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TÍTULO:Memento de difuntos TÍTULO ORIGINAL:Història de mort AUTOR: Andreu Martín AÑO:1984
EDITORIAL:Círculo de Lectores COLECCIÓN: PÁGINAS:246 FORMATO:Tapa dura ISBN:978-84-226-2244-4 SINOPSIS:
El día que Ángeles decide recurrir al psiquiatra, lo hace con la ilusión de que eso le ayudará a resolver su problema: las apariciones del fantasma de su marido muerto la han atormentado hasta el extremo de empujarla al suicidio. Pero, paradójicamente, la aparición del psicólogo sólo sirve para empeorar el estado de las cosas. El doctor Campavall, de frágil salud mental, acaba por adoptar la personalidad del difunto. Ahí empieza la actuación de un segundo psiquiatra, el doctor Delclós, que deberá tratar ambos casos: el de su colega y el de Ángeles. Pero las conexiones del caso con fenomenos paranormales rebasan cualquier posible explicación científica. La Maldad, que planea sobre la obra desde sus primeras páginas, se convierte en ominosa protagonista de una narración que se tiñe de rojo a medida que se acerca a su desenlace.
Pues mira, me habían hablado muy bien de este autor, y la verdad es que tenían razón
El libro me tiene totalmente absorbida; el ritmo es trepidante y me encanta el tono duro que el escritor le imprime a la narración. Ahora, de momento más que de miedo, es de intriga psicológica, pero aún así me está pareciendo buenísimo.
El autor utiliza como excusa un caso sobrenatural para escribir una novela negra negrísima con todos los ingredientes del género que le queda redonda; la recomiendo con creces.
Tal vez la excesiva ambición de la obra, tal vez lo complicado que es escribir sobre el tema que trata o tal vez el poco plazo de planificación de la novela, como el propio autor explica en el prólogo. Existen varias razones por las que el libro decepciona, y mucho, sobre todo porque de Andreu Martín se espera más. La historia comienza deslabazada y a la deriva, como si no se supiera dónde nos lleva. Los personajes están mal dibujados y recurren en excesivas ocasiones a vicios poco descriptivos (fumar, mirarse las uñas); alguno como Delclós resulta caricaturesco. Además, la lectura resulta tediosa en ocasiones, pues se recurre continuamente a frases kilométricas, lo que hunde el ritmo global de la narración. En definitiva, cualquier otra obra de Andreu Martín es mejor opción.
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