Pues a mi me ha encantado!!!!
Me ha parecido precioso. Me resulta alentador y a la vez un poco bisoño como Murakami, un hombre ya bregado que las habrá visto de muchos colores , tiene al amor como motor principal de la vida, como causa final de la felicidad o desdicha, como eje fundamental de la existencia, pero no desde un punto de vista, no sé , psicológico o antropológico o analítico, si no casi como un quinceañero, como el protagonista de alguna serie de adolescentes. Tan taaaaaan tieeeerno
Que el protagonista, un hombre con experiencia en estos asuntos, que se ha encontrado en situaciones similares en varias ocasiones, pierda así el control me chirría un poco, me hubiera sido más comprensible de otro tipo de hombre, de alguien en una situación más "estancada" que viese la "luz" a través de esa mujer.
Pero ese "perder el control" final, ese órgano que dice que tenemos para entregarnos sin más, para ver la felicidad, no deja de resultarme alentador y desear que sea cierto, que ese órgano pueda movernos más allá de desilusiones, situaciones difíciles y escepticimos...lo ha reflejado muy bien y, para mi, de forma muy bonita y emocionante dentro de su frialdad nipona y esa forma de expresar las emociones casi robótica que parecen tener.
Ya hemos tenido el hombre que pierde resignado a su amor, el que no lo necesita, y el que pierde la chaveta por él (después de haberse hartado a "juguetear", eso si
)....cuales nos falta?
¿era que las mujeres tenemos como algo natural lo de mentir, no?
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