Impresionante leyenda: desde el principio se ve que no puede terminar bien esa profanación de espacios sagrados para convertirlos en cuarteles y cuadras: Bécquer se despacha a gusto y con razón contra los gabachos ateos e ignorantes... Pero la historia avanza, aparece la dama, el francés se pone galanteador y chulo... y el final es fantasmagórico, tenebroso y sobre todo merecido: lo sagrado y los muertos se respetan.
Y como hablamos de difuntos y el gabacho se burla de un caballero castellano de piedra, nombrando la Batalla de Ceriñola, os dejo un enlace de Wikipedia sobre esta batalla que supuso el inicio de la hegemonía de los Tercios españoles en Europa durante siglo y medio:
Batalla de Ceriñola
Y una anécdota de la que me enteré hace poco más de un año: resulta que el tradicional
toque de oración del Ejercito Español que suena siempre en el homenaje a los caídos, tiene su origen, precisamente, en esta batalla. El Gran Capitán al observar el campo de batalla plagado de cuerpos franceses, cristianos católicos como los españoles, ordenó dar tres toques de atención prolongados para que todos rezaran por los muertos. Inicialmente el toque de oración sólo se hacía en el ejercito español, pero con el tiempo esta costumbre pasó al resto de ejércitos europeos y del mundo. ¡Como para que el gabacho se burlase de un difunto guerrero español que luchó en Ceriñola!
Por cierto, en mi recuento particular, esta leyenda figura entre las que he vuelto a disfrutar, a pesar de recordarla a la perfección.