¿Verdad cari? (El hombre complaciente)
¿Verdad cari? (El hombre complaciente)
- Los hombres son todos unos inmaduros. Unos niñatos paralizados por el miedo al compromiso. Y si no, unos chulitos insoportables.
Elena era monotemática desde que su novio Roberto la había dejado por una tía neumática , con las tetas de plástico y el pelo decolorado más de cuatro tonos. La había conocido en el gimnasio y , según él, aunque había intentado evitarlo, se había enamorado locamente debido a la enorme bondad y belleza interior de la chica. Aunque a Elena le tenía cariño, la rubia de bote era su indiscutible alma gemela, había un vínculo espiritual entre ellos más fuerte que él mismo.
-Es que yo ahora que lo he meditado- siguió Elena-, no querría estar con un tío como Roberto. Siempre pendiente de él. No se podía salir porque había fútbol, motociclismo, Fórmula 1 o campeonato de petanca en Alcorcón retransmitido por Telemadrid. ¡Siempre cambiando mis planes por sus chorradas! Yo ahora lo que quiero es un hombre que me deje ser yo misma. Marta, ¿me estás escuchando?
- Si, si, claro .
- Yo quiero encontrar uno que me complazca en todo . Si no, mejor me quedo sola
-. Claro, claro. Anda , vámonos al camarote a cambiarnos de ropa para la cena.
Me tocó aquel crucero al Caribe para dos personas en una caja de cereales Vita-Sbelt al poco tiempo de que a mi amiga Elena la dejara su novio, así que me pareció una idea excelente que me acompañara. ¡Viaje de solteras para relajarnos y olvidarnos de todo!
El barco era una maravilla y la única pega era que el montón de parejitas que había a bordo no eran el mejor ambiente para que Elena olvidase. Llegamos a la cena de gala monísimas de la muerte con nuestros modelitos veraniegos y nuestras mejores sonrisas.
- Buenas noches lindas señoritas, dijo el cachas camarero dominicano. Les toca en la mesa cinco.
La mesa cinco estaba ocupada ya por dos parejas (nada que hombres sueltos se ve que no había). Una de sesenta y tantos años , muy elegante, y otra joven, formada por una chica grandota vestida con ropa tres tallas por debajo de la que le correspondía, y un chico rubio y delgadito con gesto ausente.
- ¡Hola chicas! - dijo la chica joven saludándonos con la mano- Encantada de conoceros. ¿Como os llamáis? Estos son José Luis y Susana. Yo soy Vanessa y este es mi marido. ¡Pero que guapas venís! ¿Vosotras sois novias? Bueno o igual también estáis de luna de miel que ahora , con esto de los matrimonios gays.
- No no, somos amigas,-dijo Elena- Somos Elena y Marta.
- Encantadas de conoceros- añadí yo.
- Bueno, bueno que si fuerais novias , yo lo vería muy bien- continuó Vanessa-. Yo soy muy liberal, ¿verdad cari?- dijo refiriéndose al chico rubio que asintió sin abandonar su aire ausente.
- Nosotras también somos muy liberales- dijo Elena- pero vamos , que no somos lesbianas.
- Bueno, yo te digo que soy liberal, pero más bien para los demás. Yo me casé como Dios manda, por la Iglesia y con muchos invitados, ¿verdad Cari? – el chico rubio volvió a asentir- Estuve muchísimo tiempo preparando la boda para que todo fuera perfecto. Estamos de luna de miel
Anda que no busqué restaurantes hasta encontrar un menú tal cual lo quería. Si es que te clavan por servirte cuatro tonterías y en mi familia somos de muy buen comer , ¿verdad cari? . Este decía que daba igual , y casi acepta en el segundo sitio, pero menos mal que al final nos recorrimos unos diez restaurantes hasta encontrar un menú como Dios manda.
Como las alianzas, yo quería algo realmente original. Mirad, mirad (nos enseñó el dedo , con una alianza horterísima que hacía formas extrañas más un anillo, también muy hortera, con una piedra medio rosa). Y esta es mi sortija de pedida. Tal cual yo la quise, que este tonto, lo mismo me compraba una gilipollez que no me gustase. Es que los hombres no tienen gusto para estas cosas, así que él sólo fue a pagarla, ¿verdad cari? Cari, ¿me estás escuchando? ¿A que tu no entiendes de anillos?
- Bueno, en realidad, no sabes si entiendo o no... - balbuceó el chico
- Pero que chorradas dices, claro que no. El vestido también me lo curré mucho. Todo en seda natural. Ya que te pones, te pones. Salió carísimo. (No me extraña ,pensé yo ,al calcular mentalmente los metros de seda que se habrían gastado para cubrir a aquella mole)
El matrimonio mayor miraba con aire divertido, contentos de que Vanessa se dirigiera fundamentalmente a nosotras.
- El viaje también me lo curré mucho. Estaba segura de que quería viaje al Caribe. Es mi ilusión desde siempre, ¿verdad cari? Lo reservé hace casi seis meses y nos hicieron un 30% de descuento. Por cierto, esta carne está un poco dura, ¿no? Voy a protestar ahora mismo. Se creerán que nos pueden dar cualquier cosa.
Dicho y hecho, Vanessa se levantó en dirección a uno de los camareros con aire furioso.
- A mi tampoco me parece que esté mala, dije yo. ¿Y a vosotros?
- Bueno, no sé, dijo el chico rubio. Vanessa es muy exigente. También protestó ayer porque el camarote que nos dieron le pareció pequeño. Le dijeron que hiciera la queja por escrito
- ¿Y la vais a hacer....? Perdona, no me acuerdo de tu nombre.
- Normal, es que Vanessa no lo ha dicho. Como mi nombre tampoco me gusta, me da igual. Me llamo Mariano. Pues no sé si la vamos a hacer. Ya lo decidirá luego Vanessa.
En aquel momento Elena fijó sus ojos en mi con gesto asustado. Las dos nos entendimos como telepáticamente. ¿Realmente querriamos un hombre que nos complaciera en todo? ¿Un Mariano? ¡NOOOOOO!
Elena era monotemática desde que su novio Roberto la había dejado por una tía neumática , con las tetas de plástico y el pelo decolorado más de cuatro tonos. La había conocido en el gimnasio y , según él, aunque había intentado evitarlo, se había enamorado locamente debido a la enorme bondad y belleza interior de la chica. Aunque a Elena le tenía cariño, la rubia de bote era su indiscutible alma gemela, había un vínculo espiritual entre ellos más fuerte que él mismo.
-Es que yo ahora que lo he meditado- siguió Elena-, no querría estar con un tío como Roberto. Siempre pendiente de él. No se podía salir porque había fútbol, motociclismo, Fórmula 1 o campeonato de petanca en Alcorcón retransmitido por Telemadrid. ¡Siempre cambiando mis planes por sus chorradas! Yo ahora lo que quiero es un hombre que me deje ser yo misma. Marta, ¿me estás escuchando?
- Si, si, claro .
- Yo quiero encontrar uno que me complazca en todo . Si no, mejor me quedo sola
-. Claro, claro. Anda , vámonos al camarote a cambiarnos de ropa para la cena.
Me tocó aquel crucero al Caribe para dos personas en una caja de cereales Vita-Sbelt al poco tiempo de que a mi amiga Elena la dejara su novio, así que me pareció una idea excelente que me acompañara. ¡Viaje de solteras para relajarnos y olvidarnos de todo!
El barco era una maravilla y la única pega era que el montón de parejitas que había a bordo no eran el mejor ambiente para que Elena olvidase. Llegamos a la cena de gala monísimas de la muerte con nuestros modelitos veraniegos y nuestras mejores sonrisas.
- Buenas noches lindas señoritas, dijo el cachas camarero dominicano. Les toca en la mesa cinco.
La mesa cinco estaba ocupada ya por dos parejas (nada que hombres sueltos se ve que no había). Una de sesenta y tantos años , muy elegante, y otra joven, formada por una chica grandota vestida con ropa tres tallas por debajo de la que le correspondía, y un chico rubio y delgadito con gesto ausente.
- ¡Hola chicas! - dijo la chica joven saludándonos con la mano- Encantada de conoceros. ¿Como os llamáis? Estos son José Luis y Susana. Yo soy Vanessa y este es mi marido. ¡Pero que guapas venís! ¿Vosotras sois novias? Bueno o igual también estáis de luna de miel que ahora , con esto de los matrimonios gays.
- No no, somos amigas,-dijo Elena- Somos Elena y Marta.
- Encantadas de conoceros- añadí yo.
- Bueno, bueno que si fuerais novias , yo lo vería muy bien- continuó Vanessa-. Yo soy muy liberal, ¿verdad cari?- dijo refiriéndose al chico rubio que asintió sin abandonar su aire ausente.
- Nosotras también somos muy liberales- dijo Elena- pero vamos , que no somos lesbianas.
- Bueno, yo te digo que soy liberal, pero más bien para los demás. Yo me casé como Dios manda, por la Iglesia y con muchos invitados, ¿verdad Cari? – el chico rubio volvió a asentir- Estuve muchísimo tiempo preparando la boda para que todo fuera perfecto. Estamos de luna de miel
Anda que no busqué restaurantes hasta encontrar un menú tal cual lo quería. Si es que te clavan por servirte cuatro tonterías y en mi familia somos de muy buen comer , ¿verdad cari? . Este decía que daba igual , y casi acepta en el segundo sitio, pero menos mal que al final nos recorrimos unos diez restaurantes hasta encontrar un menú como Dios manda.
Como las alianzas, yo quería algo realmente original. Mirad, mirad (nos enseñó el dedo , con una alianza horterísima que hacía formas extrañas más un anillo, también muy hortera, con una piedra medio rosa). Y esta es mi sortija de pedida. Tal cual yo la quise, que este tonto, lo mismo me compraba una gilipollez que no me gustase. Es que los hombres no tienen gusto para estas cosas, así que él sólo fue a pagarla, ¿verdad cari? Cari, ¿me estás escuchando? ¿A que tu no entiendes de anillos?
- Bueno, en realidad, no sabes si entiendo o no... - balbuceó el chico
- Pero que chorradas dices, claro que no. El vestido también me lo curré mucho. Todo en seda natural. Ya que te pones, te pones. Salió carísimo. (No me extraña ,pensé yo ,al calcular mentalmente los metros de seda que se habrían gastado para cubrir a aquella mole)
El matrimonio mayor miraba con aire divertido, contentos de que Vanessa se dirigiera fundamentalmente a nosotras.
- El viaje también me lo curré mucho. Estaba segura de que quería viaje al Caribe. Es mi ilusión desde siempre, ¿verdad cari? Lo reservé hace casi seis meses y nos hicieron un 30% de descuento. Por cierto, esta carne está un poco dura, ¿no? Voy a protestar ahora mismo. Se creerán que nos pueden dar cualquier cosa.
Dicho y hecho, Vanessa se levantó en dirección a uno de los camareros con aire furioso.
- A mi tampoco me parece que esté mala, dije yo. ¿Y a vosotros?
- Bueno, no sé, dijo el chico rubio. Vanessa es muy exigente. También protestó ayer porque el camarote que nos dieron le pareció pequeño. Le dijeron que hiciera la queja por escrito
- ¿Y la vais a hacer....? Perdona, no me acuerdo de tu nombre.
- Normal, es que Vanessa no lo ha dicho. Como mi nombre tampoco me gusta, me da igual. Me llamo Mariano. Pues no sé si la vamos a hacer. Ya lo decidirá luego Vanessa.
En aquel momento Elena fijó sus ojos en mi con gesto asustado. Las dos nos entendimos como telepáticamente. ¿Realmente querriamos un hombre que nos complaciera en todo? ¿Un Mariano? ¡NOOOOOO!
Última edición por Arwen_77 el 27 Jul 2008 14:16, editado 3 veces en total.
Jejejeje, que final tan bueno. Me gusta es desenfadado y ligero. También deja con ganas de leer más, si fuera un libro querría más capítulos. Una cosa que no entendí:
Mariano dice: "Como mi nombre tampoco me gusta" no entiendo esa frase.
Otra cosa, veo mucha mala leche en más de una frase, por supuesto, eso me encanta.
Mariano dice: "Como mi nombre tampoco me gusta" no entiendo esa frase.
Otra cosa, veo mucha mala leche en más de una frase, por supuesto, eso me encanta.
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Gracias Shardin y Emma.
Os cuento un secreto: Mariano y Vanessa están basados casi al 100% en una pareja real que conocí en un crucero. Los nombres están cambiados por razones obvias.
Respecto a la frase de Mariano:
Vanessa nunca dice su nombre. Marta cree que lo había dicho pero el sabe que no. Como no le gusta su propio nombre, le da igual que su mujer nunca lo diga. Lo de "tampoco" hace referencia a que a Vanessa no le gusta el nombre y a él tampoco.
¿Me explico?
Os cuento un secreto: Mariano y Vanessa están basados casi al 100% en una pareja real que conocí en un crucero. Los nombres están cambiados por razones obvias.
Respecto a la frase de Mariano:
Vanessa nunca dice su nombre. Marta cree que lo había dicho pero el sabe que no. Como no le gusta su propio nombre, le da igual que su mujer nunca lo diga. Lo de "tampoco" hace referencia a que a Vanessa no le gusta el nombre y a él tampoco.
¿Me explico?
Última edición por Arwen_77 el 23 Jul 2008 11:29, editado 1 vez en total.
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Re: ¿VERDAD CARI? (EL HOMBRE COMPLACIENTE)
Esto...no lo he entendido muy bien. Está hablando Marta? Quién es la rubia de bote? y el vínculo??Arwen_77 escribió:Aunque a Elena le tenía cariño, la rubia de bote , era su indiscutible alma gemela, había un vínculo espiritual entre ellos más fuerte que él mismo.
Por lo demás, tan real como la vida misma. menos mal que también existen los términos medios
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Gracias por adelantado Eki
Gracias ya a Brian, Desierto, Gabi y Al
Al_bertini, respecto a tu pregunta. Marta es la narradora y por tanto habla ella en el párrafo que citas, pero refiriéndose a lo que dice Roberto, el ex de Elena. La rubia de bote es la chica por la que dejó a Elena. En la frase anterior digo que llevaba el pelo decolorado más de cuatro tonos.
¿Opináis que ese párrafo y el que mencionó Shardin se entienden mal? ¿Debería reescribirlos con un poco más de información? En seguida pienso que estoy soltando mucho rollo y quizá luego me paso de sintética.
Shardin, ¿qué párrafos tienen tan mala leche según tu? Si no es para tanto ... je,je.
Gracias ya a Brian, Desierto, Gabi y Al
Al_bertini, respecto a tu pregunta. Marta es la narradora y por tanto habla ella en el párrafo que citas, pero refiriéndose a lo que dice Roberto, el ex de Elena. La rubia de bote es la chica por la que dejó a Elena. En la frase anterior digo que llevaba el pelo decolorado más de cuatro tonos.
¿Opináis que ese párrafo y el que mencionó Shardin se entienden mal? ¿Debería reescribirlos con un poco más de información? En seguida pienso que estoy soltando mucho rollo y quizá luego me paso de sintética.
Shardin, ¿qué párrafos tienen tan mala leche según tu? Si no es para tanto ... je,je.
- al_bertini
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Creo que simplemente con quitar la coma que va entre "la rubia de bote" y "era su indiscutible alma gemela" es suficienteArwen_77 escribió: Al_bertini, respecto a tu pregunta. Marta es la narradora y por tanto habla ella en el párrafo que citas, pero refiriéndose a lo que dice Roberto, el ex de Elena. La rubia de bote es la chica por la que dejó a Elena. En la frase anterior digo que llevaba el pelo decolorado más de cuatro tonos.
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