Spinrad es un verdadero malabarista creando personalidades, me pasé semanas dando la tabarra sobre lo bueno que era el libro, sobre todo en el estrato psicológico; "El juego..." va de una secta, y el prota va rascando hasta que llega al fondo del asunto, como no. Pero la galería de personajes con los que se topa es extraordinaria y bastante inesperada...
Lo mejor, es como llega a las entrañas de los transformacionalistas, solo para ver que eran unos don nadie. El creador de la secta es un pavo que escribe un libro pa ganarse unos duros, y resulta que crea una religión. |
Es la desconcertante ingenuidad de la gente lo que Spinrad pone en evidencia, y como necesitan los déviles la existencia de una oligarquía.