PRIMER AMOR
(Ivan Turgueniev)
El reloj acababa de dar las doce y media...
Esta es una forma clásica de iniciar una narración.
Turgueniev nos va a contar un cuento... pero será el protagonista de su cuento el que nos lo cuente. El narrador sabe, lógicamente, todo lo que va a pasar, pero nos lo contará como si lo ignorara. En realidad debería haber sido tres historias... tres historias sobre el primer amor. Pero dos de ellas naufragan antes de ser contadas, y no porque sus protagonistas no se hayan enamorado por primera vez, ya que éso es imposible. Pero a Turgueniev no le interesa más que una de las historias ¿Por qué? Porque es mucho más que la narración de un primer amor... (y por ser en parte autobiográfica).
El protagonista comienza diciendo que prefiere escribir su historia que contarla, pone como excusa que no tiene habilidad para ello. Sin embargo descubriremos, poco a poco, que su historia es tan importante que por ello quizás desea ser tan cuidadoso en narrar sus recuerdos. Nada puede quedar descuidado. Cada acontecimiento de aquellos días tienen un significado en la vida de Vladimir.
Comienza: Tenía yo entonces dieciseis años. Esto ocurrió durante el verano de 1833... En este primer capítulo se nos dan ya casi todas las claves: Edad del héroe; tiempo y lugar de la narración; situación familiar y descripción de los padres; carácter del protagonista y su estado psicológico; llegada de la protagonista. También aparecen aquí las características del estilo de Turgueniev, un estilo suave, armónico, en el que el estudio de la psicología de los personajes tiene gran importancia.
La situación espacio-temporal es como sigue: la narración transcurre casi toda en el campo, muy cerca de Moscú, y al final la acción tendrá lugar en Arbat y San Petersburgo; aunque casi toda discurre en el campo y en un escenario muy limitado: dos casas y, sobre todo, un jardín. Sucede durante el reinado del zar Nicolás I, un absolutista en la época del liberalismo europeo; Turgueniev, aunque moderado, muy proclive a las nuevas tendencias y muy sensible a las condiciones sociales de su país (él daría la libertad a sus siervos), hace un pequeño apunte en el Cap. I sobre la condición de unos muchachos que trabajan en uno de los pabellones cercanos a su casa. Esta situación contrasta con la vida del resto de los personajes, a través de los cuales vemos un somero retrato de la sociedad (en este caso de la pequeña nobleza): vida superficial sin grandes ocupaciones con largas temporadas en el campo, matrimonios de conveniencia; aristocracia tronada que no renuncia a sus criados aunque no tenga para comer (nos hace unas descripciones muy elocuentes de ambas cosas); entretenimientos como el típico juego de las prendas; costumbre de expresarse en francés cuando no se sabía casi escribir el ruso... Es casi el final del romanticismo, y su protagonista está en la edad más romántica de la vida... (las lecturas que menciona también pertenecen a la literatura romántica). Turgueniev, cuando alude a las características romanticas les da un leve tono exagerado y hasta ridículo (el mismo protagonista define así su ánimo), sobre todo al referirse al personaje del poeta Maidanof.
La construcción del relato se vertebra a través de la psicología del protagonista que nos lo cuenta en primera persona y que, aunque en realidad sabe lo que ha pasado, como se decía al principio, nos lo oculta limitándose a darnos pistas a través, unas veces, de sus propias observaciones y otras utilizando las de otros personajes. La narración sigue un trazado casi totalmente lineal. Hay un gran salto atrás en el tiempo en el capítulo introductorio, que servirá de marco a la historia. Después el relato tendrá estas incidencias de tiempo: El Cap. I transcurrirá en 3 semanas, destacándose los acontecimientos del último día con la llegada de las nuevas vecinas. Desde aquí hasta el Cap. X la acción irá deslizándose a lo largo de 3 días con lo que en varios capítulos se narrarán acontecimientos que tienen lugar durante la misma jornada. En fín, para no cansaros diré que salvo en 5 ó 6 capítulos la acción transcurre en días continuados y con apenas alguna reflexión desde el presente (o sea momento en que el protagonista narra su historia a sus amigos)
sobre los acontecimientos que se narran o adelantando algo que pasó más tarde (la muerte del padre a los 42 años) |
Es muy importante el tema de las descripciones; apenas las hay sobre los interiores, pero son muy prolijas las que se refieren a la naturaleza y a los personajes. Turgueniev analizaba de forma magistral la psicología de sus personajes. La descripción del protagonista, hecha por sí mismo, es de una enorme riqueza, lo mismo cuando lo hace con exagerados tintes románticos (Cap.I), en el que ya se expone la predisposición al enamoramiento; como la maravillosa descripción del estado de ánimo de Vladimir cuando, después de jugar a las prendas, vuelve a su casa y nos cuenta: El aire pesado y húmedo de la noche oreó mi rostro arrebatado... A partir de aquí ánimo y naturaleza se confunden con una armonía insuperable... y la tormenta parece ser, no sólo una fuerza de la naturaleza y la conjunción con un estado de ánimo, sino también una premonición de la tempestad que comienza a nacer en las vidas de los protagonistas. Estas descripciones de naturaleza y ánimo del protagonista unidos aparecen en varios episodios... Es al final del relato cuando el ánimo del protagonista sufre una transformación total.
Esta se inicia desde el momento de la escena final de la ventana, que comentaremos más adelante, en que Vladimir comienza a madurar, hasta el momento en que conoce la muerte de Sinaida; es entonces cuando se da cuenta de la futilidad de la juventud y de la misma vida; cuando comienza a ser consciente de la voz doliente que le advertía...del solemne llamamiento que hasta él llegaba desde el sepulcro; comprende entonces la brevedad que separa la vida de la muerte. Respecto a Sinaida y al padre de Vladimir, se hacen tres descripciones de cada uno y todas antes de que comience a sospecharse lo que sucede. Las dos primeras descripciones de ambos personajes son una exposición de cómo los ve Vladimir ante él mismo, la tercera es de cómo los observa respecto el uno del otro: Cap. VII, Sinaida se muestra ante sus padres... "afectaba seridad, casi altivez, como una verdadera princesa. Su rostro tenía una fría inmovilidad y cierto aire severo. No la reconocía, ni conocía su mirada, ni su sonrisa...". Su padre, sentado junto a ella... "con la ternura dulce y suave que le era peculiar se ocupó de su vecina. De cuando en cuando la miraba y ella también a veces le lanzaba una mirada, pero tan extraña, que era casi hostil...". Aquí han desaparecido la dulzura de Sinaida y la frialdad del padre. Volverá de nuevo a haber una descripción de Sinaida, la última, en el Cap. X, será una descripción llena de contradicciones... es el momento en que Vladimir comienza a atormentarse por las sospechas. Hay también en el Cap. IX una descripción muy interesante de cada uno de los admiradores de Sinaida (principales sospechos ante Vladimir del enamoramiento y cambio de Sinaida). Las descripciones de los cambios de carácter de Sinaida, y de sus relaciones con Vladimir, así como la aparición de las dos cartas (pags. 68 y 75) son motivos que van modificando la situación. A través de estos cambios el relato nos conduce hasta un desenlace inesperado y de consecuencias que van mucho más allá de un cuento romántico sobre el primer amor. Esta primera historia guardará dentro de sí otra mucho más profunda e importante pues se convertirá en la historia del despertar a la vida en toda su crudeza. Sin embargo Turgueniev lo hará con su equilibrio y suavidad características, sin asperezas ni rencores. El narrador nos da desde el principio de la historia numerosos motivos (o pistas) anticipatorios de los acontecimientos posteriores: Un padre joven y atractivo casado por conveniencia con una mujer amargada (como los propios padres de Turgueniev); una acitud vitalista y con pocos escrúpulos del padre(Cap. VIII); la premonición de la tormenta... aún lejana...; la visita del padre a las princesas; los cambios de humor de Sinaida... y cuando le dice a Vladimir: son los mismos ojos...; las insinuaciones del Dr. Luchin a Vladimir o cuando dice que Marco Antonio tenía 40 años cuando amó a Cleopatra; la descripción de Sinaida del placer como algo distinto a la felicidad...etc... Hay varios motivos que recorren todo el texto, con distinto grado de importancia y significación: VENTANA: este es el motivo principal que encamina todo el relato hasta su final. Desde la introducción está presente: la introducción es un marco por el que el protagonista se asoma a su pasado y por el que invita a asomarse a sus amigos y a los propios lectores. A partir de aquí la ventana aparecerá constantemente en la narración: la primera vez que Vladimir ve a sus vecinas es en la ventana del pabellón que acaban de alquilar.. En fín, he contabilizado un total (si no se me ha escapado ninguna) de 17 veces en que aparece esta palabra, y en algunos casos de forma muy sugerente y repetida: por ejemplo en la escena, importantísima, de la tormenta se repite 3 veces; en la escena de la madeja de lana en que Vladimir y Sinaida están solos en su cuarto y se hace una de las descripciones de Sinaida más voluptuosa, también se nombra 3 veces; En el Cap. XV en que el protagonista vigila la ventana de la princesa, hay una descripción de un pájaro y un gato que también vigila, como él lo está haciendo hasta que Sinaida se asoma y después la cierra con ímpetu. En el Cap. XVI, después de otra de las bellísimas descripciones de la naturaleza y de un relato lleno de tensión, Vladimir sólo alcanza a oir el ruido de una ventana al cerrarse; antes ha habido también un sueño imaginado de Sinaida en la que ella misma se situa ante una ventana mirando hacia el jardín; aparte de éstas hay numerosas veces que el protagonista vigila la ventana de la princesa; y por último la escena más importante, en la que Vladimir descubre a su padre y a Sinaida hablando a través de una ventana y tiene lugar una escena que nunca olvidará y que le descubre lo que es el verdadero amor. Sí, Vladimir será un mero observador del amor auténtico, de la pasión; entonces se dará cuenta de que su emoción y su sufrimiento habían sido algo infantil. A través de la ventana verá el adolescente todo aquello que más le conmueve porque son descubrimientos inesperados. A través de ella se asoma a la vida en su nueva realidad y también en su iquietud y crudeza. El aún no es partícipe directo, está esperando a entrar en los acontecimientos reales que otros viven; hasta ahora él sólo sueña, anhela y es espectador, aunque estos acontecimientos le harán madurar en muy poco tiempo. Otro motivo muy importante es la FUSTA. Aparece por primera vez en el Cap. VIII, mientras Vladimir le cuenta a su padre, a petición el él, lo sucedido en casa de la princesa, el padre dibuja en la arena unas figuras imprecisas (quizás sus propias figuras, que el destino reunirá de nuevo en una escena imborrable). En este mismo capítulo se analizan profundamente las relaciones padre-hijo y se comenta la voluntad de dominio del padre; y también es cuando el padre entra solo por primera vez en casa de las princesas. En el capítulo siguiente Sinaida explica como entiende ella el amor: necesita alguien que le dé con la badila (¿fusta?) en los nudillos; en realidad Sinaida declara que para amar necesita ser dominada (ésto podría enlazarse con el tema de los caballos, que tan bien dominaba el padre de Vladimir, sobre todo en el capítulo de la escena de la ventana, el caballo tiene aquí un nombre sugerente, Electrique, y es un pura sangre...). Todo ello es una anticipación de la escena final de la ventana y el golpe de fusta que recibe Sinaida, y ante el que reacciona de forma sorprendente para Vladimir. |
Otros motivos importantes que podríamos analizar son, además de los caballos, el jardín , las nubes, las ruinas (romanticismo); y los cuervos (Vladimir los persigue y califica de aves vigilantes, como hará él mismo más adelante; además son pájaros de mal agüero)...
Se puede concluir que Turgueniev, siempre con su estilo suave y armónico, no sólo reflejó la sociedad de su época, sino que ahondó de forma muy especial en la psicología de sus personajes, sobre todo en relación con la pasión amorosa, y describió la naturaleza con la maestría singular de un pintor paisajista .
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