Miguel de Unamuno
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- Ubicación: EN MI MUNDO, SOÑANDO CONTIGO.
Miguel de Unamuno
Leer, leer, leer, vivir la vida
que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que se quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las olas, las humanas emociones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer, ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?
-------------------------------------------------------------
En el silencio estrellado
la luna daba a la rosa
y el aroma de la noche
le henchia, sedienta boca,
el paladar del espiritu,
que adurmiendo su congoja
se abria al cielo nocturno
de Dios y su Madre toda.
Toda cabellos tranquilos,
la luna, tranquila y sola,
acariciaba a la tierra
con sus cabellos de rosa
silvestre, blanca, escondida.
La Tierra, desde sus rocas,
exhalaba sus entranas
fundidas de amor, su aroma.
Entre las zarzas, su nido,
era otra luna la rosa,
toda cabellos cuajados
en la cuna, su corola;
las cabelleras mejidas
de la luna y de la rosa
y en el crisol de la noche
fundidas en una sola.
En el silencio estrellado
la luna daba a la rosa
mientras la rosa se daba
a la luna, quieta y sola.
Miguel de Unamuno
Tu desconfianza me inquieta
y tu silencio me ofende.
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que otros soñaron.
Leer, leer, leer, el alma olvida
las cosas que pasaron.
Se quedan las que se quedan, las ficciones,
las flores de la pluma,
las olas, las humanas emociones,
el poso de la espuma.
Leer, leer, leer, ¿seré lectura
mañana también yo?
¿Seré mi creador, mi criatura,
seré lo que pasó?
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En el silencio estrellado
la luna daba a la rosa
y el aroma de la noche
le henchia, sedienta boca,
el paladar del espiritu,
que adurmiendo su congoja
se abria al cielo nocturno
de Dios y su Madre toda.
Toda cabellos tranquilos,
la luna, tranquila y sola,
acariciaba a la tierra
con sus cabellos de rosa
silvestre, blanca, escondida.
La Tierra, desde sus rocas,
exhalaba sus entranas
fundidas de amor, su aroma.
Entre las zarzas, su nido,
era otra luna la rosa,
toda cabellos cuajados
en la cuna, su corola;
las cabelleras mejidas
de la luna y de la rosa
y en el crisol de la noche
fundidas en una sola.
En el silencio estrellado
la luna daba a la rosa
mientras la rosa se daba
a la luna, quieta y sola.
Miguel de Unamuno
Tu desconfianza me inquieta
y tu silencio me ofende.
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MIGUEL DE UNAMUNO Y JUGO
(1864 - 1936)
Poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español, de una sagacidad, agudeza e independencia poco frecuentes en la literatura hispánica. Unamuno es el mejor prototipo del pensamiento filosófico-moral que alienta y patrocina el trabajo crítico de los escritores de la Generación del 98.
Nació en Bilbao y murió en Salamanca. Estudió el bachillerato en el Instituto Vizcaíno, y prosiguiendo sus estudios en la Universidad de Madrid, donde se doctoró en Filosofía y Letras. Se sometió a oposiciones y obtuvo, en 1891, la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, para la que sería nombrado rector de dicha institución, en cuyo cargo permaneció muchos años.
Además de escritor y profesor, colaboró en gran número de revistas y periódicos de su tiempo. Fue conferenciante en el Ateneo madrileño y en diversos centros de cultura. Su fama va creciendo con el tiempo.
Pero lo que nos interesa más aquí es el Unamuno-poeta. Como tal, fue genial. Algunos lo consideran como uno de los mejores poetas líricos españoles de su siglo. Fue hondo y fecundo, pero siempre "unamuniano", es decir, muy suyo, inconfundible. En su poesía, Unamuno se deleita, se confiesa, se abre, nos muestra su amor familiar y religioso sinceros, su profunda angustia ante el ser, ante Dios, ante la muerte y ante la inmortalidad de alma. Es un debatir y debatirse continuo consigo mismo. Y a los lectores, su poesía nos zarandea y nos azota, haciéndonos partícipes de sus propias dudas y angustias espirituales, como también es sus "ternuras" humanas.
Entre sus obras podemos destacar: En ensayo y prosa narrativa, En torno al casticismo, Paz en la guerra, Vida de Don Quijote y Sancho, Del Sentimiento Trágico de la Vida, Niebla, Abel Sánchez, La Agonía del Cristianismo, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir. En poesía, además de muchas sueltas, sobresalen Los Salmos y El Cristo de Velázquez. En teatro: Raquel encadenada, Medea, El hermano Juan.
(1864 - 1936)
Poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español, de una sagacidad, agudeza e independencia poco frecuentes en la literatura hispánica. Unamuno es el mejor prototipo del pensamiento filosófico-moral que alienta y patrocina el trabajo crítico de los escritores de la Generación del 98.
Nació en Bilbao y murió en Salamanca. Estudió el bachillerato en el Instituto Vizcaíno, y prosiguiendo sus estudios en la Universidad de Madrid, donde se doctoró en Filosofía y Letras. Se sometió a oposiciones y obtuvo, en 1891, la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, para la que sería nombrado rector de dicha institución, en cuyo cargo permaneció muchos años.
Además de escritor y profesor, colaboró en gran número de revistas y periódicos de su tiempo. Fue conferenciante en el Ateneo madrileño y en diversos centros de cultura. Su fama va creciendo con el tiempo.
Pero lo que nos interesa más aquí es el Unamuno-poeta. Como tal, fue genial. Algunos lo consideran como uno de los mejores poetas líricos españoles de su siglo. Fue hondo y fecundo, pero siempre "unamuniano", es decir, muy suyo, inconfundible. En su poesía, Unamuno se deleita, se confiesa, se abre, nos muestra su amor familiar y religioso sinceros, su profunda angustia ante el ser, ante Dios, ante la muerte y ante la inmortalidad de alma. Es un debatir y debatirse continuo consigo mismo. Y a los lectores, su poesía nos zarandea y nos azota, haciéndonos partícipes de sus propias dudas y angustias espirituales, como también es sus "ternuras" humanas.
Entre sus obras podemos destacar: En ensayo y prosa narrativa, En torno al casticismo, Paz en la guerra, Vida de Don Quijote y Sancho, Del Sentimiento Trágico de la Vida, Niebla, Abel Sánchez, La Agonía del Cristianismo, La tía Tula, San Manuel Bueno, mártir. En poesía, además de muchas sueltas, sobresalen Los Salmos y El Cristo de Velázquez. En teatro: Raquel encadenada, Medea, El hermano Juan.
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LA ORACIÓN DEL ATEO
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.
MORIR SOÑANDO
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?
Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿A qué poner en ello tanto empeño?:
¿aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?
A mi buitre
Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.
El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.
Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.
Este buitre voraz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero
labra mis penas con su pico corvo.
El día en que le toque el postrer sorbo
apurar de mi negra sangre, quiero
que me dejéis con él solo y señero
un momento, sin nadie como estorbo.
Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mirada al ver la suerte que le amaga
sin esta presa en que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.
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- evaluna
- Soy una mujer D
- Mensajes: 20637
- Registrado: 19 Feb 2005 22:12
- Ubicación: McKiddnando
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Re: Miguel de Unamuno
Bohemio escribió:
Dulce silencioso pensamiento
Sweet silent thought
Shakespeare, Sonnet XXX.
En el fondo las risas de mis hijos;
yo sentado al amor de la camilla;
Herodoto me ofrece rica cilla
del eterno saber, y entre acertijos
de la Pitia venal, cuentos prolijos,
realce de la eterna maravilla
de nuestro sino. Frente a mí en su silla
ella cose, y teniendo un rato fijos
mis ojos de sus ojos en la gloria,
digiero los secretos de la historia
y en la paz santa que mi casa cierra,
al tranquilo compás de un quieto aliento,
ara en mí, como un manso buey la tierra,
el dulce silencioso pensamiento.
MIGUEL DE UNAMUNO
Hace referencia a este soneto de Shakespeare
SONNET XXX
WHEN to the sessions of sweet silent thought
I summon up remembrance of things past,
I sigh the lack of many a thing I sought,
And with old woes new wail my dear times' waste:
Then can I drown an eye, unus'd to flow,
For precious friends hid in death's dateless night,
And weep afresh love's long since cancell'd woe,
And moan the expense of many a vanish'd sight:
Then can I grieve at grievances foregone,
And heavily from woe to woe tell o'er
The sad account of fore-bemoaned moan,
Which I new pay as if not paid before.
But if the while I think on thee, dear friend,
All losses are restor'd and sorrows end.
SONETO 30
Traducción de Miguel Ángel Montezanti
Cuando a sesión de calmo pensamiento
convoco los recuerdos del pasado
la pérdida de antaño es lo que siento
y el tiempo agoto en un pensar gastado;
se arrasa mi ojo, casi siempre enjuto
por amigos sepultos en la noche,
lloro otra vez con revivido luto
de esfumadas visiones el derroche.
Puedo llorar por penas transcurridas
de pena en pena, así, pesadamente,
contar series de penas ya gemidas
por las que ahora pago nuevamente.
Pero cuando en ti pienso, buen amigo,
Todo lo encuentro y el penar mitigo.
_________________________________________
Cuando al silente y dulce pensamiento
añado los recuerdos del pasado,
suspiro mil fracasos del deseo,
y vuelvo a lamentar lo que he perdido.
Puedo anegar mis ojos por amigos
perdidos en la noche atemporal,
y renovar las penas amorosas
por mil miradas ya desvanecidas.
Me duelo de dolores, ya pasados,
y vuelvo a lamentar, de pena en pena,
las cuentas de gemidos, ya gemidos,
pagándo lo que ya pagué en su día.
Pero si en tanto pienso en ti, mi amor,
me compensas de todo, y ya no sufro.
Madre mia!! que diferencias
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- evaluna
- Soy una mujer D
- Mensajes: 20637
- Registrado: 19 Feb 2005 22:12
- Ubicación: McKiddnando
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Re: Miguel de Unamuno
La versión de mi libro (esto debería ir en un hilo sobre los sonetos de Shakespeare )
Cuando en mis sesiones de silenciosa y dulce meditación
evoco el recuerdo de las cosas pasadas,
suspiro por la ausencia de más de un ser que yo he buscado,
y con mis viejos pesares, deploro nuevamente el desperdicio de mi precioso tiempo.
Entonces mis ojos (habituados a las lágrimas) anéganse de llanto,
por los caros amigos sepultos en la noche sin fin de la muerte,
y lloro de nuevo por mi herida de amor largo tiempo ha cerrado,
y lamento la perdida de tantos espectáculos desvanecidos.
Así puedo dirigirme por lejanas aflicciones, y, desgracia por desgracia,
enumerar amargamente la triste cuenta de los sollozos ya exhalados,
cuenta que pago otra vez, como si antes no la hubiera satisfecho.
Pero si en aquel instante pienso en tí, querido amigo,
todas las pérdidas tienen reparo
y todos los dolores terminación
Cuando en mis sesiones de silenciosa y dulce meditación
evoco el recuerdo de las cosas pasadas,
suspiro por la ausencia de más de un ser que yo he buscado,
y con mis viejos pesares, deploro nuevamente el desperdicio de mi precioso tiempo.
Entonces mis ojos (habituados a las lágrimas) anéganse de llanto,
por los caros amigos sepultos en la noche sin fin de la muerte,
y lloro de nuevo por mi herida de amor largo tiempo ha cerrado,
y lamento la perdida de tantos espectáculos desvanecidos.
Así puedo dirigirme por lejanas aflicciones, y, desgracia por desgracia,
enumerar amargamente la triste cuenta de los sollozos ya exhalados,
cuenta que pago otra vez, como si antes no la hubiera satisfecho.
Pero si en aquel instante pienso en tí, querido amigo,
todas las pérdidas tienen reparo
y todos los dolores terminación
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Re: Miguel de Unamuno
En Horas De Insomnio
Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.
No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.
Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.
He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me extraño
a mí mismo y descubro no vivía.
Me voy de aquí, no quiero más oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.
No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.
Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.
He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me extraño
a mí mismo y descubro no vivía.
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Re: Miguel de Unamuno
Dormirse En El Olvido Del Recuerdo...
¡Dormirse en el olvido del recuerdo,
en el recuerdo del olvido,
y que en el claustro maternal me pierdo
y que en él desnazco perdido!
¡Tú, mi bendito porvenir pasado,
mañana eterno en el ayer;
tú, todo lo que fue ya eternizado,
mi madre, mi hija, mi mujer!
¡Dormirse en el olvido del recuerdo,
en el recuerdo del olvido,
y que en el claustro maternal me pierdo
y que en él desnazco perdido!
¡Tú, mi bendito porvenir pasado,
mañana eterno en el ayer;
tú, todo lo que fue ya eternizado,
mi madre, mi hija, mi mujer!
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Re: Miguel de Unamuno
Horas Serenas Del Ocaso Breve
Horas serenas del ocaso breve,
cuando la mar se abraza con el cielo
y se despiertas el inmortal anhelo
que al fundirse la lumbre, la lumbre bebe.
Copos perdidos de encendida nieve,
las estrellas se posan en el suelo
de la noche celeste, y su consuelo
nos dan piadosas con su brillo leve.
Como en concha sutil perla perdida,
lágrima de las olas gemebundas,
entre el cielo y la mar sobrecogida
el alma cuaja luces moribundas
y recoge en el lecho de su vida
el poso de sus penas más profundas.
Horas serenas del ocaso breve,
cuando la mar se abraza con el cielo
y se despiertas el inmortal anhelo
que al fundirse la lumbre, la lumbre bebe.
Copos perdidos de encendida nieve,
las estrellas se posan en el suelo
de la noche celeste, y su consuelo
nos dan piadosas con su brillo leve.
Como en concha sutil perla perdida,
lágrima de las olas gemebundas,
entre el cielo y la mar sobrecogida
el alma cuaja luces moribundas
y recoge en el lecho de su vida
el poso de sus penas más profundas.
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