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Editorial: Anagrama Título original: May We Be Forgiven Traducción: Jaime Zulaika ISBN: 978-84-339-7899-8 Páginas: 656
Tolstói iniciaba Anna Karenina con aquella célebre sentencia que dice que «todas las familias felices son iguales; las familias infelices lo son cada una a su manera». ¿Siguen siendo las familias de hoy como las de la época de Tolstói? A. M. Homes parece llevar tiempo buscando la respuesta a esta pregunta, porque la familia –sus desequilibrios, disfunciones y secretos inconfesables– es un tema recurrente en su obra, siempre acompañado de una mirada ácida y sarcástica sobre las paradojas y perplejidades de la sociedad norteamericana contemporánea. En esta novela aparecen de nuevo la familia y la América suburbana a través de dos hermanos. Harry, el mayor, historiador que trabaja en una biografía de Nixon, siempre ha sentido cierta envidia del pequeño, George, más alto, más listo y más próspero, con una prometedora carrera como ejecutivo televisivo. Pero Harry también sabe que George tiene un temperamento explosivo y es imprevisible cuando pierde el control.
Una de esas pérdidas de control de George acaba en tragedia: atropella a una pareja, deja a un niño huérfano y, atormentado por la culpa, acaba ingresado en un psiquiátrico. Harry pasa entonces por un periodo complicado, que incluirá un revolcón con su cuñada con un final truculento, la búsqueda de sexo por internet, la preocupación por sus ancianos padres y la cólera de su mujer cuando descubre el revolcón. Pero sobre todo Harry debe hacerse cargo de los dos hijos de su hermano, a los que se sumará el huérfano del accidente, y con ellos formará una nueva familia, sin duda peculiar, pero que permitirá restañar heridas y pensar en el futuro.
Conmover no conmueve, pero me está resultando una lectura atractiva y adictiva.
Yo soy de las que si un libro no me interesa lo dejo al momento, este no puedo dejar de leerlo.
No cuenta nada extraordinario, de hecho llevo 200 páginas y todavía estoy esperando que ocurra el milagro.
Me gusta lo minuciosa que es a la hora de describir cualquier cosa o momento.
En fin, seguiré informando
Esto es un despropósito!! a veces paro de leer y me digo, pero qué estás haciendo, que caray es esto? parece que no pasa nada, pero luego, pienso unos momentos y paso a enumerar todo lo que le ha ocurrido al protagonista, o narrador, y, es increíble.
Sabía a que me enfrentaba cuando empecé el libro, o bueno más que saber, me imaginaba porque ya leí hace tiempo otro de la misma autora, pero no lo recuerdo tan surrealsita, en fin, sigo que voy por la página trescientas.