Till Damaskus
Traductor: Féliz Gómez Argüello
Año de edición: 1973
ISBN: 978-84-229-3036-5
Páginas: 410
Encuadernación RUSTICA
Editorial Cuadernos para el Diálogo
Fuente: https://revistas.unal.edu.co/index.php/ ... 3662/38909Los personajes teatrales de Strindberg no están sujetos a la realización de ninguna empresa, puesto que su tarea es exponer la interioridad de los sujetos y su mundo. Se trata de seres que no actúan, sino que hablan todo el tiempo, tal como advierte El Confesor de Camino de Damasco: “¿Qué dice ese charlatán? Toda su vida se la ha pasado hablando y así nunca ha tenido tiempo de hacer nada” (1973, 376).
En Camino de Damasco, el método narrativo para explorar la intimidad de los protagonistas cambia: se instala en las cuestiones morales y los tormentos inconscientes del personaje principal, no ya en sus avatares familiares, amorosos o sociales. Además, mientras que en los dramas naturalistas los personajes eran independientes entre sí (seres autónomos que se interpelaban), en Camino de Damasco todos los sujetos en escena dependen del Yo del protagonista, pues son multiplicaciones de él mismo. Por ese motivo, el personaje no sufre un vaciamiento de su interioridad mientras va respondiendo a las demandas de los demás (como Adolfo en Acreedores), sino que su mundo interno ha estallado desde el inicio la pieza y los relatos de los personajes dan cuenta de la fragmentación del Yo del Desconocido: “Es, pues, un teatro del desdoblamiento. Y se sabe que el desdoblamiento no es de por sí un fenómeno tranquilizador. Es, pues, un teatro de la angustia: el Yo recibe en toda su plenitud y todo su horror la carga aplastante de la vida individual, de la vida aislada” (Gravier 1967, 121).