¿Cómo hacer que se enamore de mí otra vez? (Microcuento)

[eee]

La pregunta es difícil, aunque tiene un aroma juvenil y delicado, revela cierta inocencia, una prematura esperanza; pues el que la plantea cree que la otra persona lo amaba y dejó de hacerlo. La cosa es más seria cuando la pregunta viene en estos términos: ¿Por qué me hizo creer que me amaba? Esa ya es una decepción madura, una desgracia de saco y corbata, se ha lanzado una piedra en llamas a un albergue con el que nuestra memoria pensaba contar en los días difíciles. ¿Y cuál es ese afán de andar enamorando? ¿Por qué no dejas en paz a esa persona? ¿De dónde sacas la seguridad de que contigo le irá mejor? ¿Tan seguro de ti? Peor si no quieres que le vaya mejor y, por una cuestión de amor propio, como sea y bajo cualquier circunstancia, estás dispuesto a arruinarle la vida con tu miserable egoísmo. Como no soy quien para juzgarte, pues el corazón de cada hombre o mujer es un abismo insondable, intentaré dar una respuesta creyendo en tus buenas intenciones:

Caso 1

Sigues a esa persona y descubres que sale con otra. No te desanimes, no llores o evita llorar con gritos para que no te escuche. Es posible que sea solo una amistad. Si se besan cose tu boca. Si es de tu porte y se parecen, no lo tienes tan difícil, no te ha olvidado, busca algo parecido pero tú eres el original. Fíjate bien cómo se viste, registra las horas y los lugares donde se encuentran. Cuando menos se lo espere, lo noqueas, sacas despacio sus documentos de la billetera, lo metes en un taxi y lo envías lo más lejos que puedas, y lo remplazas. Voilá.

Caso 2

Sabes que pide comida a domicilio de vez en cuando. Alquila un carro de lunas oscuras y espera a que llegue el repartidor, le das una propina para que te deje subir la comida y te preste su uniforme, se cambian en el auto y subes con la comida. También puedes pedir empleo como repartidor en el restaurante al que suele llamar. Una vez que estés acercándote con la comida a su puerta, pegas un poema en la caja, te pones una flor en la boca, tocas el timbre y te arrodillas mirando el suelo y alzando tu ofrenda. Si recibes un golpe es porque era una comida para dos y te abrió la otra persona. Regresas al auto y le invitas un par de cervezas al repartidor para asimilar la decepción.


Caso 3

Es el verdadero amor, tu único amor. No te sientas triste, no te rindas. Hazte un promesa, ponte un cartel en la puerta de tu cuarto con un corazón envolviendo su foto. Si te pide que sean solo amigos, acepta. Si te cuenta sobre sus nuevos amores, felicítala. No te rindas, espera tu oportunidad, no desesperes. Si se casa ve a la boda y ponte en primera fila. Si no te invita porque su novio sospecha, no vayas. Espera, sé comprensivo, un día va a morir alguno de los tres, si primero muere el esposo mándate con todo, si te rechaza porque ya es muy mayor o tiene mejores pretendientes, no te desanimes, espera. Un día morirá ella y tú; y en el más allá, en ese terreno por el que siempre anduviste, estarás como pez en el agua y nadie podrá quitártela, serán uno solo para siempre.

[lucia]

Caso 4: Olvidas a la otra persona y rehaces tu vida. De estas, algo entre la dos y la tres sería lo más conveniente. Que en la tercera casi echamos de menos el mamporro

[Paraná]

¡Precioso! Me ha encantado la "racionalidad" del autor en lides tan delicadas; pero por sobre todo, la escritura en sí misma, en un sobrio borde entre el humor agudo y el sarcasmo feroz. Reírse de sí mismo es una de las mejores maneras de salir del fondo miserable de la pena. Es ficción, claro está, y de la buena. Bien hecho.

[eee]

Caso 4: Olvidas a la otra persona y rehaces tu vida. De estas, algo entre la dos y la tres sería lo más conveniente. Que en la tercera casi echamos de menos el mamporro

En ese caso ya no se plantea la pregunta.

[Spicata]

¡Qué bueno! Me ha gustado autor, sobre todo me ha gustado la opción de usurpar la identidad del novio con cierto parecido ... seguro que no se da ni cuenta