Y en medio un espejo (Microrrelato)

[Berlín]

Nacieron con un minuto de diferencia, pero mamá siempre cuenta que nacieron juntas, que se abrieron paso a codazos para no separarse en el parto. Ninguna quería dejar atrás a la otra y salieron boqueando como peces. El médico pensó que era un ser bicéfalo y preparó las palabras oportunas. Son como dos melocotones, le dijo a la enfermera, no llegarán a mañana.

Mamá cuenta que para burlar a la nieve, las colocó en una cestita de mimbre llena de lana junto a la estufa, y que papá le puso tanta leña, tanta, que desde el camino parecía que la casa estaba envuelta en llamas. Pero no era ese frío, era otro. Y tanto se juntaron para reparar la tristeza del parto que se enredaron por los cabellos. Una mañana papá encontró un capullo gigante y se sentó a fumar una pipa. Esperaba ver salir dos mariposas.

[lucia]

Me ha gustado lo del capullo y las mariposas

[Ratpenat]

¿de dónde te ha venido la inspiración?

[nosequé]

No lo entiendo y no me gusta , ¿la leña y tanto frío? ¿Y las mariposas? ¿y el espejo?

[Mister_Sogad]

Me ha gustado. Lo he representado en el teatro de mi mente como un cuento en una semioscuridad cálida de hogar y mecedoras de madera. Lo que más me ha gustado imaginar ha sido la escena de las pequeñas aovilladas en la cesta de mimbre, con su piel de suave melocotón en contacto con las bolas de lana.

[Isma]

Lo he leído...

[Gavalia]

Pues que rule...

[Isma]

... y lo he encontrado lleno de letras, letras que se apretujaban unas contra otras en trémula pasión para formar palabras. Y estas venían de lugares diversos y variados e intentaban organizarse, un caos, similar al que se encontró el hacedor cuando creó el mundo, Hágase la luz, pero la luz era, en el fondo, nada más que tres letras, mientras que estas otras son muchas más aunque para el gusto de otros, demasiado pocas. Había algunas que por su propia naturaleza eran esquivas, como "mariposa", que se encontraba desubicada y recordaba prados de florecillas blancas donde pastan burritos de pelusa plateada. Otras entraban cual buey lento y terco, "bicéfalo", exigiendo que el resto formara a su alrededor. "Melocotones", "codazos", "parto": un guirigay, oiga, vendo baratas estas sardinas que ya nadie me quiere comprar. Todas las palabras, en suma, pugnaban por encontrar su sitio, y todas, a su vez, se encontraban algo intimidadas por esa imagen un tanto desasosegante que tenían encima y que mostraba a dos fantasmagóricas muchachas con pelanos enredados. Solución imposible: las palabras se dieron por vencidas y optaron por formar cada una a su aire, y ni eso consiguieron, congeladas en unas líneas que se les hicieron demasiado cortas pese a ser, por naturaleza, alargadas.

Creo que con esto queda claro lo que quiero decir .

[ACLIAMANTA]

Como casi siempre Berlín, me has sacudido!

[Chioban]

Me gusto mucho. Aunque una voz dentro de mi me dice que no he interpretado el texto de manera correcta.

[Berlín]

Gracias gente...

[Aben Razín]

¡Me ha gustado mucho, Berlín!

Entiendo que la supervivencia hace que nos transformemos, de alguna manera... ¡es mi interpretación del relato!...

[Berlín]

¡Me ha gustado mucho, Berlín!

Entiendo que la supervivencia hace que nos transformemos, de alguna manera... ¡es mi interpretación del relato!...

Supervivencia, esa es la clave, Abén.

Hey, por cierto:

Feliz cumpleaños, socio. Un abrazo enorme.

[Pipeline]

Me ha gustado mucho. Recuerdo que una compañera de trabajo me contó que la criaron así, en una cesta con algodón cerca de la estufa, que eran como las incubadoras de entonces (nació de siete meses). De ahí viene, creo, lo de "criarse entre algodones".

Saludos!!

[Aben Razín]

Supervivencia, esa es la clave, Abén.

Me alegra haber captado la esencia de tu relato, Berlín

Hey, por cierto:

Feliz cumpleaños, socio. Un abrazo enorme.

¡Muchas gracias!...