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144 páginas
Traducción: Ariel Magnus
Editorial: Edhasa
ISBN: 978-84-350-1085-6
Desde muy temprana edad, Hermann Hesse estuvo fascinado por la figura de san Francisco de Asís. De alguna forma, fue un pariente, un faro y un amigo en la distancia. Le asombraron su determinación y su conducta. Que no hiciera nada a medias y que no predicara nada «que él mismo no cumpliera a diario, de modo que su ejemplo sostenía su enseñanza y la respaldaba». Es decir, admiraba una ética, que no estaba reñida con la belleza y con el ansia de armonía.
Este amor se puede rastrear en otras obras de Hesse: Narciso y Goldmundo, El lobo estepario e incluso Demian. En sus páginas se descubre la sombra tutelar de su santo predilecto como un modelo de conducta, como la medida de la excelencia humana. Conocemos esas novelas, pero lo que no conocíamos era este maravilloso libro dedicado íntegramente al santo. Inédito hasta hoy en español, es al mismo tiempo una biografía y un sostenido hallazgo literario. Con una escritura que se mece entre la leyenda, la fábula y el ensayo, es un intento espléndidamente logrado de «hacer hablar de nuevo a un testigo largamente enmudecido de los tiempos antiguos». Escrito desde la devoción y la admiración, el resultado es un texto tan sorprendente como conmovedor.
Última edición por Melinoe el 28 Ene 2015 18:05, editado 1 vez en total.
Desconocía por completo esa fascinación de Hermann Hesse por San Francisco, aunque se sentía atraído por todas las figuras espirituales tanto de Oriente como de Occidente...
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.
Desde tiempos remotos han vivido ocasionalmente sobre la tierra grandes y maravillosas personalidades, que no se empeñaron en ser famosos mediante extraordinarios hechos puntuales o a través de obras poéticas y de libros. Sin embargo, estos espíritus tuvieron una inmensa influencia sobre pueblos y épocas enteras; todos los conocían, hablaban de ellos con fervor y deseaban saber más sobre sus personas. Su nombre y alguna noticia de su existencia estuvieron así en boca de todos, y tampoco con el correr de los siglos llegaron nunca a perderse, pese al ir y venir y a la mutación de los tiempos. Pues aquellas personas así labradas no ejercían su influjo a través de obras o discursos o artes dispersas, sino sencillamente porque toda su vida parecía haber nacido de un único gran espíritu propio y se desplegaba ante la vista de todos como una luminosa y divina imagen y ejemplo.
Estos seres ejemplares, aun cuando no hayan realizado ni una sola gran obra visible, se adueñaron y conquistaron los corazones de manera inolvidable por medio de sus vidas, pues orientaron la totalidad de su quehacer y de su existencia a partir de un único espíritu superior, del mismo modo que un arquitecto y artista erige una catedral o un palacio, no según sus correspondientes caprichos o vacilantes humores, sino siguiendo un pensamiento claro y un vívido plan. Todas ellas fueron almas fogosas y potentes, consumidas por una fuerte sed de infinito y eternidad que no les concedía descanso ni bienestar hasta que no reconocieron, más allá de las costumbres y los modos de sus días y de sus contemporáneos, una ley eterna según la cual regir sus acciones y esperanzas.
¡San Francisco de Asís y Hermann Hesse juntos! ¡El libro tiene que ser precioso!
La figura de San Francisco de Asís siempre me fascinó, supongo que porque de pequeña vi la película Hermano Sol, hermana Luna y me impresionó esa forma tan alocada de desprenderse de todo y esa alegría y ese amor por los animales. De adolescente leí el libro de Eloi Lecterc Sabiduría de un pobre, que trata de la última etapa de su vida, y también me gustó mucho.
Hermann Hesse me gusta mucho y la introducción que habéis puesto es muy bonita, quizás le de una oportunidad. Muchas gracias por abrir el hilo Melinoe
Ya lo leí . El libro contiene diferentes textos que Hermann Hesse escribió en torno a la figura de San Francisco de Asís. El primero, La vida de San Francisco, narra la vida de San Francisco desde el nacimiento hasta su muerte, señalando hechos importantes antes y después de que se entregara a la pobreza. La narración adopta el tono de las hagiografías y está impregnada de la fascinación y admiración que Hesse sentía por el Poverello. Me gustó especialmente cómo relata el momento más decisivo en la vida del santo:
Ocurrió entonces que en el primer día de viaje el joven oyó la voz de Dios, de tal modo que su corazón tembló y en su interior se desvanecieron las deliciosas imágenes del placer y la vanidad. Nadie sabe lo que se le comunicó en esta hora, ni qué tipo de voces desgarraron y doblegaron su alma. Sobre el instante en que se decide el destino interior de un hombre siempre se expande una oscuridad, como sobre un misterio sagrado.
Así como
su muerte, con todos reunidos entonando Laudes Creaturarum y las alondras en el techo, se me hizo hermosa esa imagen.
El libro también incluye algunas de las leyendas más conocidas, sencillas, pero bastante edificantes para mi sorpresa. El siguiente apartado está dedicado a una especie de reseña de Fioretti di San Francesco, en el que Hesse repite algunas de las cosas ya dichas en La vida de San Francisco, pero a quién esté interesado no se le hará pesada la reiteración. De dicho apartado señalé un párrafo que considero resume bien lo que fascinaba a Hesse del santo:
Quiere saborear lo más profundo y precioso de la vida, y una vez intuye dónde está el camino hacia ello, no vacila. Cuenta con el invaluable patrimonio de una alegría interior indestructible, algo de la naturaleza de un pájaro cantor: nunca le faltan una sonrisa, una canción, una palabra de afecto. Estos dos rasgos básicos (su apasionado afán de alturas y al mismo tiempo la alegre mansedumbre y afabilidad de un chico) explican todo su ser y su vida.
Hesse también escribió un relato sobre un San Francisco de 12 años, realmente bonito, en el que explora la naturaleza del santo a partir de un hecho particular. Es imposible no sentirse identificado con esto:
Al chico no se le ocurría que ninguna persona en el mundo, ni su padre ni su madre, le exigían nada semejante, que sólo su propio corazón hablaba de ello, soñaba con ello, lo deseaba. Sentía la exigencia. Se había construido un ideal. Lo había alcanzado un llamado, un fuego se había encendido en él. Pero ¿por qué era algo tan difícil, tan pero tan difícil, eso que parecía ser lo más bello, el heroísmo? ¿Por qué había que elegir, sacrificarse, tomar una decisión? ¿No se podía hacer sencillamente eso que a uno le gustaba? Sí, pero ¿qué es lo que le gustaba realmente a uno? Todo y nada; todo por un instante, nada para siempre. ¡Ay, esta sed! ¡Ay, esta ansia devoradora! ¡Y cuánto había en ello de tormento y secreto temor!
El libro cierra con un muy buen ensayo de Fitz Wagner, San Francisco de Asís y Hermann Hesse, en el que aborda la presencia del santo en la vida y obra de Hesse:
El Proverello era para Hesse un soñador y un poeta profundamente respetuoso de la belleza de la creación, un trovado y un místico que vivía en armonía consigo mismo, el mundo y Dios, un santo esteta y por eso un pariente espiritual con el que era fácil identificarse, pero también un ideal que quería alcanzar.
Nunca había indagado por la vida de este santo, más allá de lo que es de conocimiento popular, pero me ha conmovido su coherencia, alegría y amor por la naturaleza. Creo que quienes estén interesados en la vida del santo o por conocer un poco más a Hesse sin duda lo disfrutarán porque fue una figura determinante para el autor.
Giotto, San francisco predicando a los pájaros
Bien podría haber callado y haberme guardado todas mis palabras sobre el Santo, si en lugar de eso me fuera posible llevarlos a la magnífica iglesia de Asís, en cuyas paredes pintó Giotto la vida de Francisco. Pues estos frescos no sólo muestran los hechos y acontecimientos de su vida, sino que también son como una apasionada canción, nacida desde el espíritu del bienaventurado. El arte sobremanera audaz y ardiente de Giotto no es el fondo otra cosa que un poderoso eco de aquel gran cantor y predicador.
Laudes Creaturarum (Cántico de las criaturas), es la única composición que se conoce de San Francisco. Es realmente una celebración de la vida y la naturaleza. Dejo esta versión:
Melinoe escribió:Si lo leen, ya comentarán qué tal . Yo quedé con ganas de leer más libros de Hesse, especialmente Peter Camenzind, sólo he leído pedacitos.
Hace bien poco, Melinoe tuvimos un MC entre hierbamora y un servidor sobre la novela Siddhartha de Hermann Hesse -hay hilo donde se atestigua lo que digo- y resultó muy provechosa, porque pudimos sacar comentarios e interpretaciones muy interesantes.
Si quieres, pásate por ese hilo...
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.