Eroguro - Jesús Palacios (ed.)

[lucia]

Colección Ensayo de actualidad
ISBN: 978-84-947467-7-2
PVP: 26,00€
Páginas: 424
Dimensiones: 160 x 230mm
Encuadernación rústica con solapas
26 €

Descubre los rincones más retorcidos y oscuros del planeta eroguro, un colorido mundo de erotismo extremo, reino de lo absurdo y lo grotesco, donde se confunden la risa y el horror, el placer y el dolor, lo monstruoso y lo sublime.

Edición ilustrada en color.

Inluye ilustraciones originales de Miguel Ángel Martín, Sandra Uve, Félix Ruiz, Albert McTorre, Suki, Pablo Morales de los Ríos y Lolita Aldea.

Y con relatos inéditos de: Junichiro Tanizaki, Edogawa Rampo, Unno Juzo.

Pulpos violadores, lamidas de córneas, genitales pixelados, cuerpos amputados, torturas imposibles… son algunos de los ingredientes más insólitos del eroguro, ese género de géneros netamente japonés que nace de la combinación desenfrenada de tres elementos fundamentales: el erotismo, lo grotesco y lo absurdo.

Jesús Palacios ejerce de maestro de ceremonias y nos conduce por los rincones más retorcidos y oscuros del planeta eroguro, un mundo de erotismo extremo, corrupción física y moral, decadencia, deformidad y crueldad, que en su esencia última manifiesta un trasfondo absurdo y nihilista de la existencia.

Cultivadas en los fértiles campos de la literatura, el cine, el manga y el anime, las perversas semillas del eroguro han dado frutos excepcionales gracias a escritores como Junichiro Tanizaki, Edogawa Rampo y Unno Juzo; realizadores de culto como Takashi Miike o Sion Sono; o mangakas como Junji Ito, Hideshi Hino, Suehiro Maruo y Shintaro Kago. Frutos prohibidos que ahora os invitamos a degustar. Sed todos bienvenidos al gran circo del ero-guro-nonsensu.

Obra colectiva de los escritores: Jesús Palacios, Daniel Aguilar, Rubén Lardín, Iria Barro Vale, Germán Menéndez Flórez.

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No lo tenía controlado. Firmas interesantes. Tomo nota.

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Estoy con él ahora. El primer texto, escrito por el propio Palacios, me está resultando muy interesante. Busca antecedentes del eroguro en la tradición literaria nipona, haciendo parada en autores tan interesantes como Ryonosuke Akutagawa o Ranpo Edogawa. Yo siempre digo que si un ensayo es medianamente bueno tienes que terminar con un par de títulos o autores anotados para ponerte con ellos. Yo acabo de empezar y ya llevo unas cuantas referencias...

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A continuación, el libro incluye tres relatos inéditos en castellano de tres escritores representativos del eroguro. El primero, de Junichiro Tanizaki, me ha encantado. Muy deudor de Poe (que ya se nos advierte que fue un referente para esta corriente) pero trasladando sus claves creativas a claves orientales. El segundo, más breve y para mí menos sugerente, es de Edogawa Rampo, y el tercero, también muy bueno, de Unno Juzo, mucho más repugnante y gore, en la línea del manga eroguro de Ideshi Hino o Suehiro Maruo, que es la faceta que yo conozco del movimiento. Basta con decir que se titula El intestino viviente.

El traductor, Daniel Aguilar, escribe a continuación un artículo en el que recorre la carrera y las claves creativas de otros escritores que participan del espíritu eroguro.

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El siguiente artículo es sobre el eroguro en el cine y lo escribe el erudito Rubén Lardín. Es tal el bombardeo de títulos y autores que uno llega a preguntarse (sin mala fe) si el autor habrá realmente visto todas esas películas y de dónde sacará el tiempo. Personalmente, cada vez me interesa menos el cine y lo poco que me llama la atención es precisamente lo desviado, lo cutre y lo almacenado al fondo de los antiguos vídeo-clubs (que ya no existen), así que he terminado anotando algunos nombres bastante prometedores.

A continuación, Iria Barro hace una semblanza de los mangakas más populares dentro del género eroguro: Ito, Hino, Maruo y Kago, junto con algunos antecedentes.

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El último artículo del texto recoge las variedades más eroguro del cine porno japonés, un catálogo de perversiones y fetichismos que nos dan una idea de lo triste y poco imaginativo que es el porno occidental, además del diferente estatus de las estrellas del porno en una y otra sociedad.

El libro se cierra con dos artículos breves de Jesús Palacios que había publicado previamente en otros medios y que tocan temas próximos al que centra este libro.

He disfrutado mucho con el libro, sobre todo porque aborda el fenómeno del eroguro desde una perspectiva muy transversal (en literatura, cine, anime y manga), amplia, con antecedentes históricos y aporta muchos títulos y autores interesantes.