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La escritora brasileña publica en España su segunda novela, «Killer», «una metáfora de la sociedad contemporánea»
EMMA RODRIGUEZ
MADRID.- Patricia Melo, una de las nuevas voces de la narrativa brasileña actual, ha convencido al público y a la crítica de su país con su segunda novela, Killer, que ahora publica en España Ediciones B. Se trata de la historia de un joven que encuentra en el asesinato a sueldo la única manera para alcanzar una vida digna.
Un relato de suburbios y violencia que retrata una realidad durísima, aunque Melo niega que con ella haya querido hacer una metáfora del Brasil actual. «Más bien», señala, «se trata de una metáfora de la sociedad contemporánea. La violencia la encontramos en cualquier gran ciudad, se ha llegado a banalizar hasta tal punto que ya es un ingrediente más del día a día».
Esta mujer, que no cree en la función social de la literatura («el único compromiso del escritor es con sus propios sueños», dice), analiza con cierto optimismo temas tan conflictivos como el del asesinato de los niños mendigos en su país.
«Es un problema gravísimo», explica, «pero no se trata de una guerra o de una masacre como muchas veces refleja la prensa internacional. Ahora la sociedad civil está cada vez más preocupada y el Gobierno se muestra más sensible a las cuestiones sociales. Hay muchas organizaciones trabajando a favor de los menores y se ha tomado conciencia de la necesidad de mejorar la educación y la salud, de trabajar para erradicar las diferencias de clase...».
Patricia Melo, que se considera discípula de Rubén Fonseca, el escritor que abrió la literatura brasileña a la vertiente urbana, compagina su trabajo de ficción con el de guionista para el cine y la televisión.
«En Brasil», señala, «el cine está atravesando un gran momento, gracias a las nuevas leyes de incentivación fiscal, y en cuanto a la literatura no es que vivamos una etapa especialmente fértil, pero sí es cierto que los editores cada vez publican a más autores jóvenes».
Leí este libro hace unos días. En él, Patricia Melo narra la historia de un ser violento que termina convirtiéndose en un asesino. Todo parte de un cabreo con ajuste de cuentas. Y así, entra en un círculo vicioso.
La policía corrupta, le venera por el trabajo hecho: mientras no sean ellos los que se manchen las manos de sangre. Y sigue así la espiral: más asesinatos, recompensas por estos, venganzas. Y así se convierte en un hombre de poder, en un nuevo hombre rico pero quien con fuego juega, se quema.
Todo ello paralelo a una historia de amor. Un hombre sin escrupulos, loco de amor por una jovencita que se entrecruza en su vida: las circunstancias hacen dar a la vida tantas, tantas vueltas.
Destaco también la narrativa de la autora. Como es el único libro de ella que he leído, dejo en duda de que siempre escriba así. Frases cortas, a veces liadas pero entendibles. Muchos diálogos. Pensamientos internos y contradictorios.
A mi me ha gustado mucho. Así que lo recomiendo.
Pues me lo apunto, Naj, además con tan buena crítica por tu parte. 
A mí Infierno me pareció sensacional, y Eki es un entusiasta también de ese libro. Merece la pena 
. Léelo cuando puedas, aunque creo que estaba descatalogado. 
). 