Algunos comparan a Dominique con el magnífico Adolfo, de Benjamin Constant. ¿Os acordáis de aquel miniclub que hicimos? Lo pasamos muy bien, y nos encantó.En este estudio, en parte biográfico, Dominique cuenta su amor de juventud por Madeleine d´Orsel y su posterior renuncia a ella y a la carrera literaria, cuando siente que carece de fuerzas para llegar, para ser lo que soñó en su juventud ambiciosa. El tono suavemente otoñal del relato, retenido hasta la efución, la felicidad de las páginas geórgicas, el ingenuo fervor romántico, dominado, mesurado, de una compostura casi clásica, son algunos de los rasgos más destacados de este clásico siempre un poo al margen, en la sombra, aunque vivo y original.
Por eso, llevo un tiempo buscando este y por fin lo he conseguido. ¿Os hace?
Churrissssss venid a miiiiiiiiii