Pues me quedo con una sensación agridulce, puede que por leerlo de una forma apresurada.
En primer lugar, comentar que está excelentemente escrito.
Después, que el conflicto no me ha llegado.
Al principio, veo muy bien cuál es la situación: familia de rancio abolengo que ha creado un santo del último descendiente de la familia, un bastardo del que no se sabía nada, pero que se ha pensado reconocerlo y al final sin llegar a hacerlo murió en la guerra. El extremo llega hasta el punto de que
el muerto tiene hasta una especie de viuda que no llegó ni a conocerlo, "madrina de guerra", que guarda el recuerdo de un fantasma que se ha forjado y le sigue guardando el luto como si hubiera sido la esposa o novia. |
El lenguaje es un poco rancio en ese momento, propio de la clase social.
Después irrumpe Miguel de la Cruz,
que en realidad es Juan de Zúñiga, el hijo bastardo muerto. |
No me ha quedado claro a qué ha vuelto exactamente. Y toda esa filosofía del hombre nuevo, del antiguo, del que renace de la guerra, del que era y no es, del que pudo haber sido, etc..., no acabo de coger qué querían los autores decir con todo esto.
Lo que sí he visto bien es el final. Miguel
(Juan) se va, pero puede que vuelva, y ella le esperará por si vuelve, pero no Miguel sino Juan. |
En fin, a ver si alguien me lo acaba de explicar.