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Materia: Policíaca: Novela negra
Editorial: Tusquets
Colección: Maigret (Num. 5011-28)
Idioma: Castellano
Nº Edición: 1
Fecha de edición: 09-2004
Encuadernacion: Bolsillo rústica
Tamaño: 18 x 11 cm.
230 páginas
El comisario Maigret está feliz: ¡por fin Madame Maigret y él disfrutan de unas vacaciones! Lo que no puede prever es que, dos días después de Ilegar al precioso pueblo costero de Les Sables d'Olonne, su mujer estará ingresada en una clínica y él, aburrido a más no poder, se dedicará a deambular de bar en bar para matar el tiempo.
Por fin, una noche, ocurre algo que despierta sus sospechas: una joven ingresada en la misma clínica que su esposa, y que ha sufrido un inexplicable accidente, fallece tras permanecer varios días en coma. Casualmente, el cuñado de la fallecida -médico de gran renombre que juega a las cartas cada tarde en uno de los bares a los que Maigret suele acudir- empieza a mostrarse sospechosamente solícito hacia el comisario.
¡Una vez más Maigret se ha quedado sin vacaciones!
¡Que grande es Simenon! Tengo por ahí, en la selva que es mi despacho, todos los libros de este genial Maigret. Nunca defraudan. Pueden pasar los años pero la personalidad del inspector es intemporal, gruñon, taciturno, serio, tierno con su mujer con la que lleva tantos años, el cansancio que desprende por ese mundo sórdido que le rodea... FANTASTICO.
Bueno lo he terminado. Me encantan las aventuras del Comisario Maigret . Me recuerda mucho al sentimiento que me provocan las de Agatha Christie: esa comodidad y relax al leerlas capaz de trasportarte a lo largo de la historia sin apenas notarlo.
Menos mal que me compré del tirón 6 de sus entregas.
He leído estos días siempre ajetreados de principios de septiembre esta entrega de Maigret, de Simenon.
Nos encontramos de vacaciones en la costa con Maigret. Resulta que la señora Maigret está ingresada. Al poco de llegar, y cenar unos anhelados mejillones, se encontró terriblemente mal, tanto como para urgir una operación de apendicitis. Maigret va a visitarla cada día, a un hospital cuidado por monjas. Por lo demás Maigret lleva una vida disoluta, mansa, entre vaso y vaso de vino, viendo jugar partidas de cartas en el bar y dar paseos por el paseo de la playa. Pero en cierta ocasión, a la vuelta de su rutinaria visita a su mujer, descubre un papel en su bolsillo, que le pide visitar y hablar con una enferma.
A partir de aquí algo se engancha en Maigret que le va a ir sacando del remanso de pereza y alcohol que estaba. Poco a poco se va a ir descubriendo que algo no cuadra. Mira con ojos más atentos a su alrededor, y trata de esclarecer una situación que va ensombreciendo al pueblo.
Resulta que la mujer del médico ha estado viéndose con otro. Esta persona, Emilio, el hijo de una familia humilde, parece en realidad que se haya marchado a Paris de forma súbita. Parece ser así, pero Maigret se va oliendo la tostada. Lucile, la pequeña hermana de Emilio, que Maigret lleva a ver paseándose por casa del doctor, aparece muerta también. Al final resulta que es el doctor el que está detrás de estas muertes. Ya en la visita que le hace Maigret hay algo tenso en el ambiente con él. No obstante, ha sabido camuflar estupendamente estas muertes, salvo por algún detalle... que no escapa a Maigret.
Al final él mismo se confiesa. Maigret habrá tenido que interrogar a unos y otros del pueblo, y mantener el silencio para no desvelar lo que intuía y sabía, afín de no dar pistas al asesino.
No me ha entusiasmado especialmente esta entrega. Aunque el caso está interesante, me ha resultado como un poco insípida. No obstante, entretiene, con la virtud de ser breve.