.

Faltan solo Berto, Nuevo y la eterna lentorra, no?

[Ouhartenn]

Lía estaba asustada. Había visto un ligero retazo de lo que les esperaba tras la conferencia de la ONU: desastre y desolación. Los gobiernos de los países más poderosos del mundo los usarían como ratas de laboratorio para crear sus propios ejércitos de muertos vivientes. La proporción de vampiros sería cada vez mayor hasta que llegaría un punto en que no habría mortales suficientes para satisfacer las necesidades de sangre de tantos vampiros. El caos reinaría sobre la Tierra... y eso sólo era el principio. Ella era demasiado precavida, y no podía dejar que ocurriera; había luchado demasiado por hacerse un hueco en el círculo privado de Sinkim.
Después de la reunión fue a los aposentos de Sinkim con la intención de parar sus planes.
- Mi señor, malos presagios se acercan. Miedo, traición. Traición de alguien cercano.
- No puede ser. He tomado todas las precauciones necesarias. ¡Dime quién es!
- Una sombra oculta su rostro, mas no el peligro que entraña.
- ¿Qué me recomiendas que haga?
- Grandes ansias de poder le rodean; un poder inmenso. Pero mi señor tendrá más.
En ese momento Lía le ofreció a Sinkim una caja exquisitamente decorada con brillantes piedras preciosas.
- Gran poder oculto en esta caja. Sólo mi señor es digno de usarlo para eliminar la amenaza.
Sin pararse a pensar en nada más Sinkim abrió la caja... y fue lo último que hizo. El hechizo que se encontraba oculto en su interior se desperezó y salió de la caja en busca de su víctima. Sinkim se desintegró dejando tras de sí una montaña de cenizas.
La predicción de Lía se había cumplido: alguien le traicionaría por culpa de las ansias de poder.

Asesino: Lía
Arma: Magia
Motivo: Miedo

[Yuyu]

Qué exhibición de talento Nuevo!!!!!!!!!!

[Ada]

Todas fantásticas , pero equivocadas seguro.

[Iréz]

¡Habrá que verlo, Ada!

[Berto]

Hoy mismo lo pongo, creo que soy el último. Estoy acabándolo ahora mismo.

[Berto]

Sinkim se encontraba confinado en sus aposentos tal y como le había recomendado su aliada más fiel, o más bien como él prefería llamarla, su aijada Iréz.

- Sinkim, sería mejor que dejarás un tiempo de margen para que se calmen los ánimos ya que el ambiente tras la reunión está bastante caldeado. Los máximos exponentes de los clanes están cada cual más mosqueado con lo que has revelado y seguro clamarán tu cabeza en una bandeja. – dijo Iréz.

Siguiendo el consejo de Iréz, Sinkim, se encontraba en sus aposentos. Se disponía a tomar una copa de su mejor sangre reserva junto al regazo de un fuego a tierra. Fuera del castillo el tiempo estaba muy embarullado y turbulento, una fuerte tormenta arreciaba muy fuerte las ventanas. Los flashes de luz de los truenos iban y venían en la penumbra de las montañas que ocultaban el castillo. En definitiva, hacía una de esas noches en las que los humanos no querrían pasar precisamente en un castillo debido a las viejas leyendas urbanas.

Sinkim había conseguido encontrar su remanso de paz, en aquel dulce momento, después de lo alterado que estaba tras la nefasta aceptación de su propuesta en el conceso de vampiros. Estaba leyendo un tomo de las “Crónicas Vampíricas de Edmun el Grande”, uno de los antecesores del clan Ventrue. El tomo que lo había encontrado hace unos años en la biblioteca del mismo castillo que ahora poseía, (se cree que antes era de Edmun), pues lo había heredado de sus abuelos.

En el libro, Edmun, narraba sus aventuras y descubrimientos en sus primeras andanzas como vampiro liderando al clan de los Ventrue. Era poderoso, pero como en todos los tiempos los demás clanes amenazaban con declararles las guerra por el poder.

Sinkim había reparado en un detalle que le llamaba mucho la atención del libro, un objeto que contenía un gran poder. El objeto estaba descrito como el poder capaz de aniquilar a cualquier vampiro sin importar cuán poderoso fuera. Edmun narraba como había hecho el hallazgo de tal objeto en la tumba de Augustus, pero que al ver lo que era lo había vuelto a dejar allí donde estaba para que nadie pudiera poseer tal poder. Lo había llamado “polvo solar” y se trataba de un meteorito caído hace ya miles de años sobre la tierra hecho arenilla.
Un mal presentimiento reclamó la atención de Sinkim apartándola así del libro, pues había escuchado un fuerte estruendo en la parte de abajo del castillo, pensó que provenía del vestíbulo. Dejo el libro sobre la mesita que estaba al lado del sillón en el que estaba cómodamente sentado y se apresuro a escudriñar de donde provenía aquél ruido.

Bajo rápidamente las escaleras que conducían al vestíbulo, y allí se encontraba Berto, líder de los Brujah, su tan querido amigo. Sabía que en parte todo el paripé que había montado con la reunión y el rollo de hacerse aparecer como una raza existente para los humanos tenía que ver con él. Su amigo hacía poco más de un año y medio, había caído irremediablemente en las redes de una bonita, bella, cálida y apetitosa mortal humana. Las idas y venidas de Berto por las noches al encuentro de su amada mortal habían levantado las sospechas de algunos clanes y eso le pondría en peligro a él y la imagen que se había labrado los últimos años.

Junto a Berto se encontraba Iréz, su querida aijada, montada encima de su inseparable pantera que irradiaba belleza al igual que su jinete. Frente a ellos habían irrumpido en el castillo Ada, Gisso, Ireki, Iris y Yuyu.
Sinkim frunció el ceño pues aquella visita inesperada no traería nada bueno. Ireki se propuso a hablar, seguro que sería el líder de esta camarilla, que se proponía acabar aquí con la empresa de Sinkim y hacer que no tuviera oportunidad de verse con los máximos corresponsales de la ONU.

- Sinkim sabemos el motivo que incitan tus actos y creemos que tal fin no justifica que miles de vampiros y razas nos veamos amenazados. – dijo Ireki.

Ireki como segundo más poderoso del clan Ventrue no aguantaba a Sinkim quién se había hecho por derecho con el liderazgo del clan por descendencia directa. A Ireki siempre le había tocado vivir a la sombra de Sinkim, pues era su hermanastro adoptado, y estaba arto.

Detrás de Ireki se encontraba Ada, la mujer de la cual creía estar o no, enamorado pues su belleza embelesaba a cualquier hombre. Sentía que le hervía la sangre puesto que con ella había compartido grandes noches de placer y lujuria al igual que algunos secretos que ojala no le hubiera contado. Pero, lo que de verdad le enfureció fue ver a Iris entre ellos. Había sido su espía y su mano derecha desde hace años y ahora veía como aquella sucia y asquerosa arpía le había traicionado, si tuviera que apostar su cabeza, seguro que ella habría sido la que le había delatado de sus intenciones.

Sinkim no pudo contener su rabia y acto seguido se lanzo a la yugular de Ireki con la mandíbula bien abierta. No logro alcanzar su objetivo ya que Yuyu, la poderosa maga negra, lo había protegido con un aura protectora. Sinkim salió expulsado por el poder del escudo hacía una de las columnas cercanas que sostenían el techo del castillo haciéndola añicos. Visto lo ocurrido Berto se lanzo hacía Yuyu y con sus afiladas uñas araño su terciopelado cutis. Eso desconcentro a Yuyu haciendo que se tapara la sangre que brotaba de la herida dando el tiempo suficiente ha Iréz para llegar hasta Ada. Su pantera, siguiendo sus órdenes, abrió sus fauces y la cabeza de Ada quedo entre ellas al cerrarse.

Visto el giro de los acontecimientos Sinkim no lo dudo y de un salto se colocó al lado de Berto, sin embargo, no logró llegar a tiempo y Ireki, haciendo un elegante y rápido giro con las manos, rompió el cuello de Berto. El cuerpo de su mejor amigo de los últimos años yacía inerte a sus pies. Iréz absorta de lo sucedido no vio como Gisso había convocado a tres espíritus corpulentos con bastas armaduras. Los espíritus ensartaron sus tres lanzas al mismo tiempo en las carnes de la gigante pantera provocando así un gran dolor sentimental a Iréz. Llevada por su furia Iréz se puso en pie tras caer de su gigante pantera y degolló a Iris con la punta de su lanza, acto seguido ensarto la cabeza en la punta.

Gisso había mandado a los espíritus que ya se encontraban sujetando a Iréz fuertemente por los brazos y cabeza. Gisso se puso un guante de terciopelo pues lo que iba a sacar de sus bolsillos lo requería. Sacó una bolsita cerrada con un lazo. La abrió y dejo caer un poco de su contenido en la boca de Iréz, la cual estaba abriéndola forzada por los esbirros de Gisso.

Un calor y ardor estremeció a Iréz, que se revolvía entre gritos, pues se le empezó a quemar la piel y todos los órganos por dentro. En unos pocos segundos Iréz pasó a ser cenizas carbonizadas.
Sinkim no tardo mucho en darse cuenta de que los polvos que sostenía en la mano Gisso, era el objeto descrito por Edmun en sus crónicas. Seguro que el condenado hijo de puta había logrado encontrarlo después de tantos años de búsqueda, maldito condenado.

Sinkim estallo en cólera y despedido se lanzo contra Gisso. Tiro la bolsita al suelo de un manotazo y arrancó de un solo bocado la yugular de Gisso cayendo este desplomado inerte sobre el suelo. Yuyu no creía lo que estaba viendo su aventura amorosa con Gisso había llegado a su fin con la muerte de él a manos de Sinkim. Con toda su rabia vocifero, un conjuro que estaba al alcance solo de las magas más poderosas.

- Requiescat in pace.- vocifero Yuyu.

Los ojos de Sinkim se tornaron completamente blancos y cayó desplomado.

Motivo: Odio.
Arma: Magia.

[Ratpenat]

Ala, Berto, qué fuerte que me copies asesino, motivo y arma

[Berto]

Ala, Berto, qué fuerte que me copies asesino, motivo y arma

Te juro que no ha sido a caso hecho, leí tu hipótesis pero ya no me acordaba.

[Ratpenat]

Que da igual hombre, es broma