Devuélvame el dinero.

[destru]

Porque el contrato no decía nada... y aquí me han recibido con una palmada sospechosa en el trasero, además de haber sondeado una perversa entretela para acceder. Después me han bañado, rodeado de mantas y calor y sobreprotección y hasta ignorancia bendita y feliz, vale, pero yo no la pedí; puede que algún arrebato nostálgico me haga retrotraerme a aquel seno... pero sospecho que se trata de un intento falaz para compensar el sufrimiento al que nos condenan luego y para siempre. Para siempre, hasta el final. Un caramelo para el viaje. Mejores hubieran sido unos zapatos cómodos. O, todavía mejor, haberme dado un arma, aunque tuviera una sola bala y además tocaya mía.

Mire. Vale que me pidan la extraña competencia cruel, que pise para no ser pisado, con esa excusa absurda, propia de un sistema decadente que se retroalimenta en el odio. Pero vale. Vale que llegado el día regulen mi vida de nueve a nueve, con descanso oportuno a las doce. Y es que a veces pienso en el valor de un sandwich precocinado, y me siento triste al pensar que lo engulliré, todo avidez y prisa, y que servirá para traducir su energía química en movimientos perdidos y tiempo perdido y mi vida perdida. Que servirá para traducir el sufrimiento de un animal enclaustrado, cebado, engordado y loncheado en casi lo mismo. Y resumirá mi existencia. Mire. Incluso vale que ordenen la forma en que debo vestir, cuánto y cuándo es el momento de comprar, cuántas décadas dedicaré a pagar mi casa, qué tipo de mujer debo tener y qué otra desear, qué televisión debo colocar en mi salón, qué ver en ella, a qué equipo seguir o sufrir, qué ideología votar aunque tenga por representante al mayor de los gilipollas y votar en sí parezca una gilipollez, si debo comer fibra en el desayuno, si debo hacer una estúpida colección de esas que salen por septiembre, si debo ahorrar para tener un coche mayor al del vecino, o una maquinilla de afeitar eléctrica, si debo cortarme el pelo así o asá o llenar de frivolidad, en general, cualquier contacto con otro ser humano. Vale... Pero no vale. No vale que mangoneen mi libre albedrío hasta el punto de negarme cualquier tiempo para pensar; aunque no exista la libertad y sea una ilusión fruto de la ignorancia, a mí me podría servir para encontrarle sentido a todo esto.

Devuélvame el dinero porque sus leyes son frías, nos mantienen alejados de cualquier otra parte que añoremos al mirar bien alto o a través de la ventana o al cerrar los ojos. Siempre nos embotella en esta extraña clausura libre, pero rodeada de negrura estática, helada y sin sonido. Clausura de noche fosca. Nos invita a que permanezcamos recluidos contra nuestra voluntad, pero lo hace con una tarjetita rosa, troquelada y con dibujos. Pues jódase si recibe protestas como la presente.

Deje de vendernos sexo para luego tacharnos de sexistas. Deje para otros la androfobia, la misoginia y la homofobia; déjelo para los que se atraganten con esas palabras. Deje de ofrecernos placeres y de negárnoslos después con propósitos oscuros y excusas blancas. Lo hace como si fuésemos animales a medio amaestrar, que quizás lo seamos muchos pero yo no lo soy. Deje de limitar nuestra vida, confiado, aprovechándose de nuestro miedo a la muerte, de nuestra cobardía. Déjenos bien lejos de su círculo vicioso donde la base del absurdo progreso viene a ser consumir y consumirnos hasta los últimos días de una ruinosa existencia, atados con cintas de velcro a la obligación acolchada de vivir, parásito forzado, suspendido de un aparato sádico y un catéter mientras los retoños-rapiña a los que dejemos nuestro legado se froten las manos elucubrando el oro que habrá en nuestro cuerpo cansado y lleno de cicatrices. Deje de hacerlo porque alguno puede divergir y rebelarse. Descollando. Aunque luego se hunda para siempre, hubiera tenido su minuto de gloria. Ardió para brillar, como dicen; igual que un fósforo. Viviendo de otra forma, amando de otra forma y siendo valiente hasta el absurdo, el repudio, el abandono, la tristeza crónica o lo que se tercie. Todo para encontrar una chispa de pureza.

[lucia]

¿Puedo pasarlo a los foreros?

[JoeMiller]

Hola Destru,

No sé si tu post se trata de una protesta, de una queja o simplemente de una reivindicación antisocial o lo que sea.

No sé si se trata de un arrebato momentáneo o llevas más tiempo rumiándolo. Tampoco sé si se realmente se trata de algo que piensas tú, o simplemente lo escribes como hubieras podido poner cualquier otra cosa.

En fin, sin partir desde ningún punto de vista, es más, sin dirigirme a nadie en concreto, te diré que sinceramente esta forma de ver y/o entender la vida, me parece bastante conformista, cómoda y hasta incluso cobarde.

Entiendo que todo el mundo, a lo largo de su vida tiene problemas, decepciones, depresiones y demás dolencias del corazón o conciencia. En muchos momentos todo se presenta gris y la vida no vale ni lo que el rollo de papel higiénico que nos servirá para limpiarnos de él, y todo el mundo es malo, y todo el mundo esta en contra de uno, y todas esas negatividades que se piensan y se generan en nuestra mente para autoconvencernos de que hay una conjura en el universo en nuestra contra. En definitiva, según mi punto de vista, todas esas cosas que nos hacen ser conformistas, cómodos desde la queja sin acción y cobardes.

Pues casi me alegro de leer este post, que repito que no sé muy bien si va de ti personalmente o no. Pero me hace reafirmarme en mi inconformismo, en mi valentía para no aceptar y cambiar las cosas que no me gustan, en echarle un par de huevos y darla vuelta a la tortilla. En definitiva, en ELEGIR.

Como ya he hecho otras veces, recomiendo mi firma:

Your Life is Yours Alone... Rise Up and Live It.

Y sin querer extenderme más, quiero mencionar algo que a mi me llama mucho la atención sobre ciertas culturas. No sé si será verdad o mentira, pero cuando el río suena es porque algo gordo baja por él: Según muchas culturas, sobre todo orientales, la vida que tenemos la hemos elegido así. Desde nuestros padres, hasta los lugares donde vamos a vivir, las cosas que nos han de ocurrir y todo, absolutamente todo. Y no es para otra cosa más que para que nos lo curremos.

Un abrazo Destru.

[Fiorella]

Me ha gustado, Destru. Veo que la inspiración te visitó de madrugada.. a vaya horas posteas!!!

Joe, feliz el que puede ver la vida siempre desde su lado bonito.

[takeo]

Creo que está bien explicado, de principio a fin, toda una existencia. El tema es cómo elegimos contra qué nos rebelamos y qué dejamos pasar porque consideramos que no vale la pena. Es un equilibrio de decisiones, contrapesos para no pasar de todo ni involucrarnos en todo.
Aciertos y fracasos en una sociedad que nos ofrece todo y que nos reta a saber elegir.

[Fiorella]

Y qué difícil es elegir a veces...... ir contra la corriente o ir con ella. La vida es elección, constante elección.

[destru]

Es un monólogo interior de un personaje... en algo que tal vez escriba.

Joe, te aseguro que el fondo no es conformista, hay mucho sarcasmo ahí.

Lucía, tú mandas, si quieres transferirlo a LFEYD, no lo dudes