CK1 - Los hombres pintura - Tolomew Dewhust

[Lifen]

Los hombres pintura

—Kassiopea, te dejo de contemplar tan solo un instante y ya te extraño. La última vez que te vislumbré desnuda… te sentí tan cerca, tan mía, que no pude por menos que comenzar a nombrarte “alma mía”. Kassiopea… ¿sabes a lo que he venido?

Kassiopea cierra los ojos y vuelve a llamarse Penélope. Y por un segundo se observa tejiendo por la mañana lo que deshace en sus noches, y ese sudario perpetuo de su estimado Laertes no macula su honra, sino que la bendice. Asaltada en su alcoba por una esclava, Iris, y su primer pretendiente, Elulthimon, la sangre de ambos alimentará, por vez primera, el ímpetu de cada músculo de aquel ser de naturaleza recóndita. Y después de aquella, las veces se sucederán sin solución de continuidad con nombres tal vez menos armónicos: Erzsébet Báthory, Irma Grese, Kassiopea… pero desatando siempre similar virulencia allá por donde se exhibe.

Kassiopea, de las mujeres vampiro la prima, el origen, la esencia; se despoja de todos sus hábitos. El lienzo inmaculado en que consiste su piel se templa para recibir la estacada mortal que en breve augura le será regalada. Barrikada se materializa frente a ella: un hombre pintura. Su cuerpo, primero apenas sí es un esbozo en uno de los murales de la estancia; después, literalmente se desincrusta de la pared arrastrando consigo virutas de gotelé.

Un hombre pintura es el antagonista de la mujer vampiro, y la persigue, la busca y la hostiga hasta que la tiene arrinconada y la penetra con su desmedida tranca, la subyuga con el vasto garrote, en definitiva, le clava una descomunal estaca. Pero, al mismo tiempo la desea, la intuye y la ama, por eso siempre da con ella; en su código genético se encuentra la fórmula que le invita a gravitar entorno a la vampiresa hasta el momento culmen del arrobamiento, que supone la liquidación de aquella.

El hombre pintura no tiene forma de comunicarse con la mujer vampiro porque declaman en idiomas distintos, sin embargo, antes de introducirle el ciclópeo y punzante báculo de madera en el lugar que hubiera de ocupar el corazón de la hembra, con el único y firme propósito de segarle la vida, las cuerdas vocales del verdugo emiten una quejumbrosa letanía que adormece los sentidos de la postrera damnificada, a modo de sin igual anestesia que la prepara para la muerte.

—Es un sentimiento nuevo, que mantiene alta mi vida, la pasión en la garganta, Eros que se hace palabra. Todas tus inhibiciones no forman parte del sexo, los apetitos míticos de cortesanas libias, la posesión, las formas de amor pre-alejandrinas. Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me envenena. Y es hermoso perderse en este milagroooooo.

Y Kassiopea perece.

Tres de cada cuatro encuentros entre una mujer vampiro y un hombre pintura se resuelven con el fenecimiento de aquella. Tres de cada cuatro…

Dori es una princesa sin hueste que vive en un castillo sin troneras, y sueña con hallar a su delfín particular entre los numerosos incautos a los que redime a diario en su lecho. Veinticinco veces más salvaje, cruel, atroz y sádica que la primera de las mujeres vampiro, la sed de sangre de Dori no conoce límites, por ello la Naturaleza intuye que un solo hombre pintura no será suficiente para exterminarla. Junto a ella se trazan cuatro: Prófugo, Ratpenat, Sinkim y… sí, Pesadilla. Pesadilla, el cénit de los hombres pintura, un prohombre, arquitecto de la palabra, prócer de los mediodías, versátil en el manejo de su enorme leño de madera que se expande o retrae a su anhelo y con el que pretende dar muerte a la perversa rana-mujer vampiro. Él es quien acaudilla la orquestina; un ligero ademán suyo y los cuatro hombres pintura dejan de ser una mancha en el tabique para naturalizarse paulatinamente frente a la hembra. Desnudos.

La estancia fue concebida para la pequeña criatura que Yuyu, con mimo, alberga en su vientre, pues ambas (Dori y esta) son amigas y residentes en Madrid (querido Chicho), siendo por ello ornamentada con motivos infantiles. Cuando Prófugo desaloja la pared arrastra consigo un trozo de papel pintado que representa un pequeño globo aerostático de color rosa, quedando dicho motivo a la altura de su entrepierna, y tapando casualmente sus vergüenzas.

Los hombres pintura se muestran obtusos y contrariados en el interior de aquel habitáculo modesto, denotando falta de experiencia a la hora de actuar en manada; cierto es que nunca antes se hizo precisa la intervención conjunta de varios de ellos para acabar con una mujer vampiro. Displicentes y abrumados, deambulan alrededor de Dori entrechocando sus enormes trancas entre sí…

Gracias al arduo entrenamiento y a las firmes convicciones de este tipo de seres, ninguno de ellos se ruboriza por interpretar tan dantesco sainete. Son estacas sólidas, extensas, sobre todo la de Sinkim, mayúscula, muy rígida, lo que le hace golpear en repetidas ocasiones con ella a sus camaradas: en la frente, en el pecho, en el rostro… Solo el adiestramiento recibido y su buen hacer evitará que uno de esos postes acabe en la oquedad equivocada.

Dori no se amedranta, más bien al contrario, parece disfrutar del original espectáculo al que asiste y, por un momento se sonroja pensando que esos cuatro seres han venido a representar un episodio lujurioso junto a ella… Pero no, finalmente la garganta de Pesadilla vocaliza la cantiga que ha de poner fin al desenfreno de la vampiresa:

—Llevas años enredada en mis manos, en mi pelo, en mi cabeza y no puedo más, no puedo más. Debería estar cansado de tus manos, de tu pelo, de tus rarezas pero quiero más, yo quiero más.

Se trata de la versión de Coque Malla con Anni B. Sweet por lo que uno de ellos, en este caso Ratpenat, modula su voz coloreándola de tonos agudos para imitar al de la hermosísima cantante.

—No puedo vivir sin ti, no hay manera, no puedo estar sin ti, no hay maneraaaaaaaaaa.

Procurar zafarse resultaría inútil, Dori está acorralada. Sin más, se arroja a su lecho sellando sus sentidos a la espera del estacazo. Este no se hace esperar; pronto su ser es completamente invadido por la enorme porra de

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Tres de cada cuatro.

La madre de la Tristeza no aguarda ya visitas postreras, sin embargo, cuando menos se lo imagina, se encuentra de frente con quien nunca hubiera deseado. Al hombre pintura que tiene delante no le ha resultado nada fácil llegar hasta ella, antes ha debido concertar una cita a través de un 902 y aguardar tres días para que su pasaporte le fuera expedido: desde hace dos días la madre de Tristeza mora en un estado que se ha declarado independiente.

—¿Tú? Claro, tenías que ser tú…

El hombre pintura de las cuarenta y seis pulsaciones por minuto y un nombre que invita a la chanza, emite un leve rugido que aquella percibe de una manera bien distinta:

—Els teus ulls cavalcaven buscant un desig, les espelmes cremaven i alguns dels amics t'enfocaven amb càmares de retratar, una veu comentava: “ai, que guapa està”, i jo en el fons m'acabava el culet de la copa decidit a trobar un raconet adecuat per fer-me petit, petit, del tamany de una mosca, del tamany d'un mosquit…

En una de cada cuatro ocasiones dos seres especiales comulgan, y es entonces cuando ningún bando ha de enterrar a uno de los suyos. La vampiresa sucumbe a los encantos del hombre pintura y, este, que no es manco, no dejará escapar la ocasión de…

—Entonces, ¿qué?... ¿amigos?—profiere la vampiresa.


Para desgracia de nuestra última protagonista sus posibilidades de sobrevivir son exiguas. No, más bien nulas. Ya hemos leído que en tres de cada cuatro ocasiones en que se encuentran estas dos naturalezas singulares, la hembra termina entregando la cuchara, recibiendo el estacazo que detiene su ansia de alimentarse de sangre humana y, por ende, termina por consumar su existencia. Eso sí, la que nos ocupa en este momento juega con la ventaja de saberse la menos agraciada de la facción de las mujeres vampiro, intuyendo erróneamente que ningún hombre pintura puede sentirse atraído por ella. No es cierto, nunca lo es. La Naturaleza ha previsto todos y cada uno de los escenarios que tienen lugar en este inescrutable orbe, concibiendo pues a la “némesis” de cada una de aquellas depravadas féminas.

Ukiah, el hombre pintura metálica se concreta frente a la vampiresa más débil jamás evocada. No precisa siquiera articular su argumento en forma de melodía para adormecerla antes de ensartarla con su tranca; el mero movimiento de su titánica porra hipnotiza a la desafortunada que ha de probar el sabor de la muerte… Y es así, y no de otro modo, como perece la penúltima de las mujeres vampiro: Gavalia. (JA JA JA JA).

Los hombres pintura.odt

[Ratpenat]

Más absurdo no puede haber

Uno de los comentaristas del primer vídeo lleva en el nombre Albatross ¿Premeditado? Autor, ¿quieres matarnos con esas canciones como has matado a Kassiopea? Jo, hasta has colado el error que sale siempre que hay un concurso. Bueno, me has hecho reír, gracias

[Shigella]

Madre de dios! Pero esto qué es????


Muchas gracias por las risas, autor.

[Gavalia]

Aunque me gusta el título ¿por qué de pintura y no de tinta?
Gustarme me ha gustado. Reírme me he reído, pero tambièn es cierto que me ha desconcertado un poco por lo rarito que es su desarrollo. Mejor campo de pruebas que este para crear cosas nuevas no hay. Gracias, estaba súper contento porque creí que me escapaba y no saldrīa en tu locura, pero al final ahí estoy. Por lo menos me libre de que dieras detalles sobre mi ... ¿Rabo?
Gracias por el esfuerzo y por compartirlo

[noramu]

Surrealismo a mansalva. Enhorabuena, autor, me lo he pasado genial leyendo tu ida de olla. Suerte que en el caso de Dori se ha caído el foro, así te evitas represalias

[Sinkim]

Muy bueno Aunque reconozco que he tenido que hacer una busqueda por el foro para descubrir quien era el de las 46 pulsaciones

Y como en el relato de Kedada, hasta donde sé, otra descripción de personajes totalmente correcta

Hay que tener valor para escribir un relato así, pero sobre todo me quedo con la riqueza de la escritura y el lirismo que desprende, me ha parecido una prosa bellisma. En algunos momentos me ha recordado al estilo de Tim Powers en La Fuerza de su Mirada

El momento Chicho Ibáñez es muy bueno

[Verditia]

Lo he leído con auténtico deleite, además de sacarme más de una risa mal disimulada (reírse en una biblioteca no está muy bien visto, y no me voy a echar a mí misma, claro).

Me ha gustado mucho la prosa tan poética utilizada, con imágenes claras y muy visuales (dejando de lado las porras y estacas... esa parte mejor obviarla en la imaginación ).

Me ha encantado

[Nínive]

¿Que te has fumado autor, antes de escribir este relato?
Por puntos:
1º- Muy mal porque no salgo yo.
2º- Lo he tenido que leer un par de veces para pillar todas las referencias.
3º- Al final me ha gustado un montón por la ida de olla que es.
4º- La idea de meter enlaces es un puntazo.
Me ha encantado lo de las mujeres-vampiro y lo de las estacas es genial... Lo que me he podido reír.

[Dori25]

Veinticinco veces más salvaje, cruel, atroz y sádica que la primera de las mujeres vampiro, la sed de sangre de Dori no conoce límites
Eso es cierto

[Estrella de mar]

¡Qué historia más original! Está escrito de escándalo. Dan ganas de que le clave a una la estaca de esos hombres pintura. Muy bueno.

¡Gracias por kekunear, plumita!

[Ororo]

mi ... ¿Rabo?

Halaaaa... qué bestia. Mira que podías haber utilizado: leño, estaca, tranca, poste, porra, garrote o báculo.


Bueno, autor, estás como una cabra.
Tengo que alabar el uso que has hecho de todos esos sinónimos, que quedan muy naturales insertados en el texto.
Pero cómo se te ha podido ocurrir eso de las mujeres vampiro y ¿los hombres pintura? Estupendo.
Qué original tanto en fondo (aunque sea reconocible la comparación sexo/muerte tan clásica) como en la forma. Qué buena idea el enlace al relato de barrikada para visualizar el asunto.
Pero, dime, cómo puede ser uno amante de Coque Malla y Manel al mismo tiempo que de Franco Battiato????

Me encanta el lenguaje que has utilizado. Y me gusta más todavía cuando lo mezclas con expresiones bastante corpóreas y banales. Creo que eres un artista.

También creo que la cuarta mujer vampiro tiene su puntazo, pero el JAJAJA último sobra

Lo he leído dos veces, así que llevas ventaja.

[Ororo]

[Sinkim]

La guerra entre las mujeres vampiras y los hombres pintura tiene milenios de antigüedad, de hecho los hombres pintura ya aparecían en los murales de la Roma clásica

[Ororo]

[Sinkim]

Ororo, de buena te has librado, menos mal que has puesto el smiley de los ojos abiertos y no el de la boca abierta