Tierras de sangre - Didó Sotiríu

[Arden]

Muchas gracias por los comentarios y el artículo de Monmany, voy a leerlo que seguro que es muy interesante.

[Mariela]

Una vez que ya he cumplido con mis compromisos de lecturas, ya estoy por aquí dispuesta a disfrutar leyendo Tierras de sangre.

Lo empiezo...

[Mariela]

Ya he leído la primera parte titulada Vida pacífica. El narrador se llama Manolis Axiotis y nos describe su infancia y primera juventud en Turquía, primero en su pueblo, cerca de Éfeso, y después en Esmirna. Queda claro que aunque la vida del labrador era dura, la tierra era fértil y sin ser ricos, tenían una vida sin sobresaltos al ser su padre un hombre trabajador, honrado y que supo hacer un pequeño patrimonio sin endeudarse. Aunque describe las buenas relaciones que a nivel popular había entre los griegos y los turcos, queda claro que lo de "Vida pacífica" va sólo porque no había todavía guerra ni enfrentamientos violentos entre ambas etnias, porque la vida que describe Manolis Axiotis no era un jardín de rosas, precisamente, ni en su casa, ni en los trabajos que tuvo en Esmirna. Me he quedado con esta frase:

Pero un pueblo que ha aprendido a convivir con otro como hermanos necesita grandes dosis de odio para cambiar de modo de sentir.

Manolis Axiotis cuenta a continuación la anécdota de un turco que tenía una deuda con un comerciante griego y cómo fue a pagarla después de mucho tiempo, porque le había costado juntar el dinero necesario. El comerciante había muerto ya y su heredero no encontraba el registro de la deuda. El turco no se aprovechó de la situación, sino que insistió en que la deuda existía. Y cuando el sucesor del mercader encontró los papeles, el turco pagó religiosamente la deuda, añadiendo para sorpresa del primero, los intereses por el tiempo transcurrido, que insistió en pagar, aunque nadie se los había pedido. Didó Sotiríu con esta anécdota logra reflejar que no había una fractura social entre turcos y griegos a nivel de la gente del pueblo. Pero en los párrafos anteriores explica por qué se enturbiaron tanto las cosas que se llegó a la tragedia: las potencias occidentales querían hacer grandes negocios en Turquía y les interesaba expulsar a los griegos que vivían en Turquía desde tiempo inmemorial dedicados al comercio...

Me alegro mucho de haber decidido leer este libro: es una historia de nuestro convulso siglo XX que no conocía más que de pasada, a pesar de la importancia que tiene para entender la geopolítica actual y que, además, está muy bien contada. Me gusta mucho el estilo de Didó Sotiríu.

Aben, gracias por poner la biografía de Didó Sotiríu y la referencia al artículo de Mercedes Monmany. Lo leeré en cuanto termine la novela.

[Mariela]

Ya he leído la segunda parte titulada Amelé Taburú, que es como se llamaban los campos de trabajo en los que obligaron a trabajar a los jóvenes griegos matándolos de hambre, de tal modo que muchos preferían desertar aunque el destino de los desertores fuera atroz. La narración de Manolis Axiotis es terrible, las penalidades que vivió y otras de las que tuvo noticia son atroces; pero también recuerda agradecido a quienes le ayudaron, turcos y griegos. Y se hace eco también del genocidio armenio al contar la historia de un muchacho con el que coincidió mientras trabajaba para un hacendado turco que era buena persona y que ayudó a ambos (a Manolis y al armenio).

Y lo peor es la reflexión que hace al terminar el capítulo VIII del libro, al contar la historia del chico armenio:

Ahora todo lo ha borrado el tiempo. Si abrís cualquier libro de historia, podréis leer unas escuetas líneas sobre las matanzas y las persecuciones de los armenios durante la Primera Guerra Mundial. Encontraréis también algunas frías estadísticas. Unas dicen que las víctimas llegaron al millón, otras que lo rebasaron y otras que junto con los griegos alcanzaron el millón y medio. Los responsables no fueron sólo los turcos. La nutrida población cristiana, que tenía en sus manos la riqueza y las llaves de Oriente, tenía que desaparecer porque era un obstáculo para el expansionismo alemán y para los capitalistas de la Entente. Por la línea del ferrocarril que iba desde Bagdad y Mosul hasta el puerto de Esmirna pasando por los campos de petróleo de Oriente Medio y las míticas riquezas de Asia Menor, por esa línea corrían los sueños más deshonestos y arteros del dominio económico extranjero. Una vez más se repetía la historia del vellocino de oro.

Hoy es el día en que Turquía se niega en redondo a reconocer el genocidio armenio y además de muy malos modos... Gracias al activismo armenio, el genocidio armenio ha tenido cierto reconocimiento internacional. El Genocidio griego no ha tenido tanta suerte. En fin, qué decir... (He dejado dos enlaces de Wikipedia, para abrirlos hay que cambiar .xxx por .org)

Y aunque no lo he dicho, el libro me sigue gustando muchísimo tanto por lo que cuenta como por como lo cuenta.

Aben, estás muy callado. ¿Ya lo has terminado?

[Mariela]

Ya lo he terminado. Los dos últimos capítulos titulados Llegan los griegos y El desastre cuentan la guerra grego-turca de 1922 y el triste destino de los griegos de Asia Menor que quedaron abandonados a su suerte.

Toda la historia que cuenta la novela es tan dura que deja un regusto amargo. Pero me alegro de haberla leído porque así he conocido mejor este episodio del que hasta ahora sólo había leído unas pocas líneas. Didó Sotiríu cuenta la versión de un testigo griego, pero trata de ser objetiva y no cae en el maniqueísmo: cuenta cómo hubo turcos de a pie que no se dejaron arrastrar por el odio y como los griegos también cometieron atrocidades durante la guerra. Como reflexiona en un momento Manolis Axiotis: "Tantos años en compañía de la barbarie,¿cómo no íbamos a acabar así?"

[Aben Razín]

Terminado.

Venía a comentar, pero ya he visto los que ha realizado Mariela,

De manera que tengo poquísimo que añadir, porque son muy profundos y además estoy completamente de acuerdo con ellos. Es cierto que el lector se queda con un gusto muy amargo, porque, dentro de estas páginas, hay unos genocidios atroces, como todos, que desconocía.

En cuanto a lo puramente narrativo, es una autora espléndida con una buena traducción. He intentado leer esta novela a pequeños sorbos para no desesperarme y así he conseguido mi objetivo.

Muy recomendable,

Saludos,

[Mariela]

Me alegro de que a ti también te haya gustado, Aben.

[Aben Razín]

Me alegro de que a ti también te haya gustado, Aben.

No sólo me ha gustado desde el punto de vista narrativo, sino que ha sido un acicate para acercarme a la historia que cuenta que, como puedes suponer, es absolutamente demoledora y trágica,