Terminado, es con diferencia el libro más desagradable que he leido en mi vida.
Obviamente no me ha gustado aunque tengo que decir que sí leeré más novelas de la autora, ya que cuando no se empeña en revolverte el estómago es evidente que talento no le falta.
Lo de provocar al lector constantemente funciona mejor si el tema es menos bestia que el de esta novela.
Por contraste Lionel Shriver deja que sean los temas que toca y no la forma en la que los toca los que provoquen una reacción en el lector. Aquí sin embargo hay un afán deliberado de resultar desagradable, y no hacía falta, ya que el tema de la novela es desagradable por si mismo.
A mí las provocaciones gratuitas me acaban por saturar, y si acabé un poco hasta las narices de Koch en Casa de verano con piscina, que es una novela muy agradable de leer e incluso adictiva, por la manía constante del autor de buscar la reacción aunque la escena en cuestión no aportase nada a la trama, aquí que ya partimos de un tema muy espinoso, el resultado es considerablemente peor.
Cuando no se empeña en esa labor, la novela gana bastante. Aun así, en general es considerada la peor novela de la autora.
Por lo demás, no tengo muy claro que esté bien situada en epistolar ya que aunque se mencionan las cartas y se supone que hay correspondencia la estructura de la novela no se corresponde con la de cartas.
Todo está contado desde el punto de vista de Chappy, y es un narrador muy poco fiable. Su interlocutora tampoco está claro que exista, y podría ser todo una invención. De hecho su relación con Alice también parece bastante fabulada (visto el brutal final).
En fin, no apta para estómagos delicados y dado que la autora sí me ha parecido tener talento, si a alguien le apetece leerse algo suyo (yo supongo que me compraré Ojalá me perdonen cuando me recupere) yo desde luego optaría por cualquiera de sus otras obras.
Desde luego no es una novela para regalar a alguien si se quiere causar una buena impresión