Olalla es el relato sobre un amor imposible en un escenario natural de fuertes tonos románticos. El caserón señorial de Olalla está engastado en otro tiempo, en la historia de un linaje clausurado dentro del que ella es sólo un último momento milagroso de lucidez. La muchacha siente los celos de propia mirada, su pelo y sus manos, y hasta de su propia alma, cada parte y tiempo de su vida ya vividos y pertenecientes sin remisión al ciclo cerrado de la historia de su gente. Así, el pasado rebosa su cuerpo y se adueña de sus sentidos, como si los muertos se resistieran a irse de su sangre. "Hablamos del alma, pero el alma está en la estirpe", dice Olalla, que no puede entregar en el amor un alma desasida de su propia conciencia. Una naturaleza brava y primitiva rodea el caserón, amenazado por el odio secular de los habitantes de la aldea que ocupa el valle y por una profecía de fuego y destrucción...
Que ganicas le tengo a este ... pero de momento a pan y agua.