Poco Toi IV

Espacio en el que encontrar los relatos de los foreros, y pistas para quien quiera publicar.

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Nemo
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Poco Toi IV

Mensaje por Nemo »

Nos reunimos todos en el camarote central, no faltaba ni uno, si he dicho todos, es que todos, incluso el, Tomas H., yo era su inseparable amiga del alma, que anotaba con total exactitud lo que decía y hacia.
Durante los tres días que estuvimos en el crucero, un crucero de "x" días de navegación el cual indicaba que volvería en el momento en que uno de nosotros experimentase una leve molestia al estar en el lujoso Yate "FELIPON II", un Yate con dos impresionantes motores de 300 caballos de potencia.
El ultimo en entrar fui yo, pero... perdón, aun no os he hablado de mi, ni de mis compatriotas, yo me llamo Laura. alta, delgada y en fin... he de reconocerlo, soy guapa, muy guapa, pero no me gusta decir mucho lo guapa que soy.
A mis compatriotas los iré nombrando conforme avancemos en el desenlace de la historia.
Me coloqué en el centro del camarote, justo encima de mi colgaba la gran lampara de rubis y diamantes que poseía Mr. Riquez, el dueño del Yate, cuya persona había fallecido hace tres días, en unas características un tanto extrañas. Os explicaré, todo en una pregunta... ¿Como puede colgarse un hombre cuyas dos manos están amputadas?
¡La cosa si que era extraña, si!
La primera en hablar era la Sra. Guzman dueña del impresionante imperio de la juguetería Guziluz.
-¿Porque nos ha reunido, Sr. Tomas H.? -exclama la Sra. Guzman cerrando un ojo y apuntiagando un poco más las arrugas de su cara. Por mucho dinero que tuviese reflejaba a la actual cotilla vieja chocha de escaleras vecinas.
El Doctor Cabeza estaba sentado mientras fumaba su cigarrillo, mantenia la compostura de forma natural, pero era de ver que ocultaba algo...
-Verá, Sra. el motivo que me ha impulsado -y de repente abrí la libreta que llevaba y comencé a anotar lo que anteriormente dijo la Sra. y lo que Tomas H. le estaba explicando ahora-, a reunir a tales excelencias aquí, es el siguiente: Quedan pocas horas para llegar a la costa, y la policía ya esta esperando el desembarco de nuestro Yate, tengo permiso -entonces les miró uno a uno sigilosamente-, de intentar descubrir quien es el asesino de Mr. Riquez...
-¡¡¡Presunto asesino!!! -acentuó D. Gómez, un viejo carroñero cuya otra cosa que había hecho en la vida había sido repartir cartas, ósea, fue cartero. Esa manera de saltar no fue otra que darse a conocer o hacerse ver por la Sra. Guzman. La cosa delataba claramente de que ella le atraía un poco.
Tras un leve sonrisa dirigida a D. Gómez, la Sra. Guzman volvió a preguntar:
-¿Acaso es que nos culpa de algo? ¿Acaso no podía alholcarse Mr. Riquez?
-¿Un señor que carece de manos? ¡¡Vamos, Sra.!!! -dijo el asombrado, me miró a mi como diciendo "¿Puedes creerte lo que ha dicho?", y de paso me guiñó el ojo, por lo guapa que soy.
-Sabemos de que Mr. Riquez perdió sus manos en la 2ª Guerra Mundial y aunque parezca mentira pudo haber utilizado algún método para alholcarse el mismo -dijo el Doctor Cabeza.
Estaba cansada de estar de pie, había sido un día agotador, lleno de mucho sol caribeño y de mucho investigar con mi novi... con mi colega Tomas H. Así que decidí sentarme en el primer lugar que vi, el cual resultó estar al lado de la nieta de Mr. Riquez.
Se llamaba Orange Riquez, era una niña preciosa, a mi me encanta esa clase de niña rubia, ojos verdes, figura de muñeca, pelo largo y sedoso y piel de porcelana, sus nueve años la hacían única...

mañana mas, que ya es tarde, un saludo a todos...
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Nemo
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Re: Poco Toi IV

Mensaje por Nemo »

Sus ojos estaban llenos de lagrimas, casi tenia ojeras amoratadas, se giró he intentó decirme algo. Yo no le dejé, le acaricié el pelo y le dije:
-Tranquila, Orange, descansa un poco -y la niña pareció reprimir sus ganas de hablar por un momento.
-Todos los caminos del señor son inexcutables, todos los caminos indican Roma y todo llegará a su fin tarde o temprano -quien habla ahora es el padre Asturio, cuyo sacerdocio llevaba a raja tabla, vamos, que se sabia los diez mandamientos con pelos y señales-, alguien que ha cometido tal atrocidad debe de estar lleno de odio, de pensamientos impuros, hablar blasfemias y utilizar el lenguaje del diablo, ¡la mentira! -dijo por ultimo gritando y señalando con el dedo y el brazo recto a la Señorita Éxtasis.
Ella como es lógico le puso cara de asco.
Os hablaré un poco de ella, Éxtasis era la amante de Mr. Riquez de unos veinte años más joven que el, incluso no le gustaba a Orange, la niña se ponía enferma cada vez que la veía. Siempre iba enseñando el escote y su famoso ombligo, ¡esas malditas telas ajustadas al cuerpo! ¡¡¿porque le quedaban tan bien a ella y a mi no?!! A mi tampoco me gustaba nada en absoluto, rubia, teñido... claro, un cutis prefecto, todo a base de liposucsiones... y ojos verdes claros, con lentillas...
Ella se defendió.
-Es de ver y tengo que perdonar el mal comportamiento de ciertas personas hacia mi -ahora se dirigía al padre Asturio-, ¿porque me ha señalado diciendo lo ultimo?
Mi colega Tomas H. estaba muy concentrado en la conversación que poco a poco le iban revelando las cosas.
De pronto el padre Asturio reventó de rabia y saltó gritando:
-¡Eres el pecado en persona! Siempre provocando el fornicio, el pecado, la lujuria, tu... -y ahora comenzó a hablar tan despacio y en aspecto tan desagradable que parecía echar una maldición-, no tienes nada, sin el no eras nada, ¡una chica de alterne!, eso eras antes -diriguiendose a los otros exclamó-: ¿A quien creéis que van a nombrar heredero en su testamento?
-¡Miserable! ¿Como te atreves a decir eso? -gritó Éxtasis.
De repente la niña pareció recobrar las ganas de hablar, me cogió la mano con la suya, muy pequeña y bonita y dijo mi nombre.
-Laura, yo...
-Calma -le dije yo de chica a chica dándole una sonrisa, giré la cabeza y dije: Sebastián, tráele un helado a la niña.
Sebastián lo trajo en el acto. Era el único que estaba fuera de toda sospecha, pues estaba conmigo y con mi novi... con mi colega jugando a las cartas justo cuando el asesinato tuvo lugar.
La niña se quedó satisfecha chupando el rico helado de fresa.
-¿Y tu que? ¿Que pasa con tus problemas con el juego? ¡Necesitabas dinero! Mr. Riquez me lo dijo en nuestra ultima conversación, viniste aquí para pedirle dinero, ¿quien perjura ahora? -y sonrío Éxtasis poniendo cara de mala.
La niña quiso hablar otra vez, pero fue callada por la Sra. Guzman que dijo en voz baja.
-Mal educada.
Éxtasis se dio cuenta de que aquel desagradable insulto no era para la niña, sino para ella.
-¿Yo mal educada? ¿Y usted que, vieja chocha? ¿Que hay de su hijo, señora Guzman?
La señora Guzman puso cara de sorprendida.
...
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Nemo
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Re: Poco Toi IV

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-¡Si! Se lo de su hijo, está en la cárcel, por estafador, dígame ¿por cuanto? ¿cuantos millones robó? ¿Y cuantos millones vino a pedir a mi querido para sacarlo de la cárcel, eh?
-¡Calla, pérfida, más que pérfida! -grita D. Gómez respaldando a la Sra. Guzman.
-Mira quien fue a hablar, D. Gómez, el fiel amigo de Mr. Riquez, el que no paraba de chuparle la espalda, y todo para que lo incluyera en su testamento, muy listo viejo, muy listo, lo conseguiste.
D. Gómez puso cara de felicidad.
-Pero le volví a convencer de que te quitase de el, que eras una mala inversión -y la cara de D. Gómez volvió a caer en picado.
Mi Colega Tomas H. se metió en el cogollo de la conversación, todos tenían un impulso lo suficientemente grande para matar a Mr. Riquez pero parecía imposible la idea que de estuvieran todos deacuerdo en el asesinato de nuestro amigo multimillonario.
-¿Y que nos puede decir del Doctor Cabeza? -pregunto Tomas H. a Éxtasis-, ya que usted sabe tanto.
-¡No digas nada, Éxtasis! -exclamó piadosamente el Doctor.
Éxtasis tenia un nudo en la garganta.
-No aguanto más, cariño, no puedo... ¿porque yo y no los demás? -dijo ella ya llorando.
-¡Oh, cariño! -y el Doctor Cabeza y Éxtasis se abrazaron el uno al otro como dos tortolitos. Lo cual indicaba que estaban liados.
Éxtasis se giró hacia Tomas H. y dijo con tono de dulzura y misericordia:
-Lo íbamos a decir, créalo, por favor, pero este asunto... ha retrasado las cosas.
Tomas H. comenzó ha hablar...
-En fin, he llegado a una conclusión, en vista de lo estudiado y lo examinado...
Orange se decidió y comenzó a hablar sin parar...
-...le dije a mi abuelito que jugábamos...
Y Tomas H. seguía sin importarle lo que decía Orange, el continuaba hablando:
-creo que todos somos inocentes, Sebastián y nosotros (se refería a mi, y nuevamente me guiñó el ojo) estabamos jugando a las cartas...
Orange seguía:
-...le dije que... le dije que si jugábamos a los indios y...
Tomas H. hablaba:
-...Éxtasis y el Doctor Cabezas estaban ocupados en su camarote...
Orange:
-...a los indios y los vaqueros, el dijo que si muy contento...
Tomas H.:
-...el padre Asturios jugaba a las cartas a través de internet, pues tras una llamada telefónica me acaban de comunicar hace breves momentos de que el ordenador de a bordo estaba ocupado y que el usurario de internet se hacia llamar Apóstol, que es el santo preferido del padre Asturios, no es así????
Orange:
-...y yo disparaba con el dedo, pum, pum, y el con la punta de la muñeca, bang, bang...
Tomas H.:
-...y como no, es de ver que la Sra. Guzman estaba con D. Gómez mientras este se declaraba, y aun así si estaban de acuerdo no podrían con Mr. Riquez al ser ya tan viejos, sabiendo que nuestra víctima pesa más de 110... como gran multimillonario vivía de gorra...
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Nemo
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Re: Poco Toi IV

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Orange:
-...le tocó al abuelito ser vaquero y le juzgue por matar a indios amigos míos, le dije que se subiera en una silla y...
Tomas H.:
-...he llegado a la conclusión de siendo todos inocentes...
Orange:
-...y con una cuerda acerté sin darme cuenta, de repente la silla se rompió y... ¡¡¡¡¡BUUUUUAAAAAA!!!! -Orange rompió a llorar.
Tomas H.:
-...el señor Mr. Riquez tuvo que aholcarse por algún motivo y estoy seguro dada mi gran deducción de que era por su amante Éxtasis, que tuvo de descubrirlo de alguna forma... porque he leído el testamento y da todos sus vienes a la sociedad de Perros maltratados sexualmente por adultos.
De repente todo el mundo se calla, y Tomas H, se gira y le pregunta muy intrigado a Orange...
-¿Perdona, niñíta? ¿Has dicho algo?
-¡No, nada!
Llegaron todos a la costa y se fue cada uno por su camino, la única que sabia la verdad era yo, y ahora vosotros y Tomas H., pero decidimos no decir nada, pues tan solo fue un juego y aquello repercutiría mucho a la niña, yo le hice un guiño en el ojo cuando ella bajaba del barco y le dije:
-No pienses en ello, olvídalo...
-¿El que? -¡¡Jo, si que se lo ha tomado a pecho!!
Actualmente estamos en otro caso, y esperamos de que sea tan intrigante como este.
Chao.


Un saludo a todos!
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