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Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788493637484
Colección:
Nº Edición:1ª
Año de edición:2009
Plaza edición: MADRID
Franz Overbeck fue el amigo más fiel y constante de Nietzsche. Cuando el filósofo fue doblegado por la locura en las calles de Turín, Overbeck fue a buscarlo y lo acompañó a lo largo de los años de mutismo, hasta que la hermana del filósofo lo separó definitivamente del mundo.
En este libro, que relata algunos de los episodios más reveladores de la vida de Nietzsche, Overbeck no pretende ofrecer un análisis filosófico de su obra, sino mostrar a Nietzsche en tanto que hombre: un hombre en minúscula, un pensador colosal de vida insignificante, capaz de alojar, como todos los hombres, miedos y gestos vanos; un hombre que también podía ser caprichoso o verse incapaz de sobrevivir a una velada en compañía de mujeres bellas o atrevidas o ambas cosas a la vez.
A lo largo de este testimonio único, traducido por primera vez al castellano, el Nietzsche que vemos es siempre el ser humano y desnudo, el amigo turbulento y autodestructivo, ese que era, al mismo tiempo y según las propias palabras de Overbeck, «un portento ante el que me he inclinado una y otra vez».
Que bién, otro fenomenal documento de primera mano sobre Nietzsche.
Gracias por la información, Madison.
Otra reseña sobre este interesante librito:
Los grandes hombres no suelen ser grandes personas y los grandes filósofos menos. Repasando cualquier libro de texto de filosofía nos encontraremos una galería de envidiosos, sádicos, vanidosos, mentirosos y mezquinos que en cambio, escribieron su nombre con tintas de oro en la historia del pensamiento occidental. Personalidades caóticas que paradójicamente ayudaron a quienes se acercaron a sus textos a ser un poco mejores o a conocer más a fondo al vecino. Nietzsche no era ninguna excepción.
Poco después de su muerte, su inseparable amigo Franz Overbeck (1837-1905), puso en limpio algunos de los episodios más reveladores de la vida del filósofo, tratando de combatir la visión tergiversada de los acontecimientos que según él, propagaba la hermana del pensador y sus discípulos.
A la luz de los textos que recopila esta edición, Nietzsche se nos presenta como un hombrecillo gris y atribulado, muy alejado del superhombre y de la majestuosidad de su prosa y en las antípodas de las biografías sobre el personaje. Según el fiel Overbeck, ni Nietzsche se drogaba, ni su locura se debió a una crisis de fe (sostiene que mantuvo un desinteresado agnosticismo durante toda su vida) ni esta fue progresiva. El compañero de fatigas del filósofo sitúa el comienzo del delirio en la Navidad de 1888 que el pensador había pasado en Turín; hasta entonces había permanecido razonablemente cuerdo.
Pese a todo, concede que su amigo atrapado en una obsesiva autocrítica y que era incapaz de entablar amistades sanas y duraderas (salvo con el propio Overbeck). Un hombre devorado por la ambición y la necesidad de reconocimiento, que era en cambio, quisquillosamente ordenado y caprichoso en su vida cotidiana. Un caballero extraordinariamente tímido con las mujeres y de trato servil con los hombres, síntomas de su vacilante sexualidad, aunque Overbeck niega la mayor sobre la supuesta homosexualidad de su amigo y un frustrado romance con su cuñado.
“La vida arrebatada de Friederich Nietzsche” sirve también como testimonio para derribar grandes mitos sobre el filósofo del bigote impenetrable. Nietzsche no solo sentía simpatía por judíos y eslavos, sino que a menudo bromeaba sobre su supuesto origen polaco y cultivó grandes amistades con judíos. Fue precisamente el antisemitismo reinante en su círculo lo que le llevó a distanciarse de amistades como Richard Wagner, de su editor y de su hermana, sin la cual no era más que un pobre desvalido. En contra de los que tras su muerte descuartizaron su obra, Nietzsche era enemigo declarado del nacionalismo.
El estilo fragmentario impuesto por la propia naturaleza del texto (una colección de anotaciones de los diarios y escritos de Overbeck sin orden cronológico ni temático) ayuda a agilizar el texto e invita al sano placer del zapping literario, persiguiendo con búsquedas al azar un dato curioso o una anécdota llamativa del filósofo que murió después de Dios.
Ramón R. Carretero
Última edición por Josek el 06 Ago 2009 18:34, editado 1 vez en total.
Me parece un genio.
A veces creo que todos estos escritores que tuvieron una vida tortuosa son los más grandes.
No se si lo pasaron tan mal debido a su inteligencia, que les hacía ir por delante de todo, pero es así.
Si repaso todos mis autores admirados incluso adorados, todos sufrieron, todos estuvieron enfermos durante mucho tiempo. Supongo que eso también les hizo desarollar mucho más la mente y porfundizar en el tema de la vida
Creo que fue Thomas Bernhard que dijo que si no hubiese sido por la escritura se habría vuelto loco durante esso meses que tuvo que guardar cama.
Pues es una gran verdad lo que argumentas, como dice el refrán, el hambre agudiza el ingenio, en este caso, se podría decir, que algunas de estas superinteligencias se vieron estimuladas por el hambre existencial provocado por los dolores físicos que sufrieron en carne propia. Su gran motivación en la vida fue el impedimento de poder disfrutarla.
Claro, per fíjate que en todos ellos hay una gran contradicción.
Robert Walser adoraba la vida, la naturaleza. Cada día paseaba durante horas y horas. Cuando contamplaba lo que le rodeaba se sentía feliz.
Nietzsche, por lo visto era una persona con un muy buen sentido del humor
Es solo por`poner dos ejemplos que recuerdo ahora de memoria, y a pesar de amar la vida se sentían fuera del mundo que les rodeaba.
Y alguno de ellos me arevo a decir que no tenían o no pensaban en su momento de dedicarse a la literatura.
Hoy por ejemplo he leido algo sobre Jorge Cuesta, el poeta que se suicidó con tan solo 38 o 39 años, él decía que la vocación no existía, en cambio durante su corta vida fué un gran poeta.
Jorge Cuesta, otro escritor que no conozco. Lo del suicidio es que da cierto repelús, la enfermedad o el inconformismo vital se puede asumir por ser cotidiano pero el suicidio tiene otros rasgos más inquietantes que lo hacen desagradable y, para mí, rechazable, salvo casos de extrema enfermedad en los que sí debería ser aceptado, pero vamos, me causa algo de aprensión hablar de ello, como imagino que a todo el mundo, lo cual no quiere decir que deba ser tabú, es algo que esta ahí y no se puede negar, hasta creo que teneis un hilo muy "animado" sobre autores suicidas.
P.D. Para eso estamos, para "enrrollarnos". Un abrazo.
Josek escribió:Jorge Cuesta, otro escritor que no conozco. Lo del suicidio es que da cierto repelús, la enfermedad o el inconformismo vital se puede asumir por ser cotidiano pero el suicidio tiene otros rasgos más inquietantes que lo hacen desagradable y, para mí, rechazable, salvo casos de extrema enfermedad en los que sí debería ser aceptado, pero vamos, me causa algo de aprensión hablar de ello, como imagino que a todo el mundo, lo cual no quiere decir que deba ser tabú, es algo que esta ahí y no se puede negar, hasta creo que teneis un hilo muy "animado" sobre autores suicidas.
P.D. Para eso estamos, para "enrrollarnos". Un abrazo.
A mi no me causa ni repelús ni aprensión, todo lo contrario, me causa una curiosidad extrema por saber el origen de esa decisión tan drástrica, tengo una estantería de libros dedicada sólo a escritores suicidas
La verdas es que a mi tampoco me cuesta, mas bien al contrario siento fascinación y curiosidad por saber.
Hace tiempo ya, escribí algo sobre eso en los foreros escriben.
Lo tengo,lo compré hace unos quince días,pero no lo he comenzado,soy de los que en vacaciones no lee nada,bastante lo hago el resto de el año como para en vacaciones seguir dandole al coco.En cuando me reinicie con la rutina,me reincorporo con las tareas literarias.
Llevo más de la mitad,es corto122 páginas y formato pequeño.Overbeck explica lo que en realidad quiso decir Nietzsche,lo que no está escrito,en entrelineas,incluso atreviendose a darnos a entender que Friedrich en realidad dijo o quiso decir lo contrario de lo que sus escritos y palabras dijerón.O sea que en algunos aspectos,a mi parecer Overbeck es un "traductor" de la autentica esencia del filósofo y su conocimiento.El anticristianismo,el antisimetismo,Wagner,etc...dan forma a lo que llevo leído.No me está gustando , nos habla de su filosofía,de algunos de sus libros,y eso a mi no me atrae .No me gustan los autores que te explican lo que el autor "quiso decir realmente" en sus reflexiones,ya que me resulta un tanto pedante en sus formas y supuestas verdades.Si te quieres adentrar en el autor,solo hay un camino,leer sus obras,no las de otros dando sus valoraciones.Me recordó a un insufrible libro de Eugen Fink titulado La filosofía de Nietzsche,donde se mueve como pez en al agua en su mandato de profesor sabiondo.Practicamente no hay anecdotas triviales de su vida,de su circulo de amigos,de su "no vida academica-intelectual" (creí que eso me encontraría),imagino que cualquier biografía del filosófo supera con creces a está obra.Veremos lo que me depara sus siguientes y escasas páginas.
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