
Vestida para la noche

Hacía tiempo que estaba loca por tí, te veía en almuerzos empresariales, fiestas y no podía dejar de mirarte. Trabajábamos en distintias empresas, pero dentro del mismo rubro, lo que me permitía hacer escapadas hasta tu oficina para hablarte sobre nuestro producto. De todas formas no conseguía ni una piadosa sonrisa humana, sólo de las formales de oficina. Una noche que estábamos en un hotel de otra ciudad, ambos por trabajo, me vestí muy sexy y bajé al comedor, suponía que estabas allí. Todos me miraron y los hombres me comían con los ojos, pero tú no levantaste la mirada. Me senté en una mesa con varios hombres, una sonrisa falsa en mi rostro y pedí un trago muy especial, después de tenerlo un rato, le pedí al mozo que te lo llevara en mi nombre. Creí que sería algo difícil, sin embargo fue muy fácil salir de mi falsa sonrisa para fingir un infinito terror al verte convulsionarte en el suelo, despidiendo espuma por la boca y sangre por los ojos.