El bujío de Santa Catalina 1 (Bordeando la realidad)

[Edgardo Benitez]

.Un presente para mi amiga Jilguero.



Cartas a la Seño
Hola, mi nombre es Julia, pero en casa y mis amigos me llaman Julita, tengo nueve años y soy una buena estudiante, bueno, al menos eso dice mi mamá, que asegura seré como mi papi, en lo que a inteligente se refiere, ya que la Seño Dignita, dice que soy bastante aplicada, esto no me lo creo tanto, ya que sus palabras no van de acuerdo con mis calificaciones que son un desastre.
Le escribo a mi Seño Dignita porque desea que le digamos en una carta, lo que hicimos en vacaciones.
Yo pasé en casa de mi Abue, en compañía de mis primos, Carlos José, Nelson Adrián, Luis, Rómulo y Ernesto, todos están en la misma edad que yo, solo Rómulo que tiene diez y es grande, más grande que todos, es el único que sabe montar a caballo, mi Abue dice que es experto y no les tiene miedo.
Todos sabemos que en casa de mi Abue hay caballos grandes y fuertes: uno se llama Rayo, otro se llama Plata, y una linda yegüita de color blanco que es la que me gusta, cuyo nombre me cuesta pronunciar, por difícil: Rurra. Es difícil para mí pronunciar la letra «r», pero dice mi Abue que a ella y a mis primos también. Le pusieron ese nombre por unos sonidos extraños que hacía cuando nació.
También hay perros. La perra Sombra, recién tuvo hijitos, todos del mismo color de ella. Son muy juguetones. Estos perros salen de cacería con el tío Pablo, quien dice que Sombra es la que va adelante, pero ahora como cuida a sus retoños, no va cuando andan de batida.
Donde vive mi Abue es el campo bonito, hay árboles grandes y dan frutas, como mangos, naranjas, jocotes, y muchos cocoteros. Además hay gallinas, vacas, cerdos, y por las mañanas se les da de comer, todos alegres detrás de su mamá. La mamá cerda se acuesta y les da de comer a sus hijitos, y todos se suben en ella, hacen como jugar en el tobogán, se ven fuertes y alegres cuando se tiran de la parte más alta de la barriga de la mamá.
Por las noches la Abue, nos cuenta cuentos, de unos enanillos que viven en el bosque y que por las noches nos visitan para decirnos en que nos hemos equivocado durante el día.
También nos cuenta de otros pequeñines que visten trajes verdes y gorros de color rojo con una bolita en la punta. Dice que tienen zapatos de punta hacía arriba y que se esconden en la cocina y detrás de la lámpara de noche; si les pedimos un deseo, lo cumplen; también, por las noches, puedo pedirles que nos tomen de la mano y nos lleven por el maravilloso mundo de los sueños y así no nos pasara nada malo.
Una noche que mi Abue nos contaba cuentos, sentados todos en el suelo, en su mecedora bajo su lámpara para leer y sus lentes gruesos, apareció un guacal, ¡sí!, un guacal que se movía solo, ese que usan para lavar la ropa. Se movía hacia adelante, se detenía y seguía adelante. Todos pensamos que era un duendecillo, que es el nombre como la Abue nos había dicho que se llamaba a estos extraños amiguitos. Pero lo graciosos es que la Abue cuando vio el guacal caminar solo, se levantó como pudo, tiró la costura por allá y corrió hacia el cuarto muy asustada. Nos acercamos con la curiosidad de conocer al personaje que estaba por dentro, ya que sabemos que un guacal no puede moverse solo. Lo rodeamos, todos a la espera. Sin hablar y sin hacer ruido, todos esperando el momento en que se volviese a mover, y se movió, entonces Adriancito, lo levanto y, ¿qué van a creer?, ¡era Martha!, la tortuga, que el tío Pablo le colocó el guacal encima para asustarnos. Como nos divertimos esa noche y la Abue volvió y nos dijo que no nos burláramos de los adultos y que había que respetarlos.
Luego nos llevaron a nuestras camas. Era la hora de acostarnos.
A la hora de dormir soñé con los duendes de los sueños y fui lejos, muy lejos a montar caballos blancos sobre nubes de color en el cielo azul.

.

[lucia]

Muy buena la carta y muy bueno lo de la tortuga bajo el guacal

[jilguero]

Muchas gracias, Edgardo, por tu obsequio.
Da gusto la brisa del otro lado del océano que nos llega con tu prosa.
Muy lograda la carta y, como te ha dicho Lucía, muy bueno lo de la tortuga. El final muy poético cabalgando en caballos blancos sobre nubes de colores. .

¿Sabes? En mi casa teníamos también una tortuga, pero no se llamaba Martha sino Eufemia. Mi abuela tenía una relación especial con ella, porque decía que no le deseaba ningún mal al animalito pero no quería compartir alcoba con ella. Por la noche, antes de acostarse, buscaba a Eufemia por todo el piso y no se acostaba hasta estar segura que se quedaba fuera de su dormitorio .

PD: ya está en el índice para que no se nos traspapele entre tanta cháchara .

[magali]

He tenido que buscar guacal en el diccionario .

Gracias, Edgardo y, también para ti, jilguero

[jilguero]

He tenido que buscar guacal en el diccionario .

Gracias, Edgardo y, también para ti, jilguero

Yo también, Magali, ese guacal forma parte de esa brisa de allende los mares . Me encanta cómo suena.

No pierdo la esperanza de que un día de estos también sepamos algo de los abuelos de Magali o de la niña que fue o de cualquier otra cosa ...
Mira Cata, siempre tan calladita y tan recatada, siempre de ese otro lado de la pantalla y, sin embargo, se ha avenido a prestarle su esqueleto a Santa Cata.
Las notas, por cierto, las tomé en un cuadernillo con los cantos dorados (a ver si me acuerdo de hacerle una foto y os lo enseño) pues la ocasión lo requería .

[jose2v]

He tenido que buscar guacal en el diccionario .

Gracias, Edgardo y, también para ti, jilguero

Y yo, como mero aficionado a la lengua, y a otras cosas que mejor me guardo no vaya a ser que ofenda.

[jilguero]

He tenido que buscar guacal en el diccionario .

Gracias, Edgardo y, también para ti, jilguero

Y yo, como mero aficionado a la lengua, y a otras cosas que mejor me guardo no vaya a ser que ofenda.

Sobre todo que Cata suele tener pesadillas con ellos y lo pasa regular.
Y eso me recuerda que tengo pendiente, muchas páginas atrás, lo de soñando con los astados de ella y mío, y la mezcla explosiva que sería juntar el toro de su pesadilla con la situación en la que me veo yo en la mía .

[jose2v]

He tenido que buscar guacal en el diccionario .

Gracias, Edgardo y, también para ti, jilguero

Y yo, como mero aficionado a la lengua, y a otras cosas que mejor me guardo no vaya a ser que ofenda.

Sobre todo que Cata suele tener pesadillas con ellos y lo pasa regular.
Y eso me recuerda que tengo pendiente, muchas páginas atrás, lo de soñando con los astados de ella y mío, y la mezcla explosiva que sería juntar el toro de su pesadilla con la situación en la que me veo yo en la mía .

Jilguero, esta vez no iba por los toros.
Iba por el tabaco, y por saber de gente que se ha sentido ofendida conmigo por el simple hecho de fumar en una terraza, donde lo tengo permitido, y me han acusado de maleducado e irrespetuoso.

De ahí, lo que puse los otros días sobre lo que yo considero violencia, en el hilo de Cataluña.

Hay gente para todo.

[jilguero]

Resulta, Greto, que ayer conocí a un galleguiño que, después de un rato de charla (había entrado en mi laboratorio acompañado de un colega para presentármelo, por pura cortesía pero pasamos de esta a la charla sin solución de continuidad), le acabé diciendo que me parecía medio andaluz, por la rapidez en abrirse y por la facilidad para reírse. Me dijo que tenía un Martínez de origen extremeño que igual tenía parte de culpa. Pero no es el primer caso que me encuentro y por eso en los bares de tu tierra, que es donde veo a los locales en su salsa, me he sentido muy a gusto. Eso sí, su retranca gallega y su acentillo cantarín le delataban.

Entre otras cosas, nos estuvimos riendo del asunto de las piedras en Galicia. Él es de La Coruña y, según sus propias palabras, de los pocos gallegos que no tienen "Aldea". Pero que aun así sabe que las piedras son sagradas allí porque aunque te parezca un cacho de piedra sin más está marcando una linde y como la muevas unos centímetros de sitio tienes problemas fijos. Y yo le conté que mi hermano cántabro (le llamamos así porque vive allí desde hace mucho), cuando de recién casado fue a casa de su mujer en Brandomil, una de las cosas que nos contó fue justo eso, que allí nada de hacer lo que hacemos por aquí que, si vemos una piedra pues no es raro que nos dé por voltearla y moverla de allá para acá (de niños, era casi deporte nacional para ver lo que había debajo ), que puede ser un mojón y pleito seguro .

Y en un rato de nada, me contó de su padre y de cuando él era niño, de como se cuajó su talante más bien mediador, etc. Por eso, porque me recordó a lo que pasa aquí que en una parada de bus, por ejemplo, si este tarda mucho y eres medianamente receptivo, te puedes llevar puesta la historia de tu compañero de parada, le dije lo de que me parecía medio andaluz. En el foro he visto que esta rapidez en abrirse resulta molesta a muchos foreros y sé que, en general, los gallegos tenéis fama de más cerrados, pero o yo me voy encontrando con los abiertos o será que sois lo uno o lo otro dependiendo de las circunstancias .

En cualquier caso, pasé un ratito la mar de agradable con el galleguiño a costa de lo que pretendía ser un simple gesto de cortesía .

[Gretogarbo]

Celebro que pasases ese rato tan agradable.

A ver, hay de todo, pero los gallegos tenemos fama de ser muy hospitalarios, posiblemente porque una humilde casa, unos pocos animales domésticos y un terruño era todo lo que un paisano atesoraba y era todo lo que podía ofrecer al ajeno, aunque quiero creer que así era en todo el rural español. No obstante, también tenemos fama de no meternos en asuntos ajenos o de no hablar si no se nos interpela o no se nos pregunta, quizás por un cierto aire de inferioridad del que siempre hemos hecho gala. A lo mejor le tiraste de la lengua a ese gallego y él se explayó.

Lo de los marcos, que así les llamamos a los mojones, es un tema de múltiples discusiones y cuitas, porque está muy ligado a ese minifundismo que cité anteriormente. Es cierto, sí, a los gallegos no nos gusta que nos toquen... los marcos.

[magali]

No pierdo la esperanza de que un día de estos también sepamos algo de los abuelos de Magali o de la niña que fue o de cualquier otra cosa ...
Mira Cata, siempre tan calladita y tan recatada, siempre de ese otro lado de la pantalla y, sin embargo, se ha avenido a prestarle su esqueleto a Santa Cata.
Las notas, por cierto, las tomé en un cuadernillo con los cantos dorados (a ver si me acuerdo de hacerle una foto y os lo enseño) pues la ocasión lo requería .

Pues ahora mismo mi cerebro es un erial, pero si algo surgiere, vendría a dejarlo en el bujío .

[jilguero]

No pierdo la esperanza de que un día de estos también sepamos algo de los abuelos de Magali o de la niña que fue o de cualquier otra cosa ...
Mira Cata, siempre tan calladita y tan recatada, siempre de ese otro lado de la pantalla y, sin embargo, se ha avenido a prestarle su esqueleto a Santa Cata.
Las notas, por cierto, las tomé en un cuadernillo con los cantos dorados (a ver si me acuerdo de hacerle una foto y os lo enseño) pues la ocasión lo requería .

Pues ahora mismo mi cerebro es un erial, pero si algo surgiere, vendría a dejarlo en el bujío .

Pues no sabes la de cosas que se ocultan en un erial. Algún día hablaré del que había cuando se bajaba al arroyo de la Carchena pasando por "la" encina (no quedaba más que una). En primavera, hasta un venero había en "el" (solo había uno, lo demás, tierra de cultivo) erial .

[jilguero]

Celebro que pasases ese rato tan agradable.

A ver, hay de todo, pero los gallegos tenemos fama de ser muy hospitalarios, posiblemente porque una humilde casa, unos pocos animales domésticos y un terruño era todo lo que un paisano atesoraba y era todo lo que podía ofrecer al ajeno, aunque quiero creer que así era en todo el rural español. No obstante, también tenemos fama de no meternos en asuntos ajenos o de no hablar si no se nos interpela o no se nos pregunta, quizás por un cierto aire de inferioridad del que siempre hemos hecho gala. A lo mejor le tiraste de la lengua a ese gallego y él se explayó.

Lo de los marcos, que así les llamamos a los mojones, es un tema de múltiples discusiones y cuitas, porque está muy ligado a ese minifundismo que cité anteriormente. Es cierto, sí, a los gallegos no nos gusta que nos toquen... los marcos.

¡Qué fino queda eso de que no os gusta que os toquen los marcos !

Creo que el pasado de pobreza y el complejo de inferioridad lo han compartido nuestros mutuos paisanos. Pero en el caso andaluz no creo que haya sido algo propio sino que ese complejo se lo han creado a base de menosprecio quienes se creían mejores (más ricos y más instruidos). En el caso gallego ¿cuál crees es la causa? Aquí ese complejo se ha tapado mucho con falsa chulería. Con todo, creo (o quiero creer) que las nuevas generaciones ya no lo tienen.

[Gretogarbo]

¡Qué fino queda eso de que no os gusta que os toquen los marcos...

Sin permiso, que no nos los toquen nadie.

Creo que el pasado de pobreza y el complejo de inferioridad lo han compartido nuestros mutuos paisanos. Pero en el caso andaluz no creo que haya sido algo propio sino que ese complejo se lo han creado a base de menosprecio quienes se creían mejores (más ricos y más instruidos). En el caso gallego ¿cuál crees es la causa?

Supongo que la causa es la misma. Si vosotros tuvisteis señoritos en los cortijos, nosotros tuvimos caciques en sus pazos. Y en ambos casos, hay un agravante de periferia geográfica respecto a lo que se cocía en Madrid; en este cuasiaislamiento podemos incluir a Asturias, Cantabria, Extremadura... y las islas, por supuesto.

Con todo, creo (o quiero creer) que las nuevas generaciones ya no lo tienen.

Totalmente de acuerdo.

[jilguero]

Creo que el pasado de pobreza y el complejo de inferioridad lo han compartido nuestros mutuos paisanos. Pero en el caso andaluz no creo que haya sido algo propio sino que ese complejo se lo han creado a base de menosprecio quienes se creían mejores (más ricos y más instruidos). En el caso gallego ¿cuál crees es la causa?

Supongo que la causa es la misma. Si vosotros tuvisteis señoritos en los cortijos, nosotros tuvimos caciques en sus pazos. Y en ambos casos, hay un agravante de periferia geográfica respecto a lo que se cocía en Madrid; en este cuasiaislamiento podemos incluir a Asturias, Cantabria, Extremadura... y las islas, por supuesto.

El complejo de inferioridad viene más del segundo elemento, otras regiones, que de los señoritos. La existencia de clases ha podido contribuir al carácter "sumiso" y poco peleón de los andaluces, pero no creo que crease complejo de inferioridad, en cuanto que era aceptado casi con buen talante que cada uno nace como nace y toca tirar para adelante. Incluso las relaciones humanas que se establecían entre clases eran muchas veces buenas e intensas: tal como puede ocurrir en una empresa donde el jefe es el jefe pero eso no quita que se pueda convivir con él y hasta apreciarlo. El complejo de inferioridad me da que se genera más con la emigración, donde la forma de hablar no solo nos identifica sino que es causa de broma. Para colmo el que emigra va en pésimas condiciones y le toca aguantar lo que le echen. De hecho, en mi pueblo, los emigrantes a Cataluña (hubo mucha emigración a Barcelona), cuando regresaban de vacaciones ya con hijos nacidos allí, eran estos últimos los que más repulsa mostraban hacia sus parientes andaluces que se suponían más "paletos" que ellos, que eran ya catalanes (aunque seguramente ellos eran los últimos monos en Cataluña pero querían marcar las diferencias). Tengo un amigo profesor de un instituto de Enseñanza Secundaria en el Prat de LLobregat y me contaba ya hace unos añitos, antes de la explosión del soberanismo, que entre sus alumnos, eran casualmente la segunda y tercera generación de emigrantes, muchos andaluces, los más independentista y los que más rechazo tenían hacia el resto de España. Y esos genes, lo que se dice genes, andaluces tenían. Lo que demuestra que el elemento cultural (adoctrinamiento) hace maravillas.

Pero todo tiene su lado bueno porque, a día de hoy, posiblemente porque la escala de valores ha cambiado, prefiero que me haya tocado en suerte estar rodeada de quienes se suponen somos más pobres, menos instruidos, menos...etc. Porque lo que llevo fatal es justo convivir con quienes se creen más .


Mas volviendo al paralelismo de nuestras respectivas tierras, una cosa que me pregunto a veces es si que aquí haya latifundios y ahí minifundios no viene determinado por el clima (estará estudiadísimo pero nunca me ha dado por informarme ).Porque ahí un cachito de tierra te da para una huertecita y para criar unos bichitos y ya con eso vas tirando. Aquí, en cambio, ese mismo cachito en tierra de secano (la mayoría) te da para morirte de hambre tú, y tus animales. Como a los pobres campesinos de Nos han dado la tierra de Rufo:

Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza.
Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.
[…]
Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí. Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera; tratando de salir lo más pronto posible de este blanco terregal endurecido, donde nada se mueve y por donde uno camina como reculando.
[…]
Conforme bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros como si fuera un atajo de mulas lo que bajara por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo. Nos gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del Llano, nos sentimos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra.
Por encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de chachalacas verdes. Eso también es lo que nos gusta.
[…]
Nosotros seguimos adelante, más adentro del pueblo.
La tierra que nos han dado está allá arriba.