happykent escribió:Lo empiezo!
¡Qué bien! Yo lo he terminado, con lágrimas en los ojos, ja.
El libro empieza de una forma muy dura, sin rodeos.
Leonard, en el día de su cumpleaños número dieciocho, piensa matar a un compañero de escuela y luego suicidarse, además planea hacerlo con la vieja pistola de su abuelo y parece estar obsesionado con los nazis y el holocausto. Son demasiadas cosas que se lanzan en menos de diez páginas y que, de alguna forma, asustan porque son tabú. Mientras leía esos primeros capítulos me daba miedo que la novela fuera una especie de apología a alguno de esos temas, por eso pienso que ese inicio es muy arriesgado pero también necesario, porque si hay alguien que no esté dispuesto a leer algo así, puede decidir cerrar el libro desde el principio.
Yo, al ya haber terminado el libro, creo que los primeros capítulos, y esa voz del protagonista tan honesta y fría pero al mismo tiempo en busca de esperanza, es un gran acierto. |
Del primer capítulo me llamó la atención de inmediato que una de las notas sea sobre Wikipedia y las cosas que podemos leer ahí sobre
suicidio. No sé si todos, pero supongo que no pocos de los que crecimos con internet y google, buscamos en algún momento de la adolescencia ese tipo de datos. También me dejó pensando mucho la reflexión de Leonard acerca de la selección natural y la cantidad de suicidios que se cometen actualmente. |
De Leonard me sorprende lo lúcido y listo que es, al menos así parece al principio; planea muy bien cómo entrar a la escuela con
la pistola, sabe que nadie sospechará de él, su línea de pensamiento es clara y, aunque intenta sonar a broma, se nota que está profundamente herido porque el día de su cumpleaños será tan triste (y yo dudo que alguien completamente desquiciado pueda detenerse a reflexionar sobre cosas así, menos a sentirse dolido porque no recibirá una felicitación o un regalo). Lo que, desde mi punto de vista, confirma esto es su plan de darle un regalo a cada persona que le importa. Es obvio que no es un asesino demente que amaneció con ganas de pegarle un tiro a alguien, sino un chico profundamente triste. |
Luego, cuando hablar sobre el profesor
Herr Silverman, me hace sentir mucha pena por él, pero... no sé, no es lástima, es más como ganas de hablar con él y animarlo. El chico busca desesperadamente alguna razón para
no llevar a cabo su plan. Piensa que saber por qué el profesor no se suba nunca las mangas de la camisa podría salvarlo, y al mismo tiempo siente pánico ante la idea de que el maestro, uno de los pocos adultos a los que admira, termine pensando que está loco si le pregunta por la camisa. Y, por otro lado, cuando habla de su madre me da una rabia tremenda. Más que libro para adolescentes, creo que este es un libro para adultos. Para que nadie sea como la madre de Leonard. Me pone de muy mal humor pensar en la cantidad de adultos, en especial padres, tan irresponsables que existen en el mundo. |