De nuevo corto y pego de unilibro:
Mathilda Gillespie, de sesenta y cinco años, ha aparecido muerta en la bañera de su casa, con la cabeza cubierta con una peculiar mordaza, a modo de jaula, usada en la Edad Media para castigar a las mujeres chismosas: un sórdido artilugio de represión que iluminaba y al tiempo oscurecía el motivo de la muerte de la anciana.
Porque la jaula, a su vez, estaba recubierta de flores, como una referencia a la Ofelia muerta de Hamlet: Shakespeare era una de las pasiones de la señora Gillespie. ¿Se podía, por tanto, deducir que la recargada y morbosa escenografía revelaba, junto a la ausencia de signos de violencia, un suicidio? La doctora Sarah Blakeney, médica personal de la anciana, no termina de tenerlo claro. E investigaciones someras ponen de manifiesto viejos y terribles traumas familiares, así como personas interesadas en la muerte de la anciana...
La mordaza de la chismosa es una muestra de la espléndida madurez para el género policial de la autora. Una trama rica y densa, una eficaz descripción de caracteres y una intriga sobre la que aletea la sombra de la perversidad hacen de esta novela una obra apasionante.
«Una historia bien escrita, provocadora e inteligente que se centra en los efectos a veces inexplicables del bien, el mal, el amor y el odio en la psique humana.»
Booklist
Yo lo lei en formato grande, pero ya esta en bolsillo. La historia está llena de pequeños y duros detalles, que hecn de la obra un buen caso de asesinatos, llenos de historias oscuras y truculentas investigaciones. Os lo aconsejo, porque creo que podéís pasar un buen rato aquellos que les guste la literatura de crimenes...