Primer mini relato
- Aprendiz de Meiga
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Primer mini relato
A la luz de las velas
Seguía dándole vueltas al café. Recordando, frase a frase, toda la conversación de la noche anterior. No se podía creer lo que había pasado, siempre se había considerado una persona con principios, fiel a ellos. Había salido de apuros peores y le gustaba verse al límite para afrontar mejor los problemas, cuando no quedaba otra opción se hacía fuerte y valiente. Pero rara vez aparcaba así su moral, tras una botella de vino…
Hay veces que las tentaciones llegan en un momento de debilidad y ésta era una de ellas. Ella dijo que sí, sin pensar… Ismael se lo había propuesto y lo había conseguido, le había puesto el oro en bandeja. Disfrazó todo para que pareciese perfecto, sin riesgo. Se esmeró con la cena, la mesa cuidada al detalle. Buen vino a la luz de las velas que conferían un ambiente cálido, de intimidad y complicidad. La música de Idjah Hadidjah de fondo, más eficaz que una caja de Prozac, incitaba a dejarse llevar.
Él sabía que Laura no estaba pasando por su mejor momento. Carismático, escuchó todo lo que ella contaba, era como si estuviese escupiendo todas las desgracias que le habían pasado en las últimas semanas. Acabada la cena, ya en el sofá, él empezó a hablarle de su trabajo en la Galería de Arte y de las posibilidades que esto les ofrecía. Ella escuchaba con interés, sin entender muy bien a donde quería llegar Ismael con todo aquello o si hablaba por hablar. Cuando realmente comprendió de qué se trataba, se asustó y quiso salir corriendo, pero se quedó. Quiso decirle que no, pero dijo que sí. Un sí tan rotundo que creyó oírlo en los labios de otra. Después todo fueron sueños…
Pasó toda la noche inquieta, dando vueltas en la cama intentando no despertar a Mario. Ahora daba vueltas al café y a la cabeza. Tenía que llamar a Ismael, le diría que no podía ser, que aquello era una locura, le diría que el vino le nubló la perspectiva... pero eso no colaría a estas alturas. No estaba dispuesta a cargar con aquello toda la vida, sabía que era peligroso. Así que decidió que cualquier mentira le salvaría, al menos por esta noche y luego ya vería. Descolgó…
- ¿Ismael? Soy Laura, y bueno... yo...
- Ahora no puedo entretenerme, te espero esta noche donde te expliqué ¿a la una te parece bien? Mi turno empieza a las diez. No puedes fallarme.
- Bueno, no sé... es mejor que...
- Laura, confía en mi. Sólo tu y yo, nadie más lo sabrá.
- Está bien, estaré allí con la furgoneta. Después no quiero saber nada más sobre este asunto, entendido?
- Entendido. Yo haré el cambio, tu sólo tienes que quedarte fuera y llevarme donde esté él, esperando. Nos da la pasta y nos vamos, no hay riesgo, te lo prometo. A la una, no te retrases.
Seguía dándole vueltas al café. Recordando, frase a frase, toda la conversación de la noche anterior. No se podía creer lo que había pasado, siempre se había considerado una persona con principios, fiel a ellos. Había salido de apuros peores y le gustaba verse al límite para afrontar mejor los problemas, cuando no quedaba otra opción se hacía fuerte y valiente. Pero rara vez aparcaba así su moral, tras una botella de vino…
Hay veces que las tentaciones llegan en un momento de debilidad y ésta era una de ellas. Ella dijo que sí, sin pensar… Ismael se lo había propuesto y lo había conseguido, le había puesto el oro en bandeja. Disfrazó todo para que pareciese perfecto, sin riesgo. Se esmeró con la cena, la mesa cuidada al detalle. Buen vino a la luz de las velas que conferían un ambiente cálido, de intimidad y complicidad. La música de Idjah Hadidjah de fondo, más eficaz que una caja de Prozac, incitaba a dejarse llevar.
Él sabía que Laura no estaba pasando por su mejor momento. Carismático, escuchó todo lo que ella contaba, era como si estuviese escupiendo todas las desgracias que le habían pasado en las últimas semanas. Acabada la cena, ya en el sofá, él empezó a hablarle de su trabajo en la Galería de Arte y de las posibilidades que esto les ofrecía. Ella escuchaba con interés, sin entender muy bien a donde quería llegar Ismael con todo aquello o si hablaba por hablar. Cuando realmente comprendió de qué se trataba, se asustó y quiso salir corriendo, pero se quedó. Quiso decirle que no, pero dijo que sí. Un sí tan rotundo que creyó oírlo en los labios de otra. Después todo fueron sueños…
Pasó toda la noche inquieta, dando vueltas en la cama intentando no despertar a Mario. Ahora daba vueltas al café y a la cabeza. Tenía que llamar a Ismael, le diría que no podía ser, que aquello era una locura, le diría que el vino le nubló la perspectiva... pero eso no colaría a estas alturas. No estaba dispuesta a cargar con aquello toda la vida, sabía que era peligroso. Así que decidió que cualquier mentira le salvaría, al menos por esta noche y luego ya vería. Descolgó…
- ¿Ismael? Soy Laura, y bueno... yo...
- Ahora no puedo entretenerme, te espero esta noche donde te expliqué ¿a la una te parece bien? Mi turno empieza a las diez. No puedes fallarme.
- Bueno, no sé... es mejor que...
- Laura, confía en mi. Sólo tu y yo, nadie más lo sabrá.
- Está bien, estaré allí con la furgoneta. Después no quiero saber nada más sobre este asunto, entendido?
- Entendido. Yo haré el cambio, tu sólo tienes que quedarte fuera y llevarme donde esté él, esperando. Nos da la pasta y nos vamos, no hay riesgo, te lo prometo. A la una, no te retrases.
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Está muy bien, Meiga, a mí sí me ha gustado, fundamentalmente porque al leerlo parece que camina desde el principio hacia una historia totalmente conocida... cuando la última vuelta sorprende. Hace saltar media sonrisa cuando entiendes de qué va todo.
De forma también muy bien. Sigue publicando
De forma también muy bien. Sigue publicando
Es el terreno resbaladizo de los sueños lo que convierte el dormir en un deporte de riesgo.
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Shardin, Desierto muchas gracias por pasar, leer y comentar!!
Mi preocupación, era que no se entendiese bien el giro por ser demasiado escueto, como dice Shardin. Así que será un punto a mejorar!
Me alegra mucho que te haya gustado Desierto, y de haberte sacado una sonrisilla a estas horas de la mañana!!
Saludos!! y gracias de nuevo!!
Mi preocupación, era que no se entendiese bien el giro por ser demasiado escueto, como dice Shardin. Así que será un punto a mejorar!
Me alegra mucho que te haya gustado Desierto, y de haberte sacado una sonrisilla a estas horas de la mañana!!
Saludos!! y gracias de nuevo!!
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Yo soy uno de los que no se han dado cuenta, siempre digo que no hay que tomar al lector por tonto, que no hay que explicar más de lo debido, pero hoy me siento tonto lo mejor es que me gusta, ando buscando la sutileza que normalmente la veo demasiado pronto, me gusta que me engañen un poquito.Chinaski escribió:Es tan sutil que habrá quien ni se dé cuenta de que has intetado engañar al lector con la mejor de las intenciones
Última edición por SHardin el 13 Ago 2008 11:06, editado 1 vez en total.
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He caído con todo el equipo
¡Muy bueno, Aprendiz de Meiga! A mí personalmente, me encanta que me engañen con la verdad.
Aún así, le falta algo que no sé identificar. No sé si puede ser quizás, algún detalle más de la relación que existe entre Laura e Ismael... no sé, la verdad, no sé que es. Pero está muy bien, la forma en la que está narrado denota habilidad.
¡Muy bueno, Aprendiz de Meiga! A mí personalmente, me encanta que me engañen con la verdad.
Aún así, le falta algo que no sé identificar. No sé si puede ser quizás, algún detalle más de la relación que existe entre Laura e Ismael... no sé, la verdad, no sé que es. Pero está muy bien, la forma en la que está narrado denota habilidad.
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Te darás cuenta tú maestro, que ya van 4 lecturas y aunque ya me sale humo de la entrepierna, mi maquina de pensar no sabe ver tras la primara capa, el velo no cae.Chinaski escribió:Yo creo que lo que puede desconcertar es que el final no parece un final, parece que va a seguir y te quedas esperando que continúe y entonces dices: ostias, que ya ha acabado, y te das cuenta del tongo al que te ha sometido la meiga de los webs .
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