El bujío de Santa Catalina 1 (Bordeando la realidad)

[hexagono69]

A ver vamos a ver como dice Encarna, y que ya comentaba esto mismo en otro hilo moderador/a cómo es posible que salga la respuesta a mi pregunta antes que mi comentario formulando esa pregunta, y que evidentemente no estaba allí, ¿El sistema reordena los comentarios como le sale de los chips o existen las meigas?

Y no estoy loco que conste-

Y ya aprovechando espacio, yo no soy esteta hasta donde llega mi propio conocimiento de mi mismo.

Yo te veo a ti más esteta pajarona te gustan las puestas de sol, la música clásica, te enterneces como una ternera cuando ves un cuadro de la escuela decimonónica y romántica etc., etc.

A ver vamos a ver como diría encarna no te estaras kunfundiendo

[jilguero]

A ver vamos a ver como dice Encarna, y que ya comentaba esto mismo en otro hilo moderador/a cómo es posible que salga la respuesta a mi pregunta antes que mi comentario formulando esa pregunta, y que evidentemente no estaba allí, ¿El sistema reordena los comentarios como le sale de los chips o existen las meigas?

Esta vez ha sido a posta porque te he visto quejarte de eso en otro hilo.

yo no soy esteta hasta donde llega mi propio conocimiento de mi mismo.

El esteta es Marcelo. Que el personaje esté construido con ladrillos que, tan amablemente, Usía nos ha prestado no quiere decir que sea como Usía, ni mucho menos que Usía sea como él. En esas Memorias inconexas tenemos auto-brocahazos muy interesantes pero no suficientes para saber cómo es Usía.

Yo te veo a ti más esteta pajarona te gustan las puestas de sol, la música clásica, te enterneces como una ternera cuando ves un cuadro de la escuela decimonónica y romántica etc., etc.

Mira, haces unas semanas hablaba de este tema justo con un matrimonio amigo, de lo que hacen los artistas, de cómo atrapan la realidad. Íbamos por el paseo marítimo, estaba atardeciendo y era increíble lo bella que estaba la Playita de las Mujeres (la que está al lado de casa). Y yo les señalé la playa y el mar y les dije que pensaba que era capaz de captar la belleza de las cosas, de sentirla, de disfrutarla, pero que no tenía la capacidad, las cualidades necesarias para expresarla ni tampoco los conocimientos propios (un verdadero esteta y más un artista, sí tiene esas cualidades y esos conocimientos). Con lo cual te diría que, en cierto modo, se podría decir que soy una esteta diletante, y además minimalista y con una estética bruta, entendiendo que esta es a la estética académica lo que el Arte Bruto es al Arte académico.

PD: espero que al Xirín no le moleste que alguna frase de su Mudanzas se la haya fusilado tal cual y a otras le haya copiado la estructura. A fin de cuentas, las pamplinas del bujío tienen algo de comunitarias.

[hexagono69]

Sin querer ser pedante te diría que la estética académica fue dinamitada por las vanguardias de primeros del siglo XX.

Y además que, la estética es una rama de la filosofía bastante abstrusa, y que desconozco por lo que en mi caso tambien me apunto a la estética bruta.

Que seas sensitiva o sensible a la contemplación del mundo es una suerte para ti y mucho mejor que los muy limitados intereses y gustos de la mucha gente.

[Gretogarbo]

... e spero que al Xirín no le moleste que alguna frase de su Mudanzas se la haya fusilado tal cual ya otras le haya copiado la estructura. A fin de cuentas, las pamplinas del bujío tiene algo de comunitarias.

Supongo que te refieres a tu última pamplina, pero todavía no he podido leerla. De cualquier manera, sabes, jilguero, que soy fusilable por los cuatro costados y que no me quejo porque uno es esclavo de todo lo que dice y escribe. Además, cualquier cosa que pueda decir o escribir ya ha sido dicha o escrita anteriormente por otras personas.

[jilguero]

Ya que estamos hablando de arte, vamos a darle una pildorita a la santa. Hoy en Ha! hay una escultura de Cameille Cluadel, esa gran escultura siempre a la sombra del que fue su maestro y su amante, Rodin.

Claudel.jpg

Esta obra escultórica, Cata, representa el trío: Rodin, agarrado a este, su esposa, y la que intenta retenerlo arrodillada, Camille.

Su hermano, el poeta Paul Claudel, dijo de este conjunto: Mi hermana Camille, implorante, humillada de rodillas, está soberbia, está orgullosa, y sabe que lo que se desprende de ella, en ese mismo momento, delante de su mirada, es su alma».

A mí no me gusta nada, Cata, esa actitud. De hecho, la escultora pasó los últimos 30 años de su vida en el manicomio.

Y este final desgraciado me ha traído a la memoria el de esa otra escultora de la que hablamos en el bujío porque era una dama sin sombreo, Marga Gil Roesset.

¡Hay tanta gente interesante y tenemos tan poco tiempo para llegar a conocerla!, que me entra un pelín de agobio cuando lo pienso

[jilguero]

... e spero que al Xirín no le moleste que alguna frase de su Mudanzas se la haya fusilado tal cual ya otras le haya copiado la estructura. A fin de cuentas, las pamplinas del bujío tiene algo de comunitarias.

Supongo que te refieres a tu última pamplina, pero todavía no he podido leerla. De cualquier manera, sabes, jilguero, que soy fusilable por los cuatro costados y que no me quejo porque uno es esclavo de todo lo que dice y escribe. Además, cualquier cosa que pueda decir o escribir ya ha sido dicha o escrita anteriormente por otras personas.

Sí, me refiero a esa pamplina. Solo le has prestado a Marcelo esa experiencia de huída a la vida campestre que tan bien nos dibujaste con unas cuantas frases. Pero, vamos, he puesto el vínculo para que se conozca la fuente de inspiración, o de plagio, si tú tuvieses ego de creador, que creo no es el caso.

[Gretogarbo]

... he puesto el vínculo para que se conozca la fuente de inspiración, o de plagio, si tú tuvieses ego de creador, que creo no es el caso.

Tómalo como algo que me dejé, al descuido, en una de las sillas de enea del bujío. Tuyo es.

[jilguero]

... he puesto el vínculo para que se conozca la fuente de inspiración, o de plagio, si tú tuvieses ego de creador, que creo no es el caso.

Tómalo como algo que me dejé, al descuido, en una de las sillas de enea del bujío. Tuyo es.

Pues, entonces, quizás haya sido el propio Marcelo quien en sueños se ha pasado por el bujío y, al ver abandonadas esas bellas palabras en la silla de enea, se las ha adueñado para cambiar, con gran contento, el olor a tubo de escape de la urbe por el del estiércol fresco del ganado, el color otoñal de la arboleda del Parque del Retiro por el verde perenne de las coníferas de su pago, el aviso de la sirena de las ambulancias y de los bomberos por el ladrido de los perros locos de soledad que había en las fincas colindantes, y el molesto taconeo de la vecina de arriba por los insistentes graznidos de los rabilargos.

[lucia]

Hexa, ordena cronológicamente, pero pueden aparecerte mensajes de gente nueva, que se publican solo al aprobarlos un moderador.

[jilguero]

Miriam

Tenía el pelo corto, a lo garçon, cuando todavía eso era impensable en aquel colegio. Tenía siempre frío y temblabla como un pajarito. Y una voz débil, como si fuese el trino mal afinado de un pájaro. Era de cuerpo frágil y también de espíritu pequeño. Cariñosamente, sus compañeras la llamábamos La Pajarito.

Hablaba deprisa, de forma atolondrada; escribía despacio, como si la prisa de su pensamiento le paralizase la mano. Me pedía a veces algunas de las notas que a ella no le había dado tiempo a coger; se me pegaba en los recreos porque se sentía protegida a mi lado. Cuando se acercaba el fin de la etapa en aquel colegio, me contó que tenía miedo a crecer, a ir a la universidad, porque no sería capaz de coger apuntes. Algo tan nimio como eso le provocaba angustia, no la dejaba vivir en paz. Ella quería estudiar Filosofía y Letras, yo Biología. Sabíamos que nuestros caminos pronto se separarían, que no habría posibilidad de pasarle los apuntes. Intentaba tranquilizarla, diciéndole que aprendería pronto, que no se preocupara.

Un día no acudió a clase, ni tampoco al otro. Estaba con fiebre alta, en la enfermería del colegio. Fui con su prima a verla. Su vocecita estaba todavía más apagada, tenía dolores de cabeza insoportables y nos preguntó si no notabamos aquel olor tan raro, tan desagradable: allí solo olía de esa forma fría y aséptica a la que huelen los lugares impregnados con el vaho del alcohol y la mercromina. En la mesilla de noche había un trozo de bizcocho, nos pidió que no los comiésemos porque a ella le revolvía el estómago. Fue la última que vez que la vi: arrebujada entre las sábanas, con su pelo corto a lo garçon revuelto sobre la almohada y el cuerpo aovillado como si estuviese en el seno materno. Quizás ya intuyera su final y se estuviese preparando...

¡Tenía quince años y mucho miedo a crecer! ¡Tenía quince años y tal vez la muerte se apiadó de su miedo!

Miriam y compañeras de cole.jpg

Enlace

[Gretogarbo]

Miriam

Bello, jilguero.

[jilguero]

Miriam

Bello, jilguero.

Esta mañana, no sé si pro culpa de mirar hacia atrás en busca de esa juventud perdida, de la que ayer hablábamos en otro hilo, me he despertado con el recuerdo de ella, de su miedo y de mi incapacidad para trasmitirle seguridad. Era como un pajarito desvalido que casi me despertaba el instinto materno que seguramente nunca he tenido, o al menos no como tal. Y he pensado que de vivir ahora, igual se habría sentido a gusto en el bujío, y por eso le he dedicado esta minipamplina a Miriam, natural de la sartén de Andalucía; por ese motivo, estaba interna y eso le hacía sentirse más sola y más perdida que las demás, que sí podíamos volver cada noche al calor de nuestros recunchos familiares.

[Gretogarbo]

Esta mañana, no sé si pro culpa de mirar hacia atrás en busca de esa juventud perdida, de la que ayer hablábamos en otro hilo, me he despertado con el recuerdo de ella, de su miedo y de mi incapacidad para trasmitirle seguridad.

Pues si ese ejercicio literario, que en mi caso, como lector, ha sido delicioso, a ti te ha servido para sosegar ese instinto protector, lo celebro doblemente.

[Tolomew Dewhust]

No la conocí y ya la echo un poco de menos...

[jilguero]

No la conocí y ya la echo un poco de menos...

Tampoco yo conocí a Valentine y, a veces, paseando por las calles de Cádiz, noto su ausencia. Aunque ella tiene la suerte de que ahora, en esta tierra de fenicios, hay otra niña llena de de vida, que se llama Valentine .

Por cierto, Catulo ¿cómo están tus churumbeles? Desde esa gloriosa mañana del Actimel de naranja no nos has dicho nada de ellos.