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"Los dualistas", publicado originariamente en 1887, narra las sangrientas travesuras de unos gemelos terribles de buena familia, obsesionados con hacer chocar uno contra el otro objetos parecidos o iguales para ver cuál de los dos sufrirá más daño bajo el impacto, y que encuentran su Grial en una pareja de gemelos de tres años.
Emparentado con los más desalmados relatos de Ambrose Bierce pero sin su carga sardónica. Un relato sorprendentemente cruel, grotesco, rayano a la demencia, con una carga de surrealismo malsano muy inquietante, con un final prácticamente gore y totalmente desmoralizante.
sergio88 escribió:Un relato sorprendentemente cruel, grotesco, rayano a la demencia, con una carga de surrealismo malsano muy inquietante, con un final prácticamente gore y totalmente desmoralizante.
Para mi, la mejor definición posible para este relato ... Es el que más me ha impresionado de momento del libro, de esos que no te puedes quitar de la cabeza durante mucho tiempo, de los relatos que dejan huella... En muchos momentos roza la crueldad innecesaria, horrenda, incluso surrealista , y te deja con una sensación de impotencia realmente importante ...
Lo peor es ver
como Harry y Tom no sólo se salen con la suya en todo momento, sino que encima acaban condecorados después de la monstruosidad que cometen contra los gemelos y sus padres
si es que me quedo hasta sin argumentos , que horror...
La verdad es que yo pensé que completarían
sus fechorías matándose el uno al otro (que es, en realidad, lo que se hubieran merecido ), pero no, el autor nos sorprende rizando el rizo de la crueldad y dejándoles vivir felices y satisfechos de sus macabros hechos...
Por el momento, el mejor relato de los que llevamos leídos de la antología, en mi caso por lo menos . La sinopsis es una buena síntesis de las emociones más fuertes que te hace sentir este relato: al principio piensas que los niños simplemente quieren divertirse (sí, es una forma extraña de diversión), pero no te parece tan grave porque son eso, dos niños que quieren jugar y al principio únicamente chocan objetos similares entre sí; aunque el lector ya está alerta y en tensión al ver que van cambiando los objetos hasta que los sustituyen por seres vivos, e incrédulo observa como si fuera en primera persona todo el macabro espectáculo que se extiende a lo largo del relato, ya que Stoker se recrea narrando explícitamente todos los detalles de los "rituales".
Es totalmente imposible que el lector se sienta indiferente al observar cómo los niños asesinan a todos los animales uno tras otro, se regocijan y no se hace nada por impedirlo ya que nadie es testigo, quedando todos sus actos totalmente impunes. Había partes en las que tuve que dejar de leer y en las que daban ganas de llorar, las descripciones de los choques y las convulsiones que preceden a la muerte de los animales, muy impactantes. Para mí es ya la guinda del pastel, sin necesidad de que aparecieran ya los gemelos.
Desde ese momento una rabia y odio hacia ellos que se había ido alimentando antes, crecen hasta el máximo y no esperas otra cosa más que alguien les de su merecido: incluso pensé que por la manía ésta de chocar objetos similares entre sí, acabarían los niños enfrentados e incluso heridos o muertos por llevar el juego demasiado lejos. Pero no, ese final que hubiera gustado tanto al lector no llega, sino al contrario: no sólo logran salir de la situación como si no hubiera ocurrido nada, sino que acaban condecorados y premiados, como ídolos de su pueblo o ciudad, y los padres de los pobres niños declarados culpables de infanticidio y suicidio, enterrados sin ceremonia y atravesándoles el cuerpo con una estaca, según sentenció el juez.
Por tanto, un final doblemente impactante y desmoralizante (casi demasiado surrealista, ¿cómo un juez puede creerse la declaración de dos niños y firmar sentencia?), donde lo diabólico consigue reinar la situación, quedándose el lector con un sabor amargo y para mí con el ánimo decaído, me hizo sentir muy mal y no me apeteció ni continuar con el siguiente relato. Sin duda, un relato difícil de olvidar y de los que te dejan un poso después de haberlos leído, magnífico a pesar de haberlo pasado tan mal mientras lo leía.