No sé cuáles serán los requisitos para presentar una obra al premio Planeta, pero más de 600 páginas para una historia que no da para más de 300, es una exageración.
La escritora (desconozco si es habitual en ella) rellena páginas y añade subtramas (el libro que escribe;
la vida de Nogueira que queda en nada; Manuel con la familia de éste; la muerte de su hermana que tanto se repite y luego se olvida, |
etc.) que al llegar al final del libro te hacen preguntarte el porqué de ellas y que si las elimináramos no pasaría absolutamente nada.
Me ha parecido aburrido y muy hinchado: varios capítulos; tres páginas para explicar la ira que siente Manuel; cómo trabajan los empleados, guías turísticas de tabernas, viñas etc. Usa miles de palabras, algunas demasiado formales-cultas para el tipo de género que es, y repeticiones constantes, por no hablar de las erratas. Con lo que gana esta editorial ya podrían haber revisado mejor.
No hay capítulo que no tenga paja por todas partes, especialmente cuando los protagonistas reflexionaban. ¡Soporíferos, sentimentalistas y eternos!
Como ya dije antes, varios de los personajes me parecieron muy exagerados y poco creíbles.
Manuel:
el listo que no ha trabajado nunca como policía, pero está hecho un experto. Es famosísimo allá donde va. |
Álvaro:
al que hay que pintarlo de malo, pero no, es hiperperfecto. |
La madre:
la mala. No podía ser de otra forma. |
Nogueira:
el poli jubilado que siente un gran amor por la justicia y solo al final de su carrera decide no seguir las normas. Además, su vida personal, que no importa mucho, es un drama. |
Santiago:
el hombre débil fácilmente manipulable por su mujer que resulta ser la posesiva lunática que organiza todo. |
Samuel:
el adorable niño que detecta el bien y por tanto, se echa a los brazos cariñosos del tito Manuel. |
Y así con el resto de personajes.
Resumiendo, únicamente me interesó algo la trama policial, que pese a los esfuerzos de la autora para que fuera sorprendente (además de larga), acaba resolviéndose demasiado rápido (en comparación al ritmo de la historia) y, si ya se han leído varios libros de este género, nada sorprendente. Creo que tampoco es recomendable volver atrás para revisar todos los detalles, pero parece que la solución esté metida con calzador.
Si bien la parte final mejora porque se olvida de la paja y el estilo enrevesado, para mí, no ha sido suficiente y NO lo recomiendo.