Ángela Serna: Traductora, rapsoda y poeta. Tiene publicados numerosos poemas visuales y discursivos. Ha participado en numerosas exposiciones de poesía visual y mail art. Vecindades del aire es su cuarto poemario publicado. Otros inéditos como: De eterniadad a la eternidad, La piel última trinchera.... y Entre el haiku y el senryû: candilejas.
No juegues conmigo, poesía,
ya no tengo edad para tanto
sobresalto.
Si al menos dieras tregua
a mis silencios, concedieras
un segundo de excedencia
a tanta incertidumbre.
Si sólo permitieras un vago
deslizarse de las horas
sin tanto desvarío,
Tal vez-entonces- podía perderme
y, en el desfiladero añil que la luna
me ofrece a escondidas,
evitar que tu arrogancia me convierta,
como a ella, en efímera metáfora
atrapada en el simulacro de una página.
Vecindades del aire. 2006
Ángela Serna
Moderadores: Tessia, lunallena
Apenas te pienso
( “Ni de ponerme un nombre te acordaste…”
Amalia Bautista )
Apenas te pienso
y ya te he olvidado.
Ni de dejarme
un gesto te acordaste.
Si no fuera por la cicatriz
de tus últimas palabras
diría que te inventé.
Pero tu voz
sigue doliéndome
bajo los guantes negros de lana.
Por eso, apenas te pienso
y ya te he olvidado.
( “Ni de ponerme un nombre te acordaste…”
Amalia Bautista )
Apenas te pienso
y ya te he olvidado.
Ni de dejarme
un gesto te acordaste.
Si no fuera por la cicatriz
de tus últimas palabras
diría que te inventé.
Pero tu voz
sigue doliéndome
bajo los guantes negros de lana.
Por eso, apenas te pienso
y ya te he olvidado.
1
He sentido el peso
de tu aliento en el límite
izquierdo de mi lóbulo.
Me ha embriagado
tu perfume, prendido en mis mejillas,
y tu voz enredada en no sé qué neurona
sensible al terciopelo de tu boca
Hoy
me he despertado
mientras tú aún dormitabas en mi sueño
aferrado, como buen infractor,
a la página 23 del libro de poemas
que anoche, antes de dormirte,
descansaba sobre tu pecho.
Vecindades del aire.
de tu aliento en el límite
izquierdo de mi lóbulo.
Me ha embriagado
tu perfume, prendido en mis mejillas,
y tu voz enredada en no sé qué neurona
sensible al terciopelo de tu boca
Hoy
me he despertado
mientras tú aún dormitabas en mi sueño
aferrado, como buen infractor,
a la página 23 del libro de poemas
que anoche, antes de dormirte,
descansaba sobre tu pecho.
Vecindades del aire.
nosin escribió:Berdintza, oso izen polita zurea
No conocía a esta autora pero tomo nota. ¡Vaya que sí... !
Berdintza, bai, polita da. Mila esker!
Luego será otra vez mañana
y olvidaré las penitencias
de tantas recaídas;
luego,
cuando sea otra vez mañana,
recordaré los golpes, las heridas,
las costras de otros días con sus noches;
luego,
en un instante que no es
mañana ni ayer ni tal vez hoy,
sólo un no-tiempo almacenado
tras los muros de esta habitación
en la que olvido;
luego,
cuando nada ni nadie ni yo
misma recuerde las viejas melodías,
los pulsos de la mano en el papel,
las llagas abiertas desde el sueño,
surgirá,
desnuda y sin pudor,
aquella que, ajena a las edades,
decidió por mí,
dentro y fuera de mí,
haciéndome responsable de todas las cicatrices
de una piel que no es la mía.
Luego
cuando sea
otra vez mañana
todo comenzará sin mí.
Cuando ya no tienes nada que perder
los años truecan serenidad en osadía
y, en una alarde de cordura, ponen voz
a tus sueños mas despiertos:
¡Sueño!
Imagínate un mundo
del tamaño de tu ombligo
y piérdete en él sin equipaje.
No malgastes las horas transparentes
de la noche y escala cada una
de sus cumbres.
Demórate un instante en el refugio
de mis senos, mientra yo disfruto
de la fauna y flora que puebla
el campo base de todos tus ascensos.
Enarbola tu bandera en la cima
y aspira las melosas fragancias
que han quedado prendidas
a las jaras de mi cuerpo.
Cierra luego los ojos y olvídate
en los sones que el viento,
después de penetrarnos,
ha compuesto en las faldas del suelo.
Vecindades del aire
los años truecan serenidad en osadía
y, en una alarde de cordura, ponen voz
a tus sueños mas despiertos:
¡Sueño!
Imagínate un mundo
del tamaño de tu ombligo
y piérdete en él sin equipaje.
No malgastes las horas transparentes
de la noche y escala cada una
de sus cumbres.
Demórate un instante en el refugio
de mis senos, mientra yo disfruto
de la fauna y flora que puebla
el campo base de todos tus ascensos.
Enarbola tu bandera en la cima
y aspira las melosas fragancias
que han quedado prendidas
a las jaras de mi cuerpo.
Cierra luego los ojos y olvídate
en los sones que el viento,
después de penetrarnos,
ha compuesto en las faldas del suelo.
Vecindades del aire